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El chavismo no tiene candidato

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La campaña electoral para las elecciones presidenciales del 28 de julio, sigue avanzando en medio de los obstáculos y restricciones impuestas por el gobierno para tener una contienda hecha “a su medida”, para lo cual, nombró al frente del CNE, a sus incondicionales, y ha recurrido a todo tipo de maniobras y trampas judiciales para inhabilitar y perseguir potenciales candidatos que no son de su agrado; también ha confiscado más de 12 partidos, para imponer sus directivas y controlar su tarjeta electoral.

Todo esto, acompañado de la ola de represión desatada, tras la última supuesta “conspiración” e “intentos de magnicidio” –según palabras del fiscal violador de derechos humanos–, por lo que las cárceles y centros de detención del país, se encuentran llenos de presos políticos –civiles y militares–, trabajadores, luchadores sociales, periodistas y familiares de perseguidos políticos secuestrados por el gobierno.

Estas son las “elecciones” del madurismo, ausentes de democracia y garantías, no solo durante el desarrollo del proceso electoral en sí mismo, sino –y esto es lo más importante– que no existe certeza alguna de que el CNE de Elvis Amoroso respete los resultados o que no los altere a su favor. Tenemos el antecedente de los “Diez Millones de votos” que este señor aseguró que obtuvo el gobierno, tras el fracaso del referéndum del pasado 3 de diciembre sobre el Esequibo.

Ese día, a pesar de que las calles y centros de votación se mantuvieron vacíos, el CNE y los voceros del gobierno, aseguraron que se había alcanzado esta cantidad inmensa de votos (10 millones), que, por cierto, ni siquiera el Presidente Chávez pudo obtener en su momento de mayor popularidad, cuando las calles y grandes avenidas se abarrotaban de pueblo en apoyo al Comandante. Pero esta es la realidad virtual, de twitter, del madurismo, donde la mentira es la norma.

Sin embargo, en esta campaña sui generis, donde los candidatos no participan, sino que la hacen a través de otros, habría que decir –con claridad– que, EL CHAVISMO NO TIENE CANDIDATO. El candidato del gobierno, no representa al chavismo, así como, tampoco el de la oposición. Sin embargo, este último, no habla en nombre de Chávez, mientras que el madurismo insiste en hacerlo, abusando de su imagen, a pesar de que aniquilaron su legado y destruyeron su obra.

Resulta indignante escuchar a los voceros del madurismo en sus actos de campaña, y al mismo nicolás maduro, desde sus actos cerrados o a buen resguardo, hablando de Chávez, como si él fuese el candidato del chavismo, insistiendo en manipular la fibra emocional de los chavistas, a los pobres que lo añoran, usando una imagen y un texto trucado del Comandante. Incluso, los más cínicos y oportunistas, los hermanos Rodríguez, afirman que votar por maduro es “hacerlo por Chávez”. Esto es el colmo del cinismo.

El madurismo, la cúpula de poder que ha acompañado a maduro en su gobierno todos estos años, se dedicó a desmantelar al chavismo, destruir la obra del Comandante Chávez y acabar con la Revolución Bolivariana. Actuaron con saña y violencia, como Herodes, aniquilando el intento revolucionario.

Tan pronto se hicieron del poder, lo primero que hicieron fue falsear el Plan de la Patria, sacar del gobierno y de las empresas del Estado a los equipos que acompañaron al Presidente Chávez en su gobierno y, de allí en adelante, gobernar para la de Fedecámaras y la nueva burguesía (la que ahora llaman revolucionaria), imponiendo un paquetazo económico que ha destruido el país y que entregó la economía, el Petróleo y la soberanía, a sus grupos económicos, condenando a millones de venezolanos a la pobreza o a abandonar la Patria.

El país está en ruinas y el chavismo no existe más de manera orgánica; por el contrario, es el pensamiento político perseguido con más saña por el gobierno. El chavismo está proscrito por el madurismo, que lo identifica como su mayor enemigo.

