Después de dos meses sin el suministro de gasolina al mercado venezolano por parte del régimen de Nicolás Maduro, la gasolina iraní llegó a las refinerías de El Palito, Cardón y Puerto La Cruz la semana pasada. El último buque, Clavel, debería arribar hoy para un total de 240 millones de litros de combustible equivalentes a 1,5 millones de barriles de petróleo. Un volumen que costó 50 millones de dólares a la nación, según una nota de Associated Press. Asimismo, el gobierno de Donald Trump ha acusado a Maduro de estar pagando esa gasolina con el oro de las reservas internacionales de los venezolanos, informó el diario español ABC. El desembolso se hizo el mes de abril, de acuerdo con el movimiento diario de las reservas del Banco Central de Venezuela.
Por otro lado, al evaluar el precio unitario del litro importado de la gasolina iraní se obtiene un valor de 0,19 dólares. Además, se determina que la oferta para junio es de 27.000 barriles diarios, 53.000 barriles por debajo de la demanda antes del confinamiento de la población por la pandemia del covid-19. De los 5 tanqueros iraníes, 2 trajeron 724.000 barriles de alquilatos, un componente para producir un blend de gasolina.
Con la importación de la gasolina iraní, la empresa criminal que mantiene secuestrada a Venezuela lo que pretende es, primero, evitar un posible estallido social por la falta de combustible –la pandemia del coronavirus le cayó como anillo al dedo para controlar esta situación durante 73 días con la excusa de la cuarentena–. Segundo, ganar tiempo para reparar con personal iraní, equipos y repuestos, las refinerías de El Palito y Cardón que fueron arruinadas por la falta de mantenimiento mayor por más de 10 años. Hasta ahora, Maduro ha cancelado 12,5 toneladas de oro, equivalente a 639 millones de dólares, de las reservas internacionales al régimen de los ayatolás.
Por lo tanto, la estrategia del estado criminal para mitigar un posible caos social –provocado por la crisis del combustible y la salud pública– es el manejo de dos precios para la venta de la gasolina iraní. Uno a 0,03 dólares por litro con un volumen máximo de compra de 120 litros, y el otro a 0,50 dólares por litro sin limite de consumo. Además, se administrará por el Sistema Patria que contará con los datos del vehículo y propietario con el objetivo de reforzar el control social de la población.
Esta estrategia genera una diferencia de 1.858% (tasa de cambio 195.802 Bs/$) entre los dos nuevos precios por los próximos 3 meses, plazo anunciado por Maduro y Tareck el Aissami. Asimismo, se genera un incremento de 83.233% y 1.631.583% con respecto al monto anterior de 6 bolívares el litro, con una consecuencia en el valor de los bienes de consumo.
La distorsión entre los dos nuevos precios es de casi 20 veces con una diferencia de 1.858%. Esto mantendrá el mercado negro actual, con la salvedad de que las mafias del combustible no podrán seguir cobrando los exorbitantes precios de 2, 3 y 4 dólares por litro y se instaurará un “Cadivi gasolinero”, el cupo de litros. Este Cadivi gasolinero representa un negocio de 93 millones de dólares mensuales, asumiendo que a partir de la primera semana la gente vende la gasolina de su cupo para poder sobrevivir en un país que el salario mínimo integral es de 4 dólares.
Por otra parte, la tensión social seguirá existiendo mientras no se cuente con la producción continua de gasolina en el país.
De acuerdo con el ingeniero Nelson Hernández, el parque automotor de Venezuela tiene 2.080.000 vehículos operativos que consumen gasolina. En consecuencia, requeriría 249.600.000 litros al mes para satisfacer la demanda. Si incluimos las motos (60 litros al mes), el volumen total requerido mensual de gasolina asciende a 253.800.000 litros, equivalentes a 53.000 barriles/día. Una demanda que es imposible cubrir con la gasolina importada desde Irán. Los 129.124.423 litros de combustible persa apenas permiten satisfacer 2 semanas el cupo de gasolina de todos los vehículos operativos en Venezuela.
Ante este escenario, Maduro y El Aissami buscan la solución de la crisis de combustible en la privatización del suministro de gasolina. Por ahora, le entregan a 15% de las estaciones de servicios de gasolina del país la recaudación de 0,50 dólares por litro.
La intención es que en 3 meses las 1.638 gasolineras cobren el “precio internacional”. Asimismo, que los dueños o concesionarios –la figura jurídica no está determinada aún– importen eventualmente el combustible para burlar las sanciones de los Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro –un narcoterrorista según la justicia estadounidense–. Algo que será difícil porque la política de máxima presión de la administración Trump hacia Maduro está presente a pesar de la situación que atraviesa el gobierno norteamericano por la pandemia del covid-19 y las manifestaciones violentas de la semana en todo el país por el asesinato de un hombre negro a manos de la policía de Minneapolis. Apenas ayer, el Tesoro sancionó 4 navieras que transportaban crudo desde Venezuela.
Por lo tanto, el combustible iraní será el Cadivi gasolinero de Maduro.
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