Es así que se rompe el
techo del mundo que
me sostiene y contiene
bajo esta cúpula calcárea
de huevo cósmico
de lácteos licores uterinos
Me bebo a mí mismo
en tu bóveda de hervores
deseantes que gimen
in crescendo hasta tocar
el cielo con tus manos y
bajar conmigo a los infiernos
dulces y benéficos de esta
honda terredad.
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Canto rodado
Esta tarde de domingo no sirvo
para un zipote
soy canto rodado
río abajo
aguas abajo
que lleva consigo
todo el dolor del mundo en
una mordida de culebra
Esta tarde de domingo he
trambucado mi endeble
y ligera curiara
Hoy he bebido de un
licoeur malo que de tanto
macerar
trocóse en letal veneno
de dioses en exilio
Esta tarde soy la ataraxia
viva de quien no quiere
ser más que pedernal
o tronco de madera seco
abandonado a las lentas
corrientes del Leteo interior
Esta tarde ingrávida de sopor
y vaho insoportable
soy apenas este hilo tenue
de brisa que me sostiene
a duras penas.
Esta tarde ya no sé
más otra cosa qué
hacer sino esperar
lo inevitable…