Durante todos estos años, a partir de 2017, aun estando como Embajador ante la ONU, en mis artículos de opinión, escritos y  entrevistas, he denunciado, de manera sistemática, cómo el gobierno ha destrozado la obra del Presidente Chávez y desmantelado su pensamiento político. Como Ministro de Chávez durante 12 años y como militante revolucionario por 45 años, no podía guardar silencio, ni acomodarme al gobierno de maduro, sabiendo lo que estaba sucediendo y que lo que vendría sería peor. Tenía entonces la certeza de que acabarían con Chávez y destrozarían el país, y así lo hicieron.

Esta postura, me ha valido la más violenta y enconada persecución por parte del gobierno y del Estado madurista en pleno. Lo han hecho con saña, difamándome y estimulando el odio en mi contra y en contra de mi familia; nos han exiliado y han actuado con una crueldad impensable, secuestrando a mi hermano mayor el Dr. Fidel Ramírez, un hombre probo e inocente, excelente médico, de cuya única participación pública fue la de haber sido el primero en advertir al Presidente Chávez que padecía de cáncer; él acudió en ayuda del Presidente, ya enfermo. Hoy día, mi hermano Fidel lleva 1 año y 8 meses detenido arbitrariamente, en la eufemísticamente llamada “Casa de Los Sueños”, de la DGCIM.

Pero debo decir que todo lo denuncié y advertí a tiempo, lamentablemente, se ha cumplido, y que mis perseguidores, los más enconados en mi contra, se han descubierto como lo que son: unos delincuentes. Para muestra de ello, el ejemplo de Tareck el Aissami y el desfalco de 21.000 millones de dólares de Pdvsa.

Digo que “lamentablemente” he tenido razón porque, hasta 2012, teníamos un proyecto de profundas transformaciones políticas en marcha y un pueblo movilizado, con todas las garantías políticas, económicas y sociales; una economía que avanzaba a paso firme, en el camino trazado por Chávez en el Plan de la Patria; había un sueño colectivo, que fue truncado por el madurismo.

Nada de esto existe hoy. No voy a hacer un recuento del desastre del madurismo, ya que basta señalar algunos elementos para entender, si es que alguien aún tiene dudas, que este gobierno no es chavista, mucho menos socialista.

En el período de gobierno de nicolás maduro, la economía venezolana ha tenido una contracción acumulada de más de 74% (88% al 2020), es decir, pasamos de 372.000 millones de dólares en 2012 a 97.000 millones de dólares al cierre de 2023.

La producción petrolera, que ha sido el sostén de la economía del país por casi 100 años, ha caído en 73%, pasando de 3 millones de barriles de petróleo al día, promedio en 2013, a 800.000 barriles de petróleo día, en lo que va de este año, de los cuales 154.000 barriles día corresponden a la producción de la Chevron.

Pero lo más importante, es que hasta 2014 estuvo en vigencia la política de la Plena Soberanía Petrolera, la Constitución y la Ley Orgánica de Hidrocarburos, con lo cual, esta producción petrolera era manejada por el Estado venezolano, por la Nueva Pdvsa, nuestra poderosa empresa petrolera, y la renta  petrolera se distribuía a favor del pueblo y era lo que sostenía las Misiones, Grandes Misiones y Planes de Desarrollo del país.

Hoy día, Pdvsa está diezmada, sus trabajadores y gerentes perseguidos o secuestrados, sus activos y campos petroleros entregados a los grupos de poder del madurismo y a las transnacionales petroleras, como la Chevron, la cual produce y se lleva el petróleo sin pagar regalías, ni impuestos petroleros, de acuerdo con los términos y condiciones de la Licencia de la OFAC aceptada por el gobierno, retrogradando el país a principios de siglo, a la época de Juan Vicente Gómez. La Chevron con el gobierno de maduro ha obtenido condiciones de ensueño.

