OPINIÓN

El chasquido del cielo

por Alejandra Jiménez Pomárico Alejandra Jiménez Pomárico

Los últimos días han sido cruciales para lo que sucede en diversos ambientes. Pude ver algunas reacciones exageradas que confirmaron contenidos ocultos, con avanzados niveles de putrefacción y estar presente en el lugar aterró mi espíritu, pues recordé que Dios no puede ser burlado y que tarde o temprano lo que subyace en los corazones se va a notar. Trajo a memoria tiempos de profunda reflexión y oración. Me expreso de tales eventos como quien encuentra fortuna en lo vergonzoso para crecer, pese a lo incómodo y deshonroso de la naturaleza de los eventos.

Aunque esto no parezca relevante para ser compartido, sí lo es, pues los humanos debemos aprender con toda diligencia a trabajar la mente y el corazón, porque mucho de lo que hay allí será exhibido más temprano que tarde, ante el asalto de la prueba y la presión. La boca como parlante de gracia y mieles edificará, o como manguera desaguará lo podrido que ha sido represado sigilosamente por años. Un día, como fecha señalada, los labios se abrirán y todo saldrá a luz.

Lo anteriormente expuesto debe llevarnos a la reflexión de cuáles son los sentimientos y pensamientos que se arrullan con más frecuencia, cuál es el concepto propio que se tiene, hasta dónde se ha doblegado la voluntad para ejercer autogobierno y permanecer fiel a los principios. Qué motivaciones se esconden tras los ventrículos contaminando con trazas de compuestos tóxicos todo lo que se desarrolla, vendiendo una imagen de vanagloria y humos mágicos de grandezas, que un día serán disipados con el chasquido del cielo.

En un abrir y cerrar de ojos todo cambia, un día, una hora y una decisión, son suficientes para huracanar una vida con diafonías, la respuesta y entereza que se tenga frente a dichos cambios tendrá dos funciones: validar las transformaciones que estén ocurriendo como necesarias, por causa de la condición del corazón, o promover corazones a una nueva etapa de acción, a razón de la madurez, que como tabla de surf, permite enfrentar las olas por encima de la superficie, a plena luz del sol de justicia, y frente a los vientos que esparcen esencias.

¿Cuántos cambios se están presentando?, ¿cuáles de ellos están siendo de impulso o están hundiéndonos en fosas amargas, donde la rebeldía encuentra un lugar para habitar, expropiando el favor y la gracia que la misión acompaña? Nunca es tarde para pesar el corazón propio y cuidar que holgazanes infructuosos no vivan en dicho jardín, ya que donde quiera que te encuentres el chasquido del cielo te alcanzará, solo para mirar y evidenciar ante otros aquello que por mucho tiempo tu corazón acunó.

@alelinssey20