Pretender descifrar a Vladimir Padrino López no es tarea sencilla. Conocerlo y entenderlo como persona, pero además dentro del papel que le ha tocado desempeñar en los últimos años, requiere un alto grado de madurez, objetividad y desintoxicación mediática.
Padrino López, es un oficial querido por muchos, odiado por otros y otras veces incómodo para quienes le miran como el hombre que, sin buscarlo, ha marcado la reciente historia política-militar del país y se ha convertido en una pieza clave dentro del ajedrez político.
Tal como lo he sugerido en otras oportunidades, la oposición liderada por Juan Guaidó cometió un gravísimo error al no entender los códigos de la FANB y subestimar la reacción de sus líderes. Inmersos en una lógica incoherente y contradictoria, se adentraron a intentar conquistar los mandos medios y altos de la FANB con una “Ley de Amnistía” al tiempo que John Bolton (exasesor de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump) y un influyente senador estadounidense amenazaban a nuestros militares con bragas naranjas, llamados a la deserción y pedían su rendición.
Dentro de esta muy mala apuesta hacia el sector militar venezolano, subestimaron al timonel que ha logrado mantener firme la institución castrense en los años de mayor turbulencia política que haya enfrentado nuestro país. Difícil de comprender para quienes plasman en su análisis lo que les complace y no la realidad fáctica, Padrino López ha sido un muro de contención en medio de un conflicto que podría ser mucho más complejo y doloroso de lo vivido hasta ahora.
Le ha faltado inteligencia a buena parte de la opinión pública nacional e internacional para descifrar a quien tiene un rol fundamental en cualquier cambio político, pacífico y negociado en Venezuela. Padrino López es reconocido por tirios y troyanos como un hombre de conciliación, no en vano ha podido controlar una institución que en sus últimos veinte años ha estado marcada por traiciones y conspiraciones. Es él quien “muñequea” entre las diferentes tendencias dentro de la FANB y la estructura del poder nacional.
Aunque no lo conozco personalmente, he logrado verlo a través de los ojos de un amigo en común, y después de escuchar la opinión de varios oficiales, puedo afirmar, con toda propiedad, que en un intento equivocado de querer quebrar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en contra de Nicolás Maduro, han colocado a Padrino López en el sitio equivocado.
Aun no viniendo de los primeros lugares de su promoción, Padrino López logró alcanzar el máximo nivel de liderazgo dentro de la FANB, un logro que se sustenta, en opinión de sus propios compañeros, en su capacidad analítica, su dedicación al estudio, su impecable formación académica, su carácter afable y amigable, y por permitir el desenvolvimiento propio de los comandantes generales de los distintos componentes que han pasado por su gestión como ministro.
Con un discurso claro, directo y no agresivo, cuenta con importantes vínculos de fidelidad. Se ganó el respeto de las promociones anteriores y de las que le suceden por su capacidad de gerencia y mando, aunque las estadísticas no lo traten tan bien. Como él mismo reconoce, le ha tocado llevar las riendas del Ministerio de la Defensa en momentos muy difíciles, y es que su gestión ha estado marcada por las deserciones, las bajas, la disminución en la calidad del apresto operacional, los intentos conspirativos, oficiales acusados de corrupción, narcotráfico y protección a grupos criminales, pero aun así, no se puede obviar que son casi 2.555 días los cuales suman y pesan cuando se habla de una sola gestión, no exenta de los embates de la crisis.
Su reciente entrevista con Ernesto Villegas fue vista fuera de nuestras fronteras. Dos importantes personalidades del mundo político y analítico de Washington DC me dieron un feed back positivo sobre cómo manejó este encuentro. Interesante el mensaje que envió al aclarar que no participó en el 4F aun cuando confirma su compromiso y afecto por el expresidente Chávez; marcó posición frente a los grupos irregulares dejando ver el descontento que siente por los oficiales asesinados en la frontera; habló sobre la cohesión de la FANB frente al interés nacional a pesar de las diferentes posturas internas que naturalmente suelen existir; tocó sin complejo el tema de los oficiales que se desvían hacia la corrupción, el narcotráfico y la traición; considero envió un mensaje “entre líneas” a quienes dentro y fuera del país siguen escuchando a los que él define como “militares de café”.
Paradójicamente, en 2014 Vladimir Padrino López pensaba que estaba en el ocaso de su carrera, quizás hasta un poco agotado. En 2021 el escenario es otro, lo veo más activo que nunca, no agotado sino curtido de un conocimiento total sobre la FANB, él se ha convertido en el verdadero artífice del proyecto de Fuerza Armada que vemos hoy.
Algunos lo ven como un posible presidenciable, pero quienes están en sus cercanías confirman que de aceptar competir por la máxima magistratura del país, sería por solicitud y disciplina, no por iniciativa propia, por no ser su plan. Lo cierto es que, por ahora, Vladimir Padrino es la única persona con capacidad para mantener la estabilidad del estamento militar y del país.
@Indiurbaneja
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