Los efectos del Paquetazo Económico de 2018, que significó una puñalada al corazón de Chávez, han sido desastrosos para los trabajadores venezolanos. En el marco de este conjunto de medidas de choque, anunciadas en agosto de ese mismo año, el gobierno se trazó como meta el “déficit cero”, lo que significaba en términos de los “Paquetazos” del Fondo Monetario Internacional, disminuir o eliminar “el peso” de los salarios, prestaciones y gastos sociales de los trabajadores del Estado.

Es por ello que, inmediatamente a los anuncios, en las empresas e instituciones del Estado Venezolano, dirigidas por militares de derecha, como el caso de Pdvsa, fueron eliminadas las conquistas laborales obtenidas por los trabajadores en años de lucha sindical, se apropiaron de los Fondos de Pensiones, y se estableció una tabla rasa de salario de acuerdo con los instructivos de la Onapre.

Al tiempo que la economía se dolarizaba y maduro daba “gracias a Dios” por ello, el bolívar se devaluó de manera sucesiva, quitándole ceros al signo monetario, el cual ha perdido en el período 20 millones de veces su valor. De esta forma enmascarada, “el peso” de los salarios, pensiones y prestaciones sociales, desapareció.

Entonces, mientras una economía abierta a los sectores especulativos del capitalismo se maneja en dólares, los sueldos y salarios se manejan en bolívares. En 2012, el salario mínimo del país, con Chávez, se ubicaba en 476 dólares mensuales; hoy, 11 años después, con el gobierno de maduro, el salario mínimo del país es el más bajo del hemisferio y se ubica en 3,6 dólares mensuales, muy por debajo del umbral de la pobreza de la ONU, llevando la pobreza de Venezuela, según el último reporte de la Encovi, a niveles de catástrofe, del 80%.

El gobierno, tal como se hacía en la IV República, y que tantas veces denunció Chavez, ha optado por la “bonificación” de los salarios, con anuncios de nuevos bonos, en bolívares, sin ninguna incidencia en las prestaciones de los trabajadores.

Por otra parte, el gobierno, en 2016, entregó 116.000 kilómetros cuadrados de bosques y selva a la acción depredadora de la extracción minera, en el llamado –por el gobierno– Arco Minero, que nada tiene que ver con los esfuerzos de desarrollo del presidente Chávez en el lado sur del país, donde la propuesta original del Arco Minero, contemplaba solo la utilización de las capacidades industriales y mineras existentes al sur del río Orinoco, es decir, fundamentalmente en Ciudad Guayana, para promover el avance industrial de la faja petrolífera del Orinoco, donde el río sería la bisagra entre los dos polos de desarrollo del país: el petrolero y el industrial.

La propuesta de Chávez, no tiene nada que ver con el desastre que actualmente ocurre en el Arco Minero, donde se han arrasado bosques y selvas, se ha desplazado a nuestro pueblo originario y se cometen todo tipo de atropellos y violaciones a los Derechos Humanos de los trabajadores mineros e indígenas

El sistema de salud del país, está desmantelado, nuestra población muere por falta de atención médica apropiada y de medicamentos; los niños  con deficiencia en la médula espinal, mueren tras la cancelación en 2016, de los convenios que tenía PDVSA para el trasplante de médula; todo el esfuerzo que se hizo con Barrio Adentro, se perdió.

Igual sucede con la educación. Luego del extraordinario esfuerzo de las Misiones Educativas –en la Misión Ribas graduamos 1 millón de Vencedores–, la Ribas, la Robinson y la Sucre, que estuvieron diseñadas para combatir la exclusión heredada de la IV república, hoy no existen más; las Misiones Educativas desaparecieron. La deserción escolar es inmensa y el sistema educativo es escaso y de mala calidad; los maestros están subpagados y muchos fueron sustituidos por personal sin calificación.

