Cada vez es más evidente la intriga, ya que los poderes constituidos e instaurados, entre las poblaciones, no van en dirección de velar por la seguridad de las personas, mucho menos de la salud y los derechos naturales del ser humano, como lo es la inquebrantable libertad.
Mientras los eruditos preocupados por el autor que no se han leído, atrapados en los pasados siglos, sin sentido y compromiso con el presente. Además, cada vez más y mejor las tiranías pretenden obligar a las masas, trabajar por la supervivencia, con la falsa ilusión que brinda un sistema de renta mínima para poder vivir junto a la falsa creencia de que todos somos distintos, cuando cada vez en carácter, estamos ante la presencia de los mismos caracteres, debido a la modelación de la conducta por medio de los medios de masas y la cacareada educación
A todo se le suman los paparazis de todas las razas, nacionalidades, estratos sociales profesiones y la “relativa” moralidad, que se creían ya superados por la prensa rosa; pues no, esta vez, van en oleadas en dirección, ya no de los últimos movimientos de artistas hollywoodenses, o deportistas de tendencia, ni de príncipes y reyes, sino de aquellas individualidades que personifiquen la libertad de ser.
Entre tanto, las tiranías en la prepotente y absurda ignorancia, piensan que es posible controlar la libertad de cada persona, gastando innumerable tiempo, combustible, café y dinero inorgánico en el afán de controlar el derecho de la libertad humana.
Con el agregado de una oposición cooptada, al servicio de los mismos poderes globales, llena de resentimiento, caprichosa, desinformada, mal educada, sin comparación; unos sin saber y otros sin pudor alguno en trabajar en contra de la libertad humana.
Lo irónico de todo es que se hable colombiano en todos los lugares, de acuerdo con la narrativa historiográfica de aquel genovés descubridor de América, además del floreciente, imperio global de Felipe II, hijo de Carlos V, rey en cuyos territorios nunca se oculta el Sol; el cual sienta las bases para la expansión de la cultura occidental, entiéndase la floreciente lengua castellana, la expansión del cristianismo y la instalación de un Nuevo Orden Mundial, representado en la personificación mesiánica del rey.
Trama del totalitarismo que ha sido muy bien copiada y reproducido por el nuevo imperio global, con el agregado de las nuevas tecnologías del Estado megalómano globalista, donde la identidad personal ha perdido su carácter original de habeas corpus, habeas data, convirtiéndose en la cosa más vulnerable, jamás visto, en ninguna época; por los intereses del Estado totalitario global y en su excepción, la tiranía; ejemplo que se puede constatar en el número de identidad de cada persona, al mejor estilo de los Estados totalitarios, sintetizado cada vez más en un número digital que abarca cada vez, más datos e información que la misma identidad nacional.
No obstante, el individuo masa, entretenido en todas las distracciones de los medios y del sistema que engloba, desde las necesidades más básicas, necesarias, como las de recreación y ocio, hasta las más complejas, como las de formación académica, investigación y desarrollo científico.
Para concluir, a estas alturas de revolución tecnológica no se sabe si es real un audio o una imagen, fotografías, o es producto de la inteligencia artificial; igual situación se traslada a los innumerables desastres naturales; tampoco se sabe si es producto de la naturaleza o del irrespeto a ellas, o peor aún es el efecto de armas de geoingeniería de destrucción masiva, que inciden directamente en las nuevas estructuras sociales del poder de las naciones.
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