El gobierno culpa de todo esto a las sanciones norteamericanas, las cuales, como hemos dicho siempre, son ilegales y repudiables, pero estas NO son la razón del desastre económico y social que vive el país. Muchos países tienen sanciones más severas que las impuestas al gobierno de maduro: tenemos el caso de Cuba, Irán y, más recientemente, Rusia. Todos estos países, en vez de entregarse, como ha hecho este gobierno, a la burguesía y a las transnacionales, defienden sus intereses nacionales, la economía y los derechos fundamentales de sus pueblos.

El argumento acomodaticio de las “sanciones” se derrumba por sí solo con los Bodegones, Casinos, Hoteles de Lujo, Ferraris y excesos de la nueva élite, pero además el desfalco de 21 mil millones de dólares en petróleo, cometidos por el gobierno y por el cual cayó Tarek El-Aissami, demuestra que, dinero hay, pero está muy mal distribuido.

La soberanía sobre el Territorio Esequibo, se ha perdido en manos del madurismo. Las transnacionales petroleras, la Exxon Mobil y la CNOOC de China, se instalaron en Aguas del Esequibo desde 2013, tras la muerte del presidente Chávez. A pesar de las advertencias y escritos que, personalmente, entregue a nicolás maduro, en 2013 siendo todavía Ministro de Petróleo, su gobierno no hizo nada para impedir que las transnacionales perforaran más de 49 pozos en el área en disputa y certificaran 11.000 millones de barriles de petróleo en sus propias narices.

No es que la Exxon Mobil y la CNOOC de China llegaron ayer al Esequibo, en una lancha de noche, NO; estas son operaciones complejas, que llevan ya 11 años de desarrollo. Hoy día, la Exxon Mobil, Chevron y CNOOC, están produciendo 620.000 barriles día de petróleo y han anunciado que llegarán a 1,2 millones de barriles diarios de petróleo en 2027.

El gobierno ha permitido la configuración de una nueva situación geopolítica en nuestra fachada Atlántica, donde las transnacionales se han instalado en el territorio Esequibo, y Guyana se ha convertido en la nueva provincia petrolera de América, ejerciendo, de hecho, la soberanía sobre el territorio. Esto jamás lo hubiera permitido Chávez. Cualquier cosa puede pasar allí.

El éxodo de más de 7,7 millones de venezolanos, donde el pueblo pobre, ese que siempre votó por Chávez, escapa por el Darién, por el Páramo de Berlín en Colombia, o naufraga en el mar Caribe, es algo que nunca había sucedido en nuestro país y es una herida abierta en nuestra sociedad, donde las familias se han fracturado y, con los que se han ido, hemos perdido invalorables capacidades humanas, técnicas y profesionales.

La masiva violación de los Derechos Humanos, convertida como determinó la Oficina del Alto Comisionado para los DDHH de la ONU, así como los sucesivos informes la Misión de Determinación de los Hechos del Consejo de los DDHH de la ONU, son un testimonio horrible de la violkacion de los Derechos Humanos en el país, las miles de detenciones arbitrarias, violaciones al debido proceso, judicialización de la Política o lawfare, el sippenhaftlas torturas, violaciones, muertes en custodia, asesinatos políticos, son una muestra clara de que este gobierno NO es chavista.

Entonces, cómo puede el madurismo llamar ahora a votar “en nombre de Chávez”, si representan lo contrario del pensamiento político del Comandante Chávez, destruyeron su obra y acabaron con la Revolucion Bolivariana.

No, las fuerzas chavistas, revolucionarias, no tenemos candidato, pero tenemos un programa y un camino: el de Chávez. El madurismo es la desesperanza, nosotros el futuro de la Patria. Más temprano que tarde, habrá un cambio político en el país. Nosotros, el pueblo chavista, civil y militar, tenemos que luchar para que este cambio ocurra y desplegarnos en todo el país para reagrupar, organizar y movilizar al pueblo por una opción bolivariana, chavista, patriota y revolucionaria que nos permita salir de este abismo y avanzar en la reconstrucción de la Patria.

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