Imposible pedirles a los editores de Telesur que sean más de centro derecha o que sean más de derecha. Como imposible sería pedirles que sean de derecha, poco o muy poco se habla de extrema derecha o de centro-derecha. Sería como pedirle peras al olmo.
He enfocado mi atención en el Ecuador: “Reportan 12 muertos por violencia en Manabí”, tituló el editor de Telesur.
Me he sorprendido por el título de 12 asesinatos en tan solo 24 horas. “De acuerdo con medios locales, cinco de los decesos se reportaron en Manta, tres en Puerto López, dos en Montecristi, uno en Sucre y uno en Rocafuerte. Asimismo, otras siete personas resultaron heridas”
¿Será cierta tanta verdad? Yo sí creo. Cinco de los muertos se reportaron en Manta, tres en Puerto López, dos en Montecristi, uno en Sucre y uno en Rocafuerte. Y así como la violencia ha tomado Quito (Recordemos el homicidio de Villavicencio), así mismo los asesinatos han rebotado en otras partes de ese pequeño país. Así como Colombia alcanzó un récord histórico el año anterior, atrajo relativamente poca atención internacional. Según el nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDC), la superficie plantada de arbustos de coca en Colombia aumentó un 13% el año pasado, a un máximo histórico de 230.000 hectáreas. La producción colombiana de cocaína, droga producida a base de la coca, aumentó un 24%, según el informe. Las áreas cultivadas con coca también aumentaron 18% en Perú el año pasado, y en Bolivia -aunque no hay cifras recientes- hubo un aumento de 4% un año antes. Pobre mi Ecuador.
Casi dos tercios de los cultivos de coca están en las provincias de Nariño y Putumayo, en la frontera con Ecuador y desde allí, dan un salto hacia las provincias de Esmeraldas y Carchi desde donde dan otro salto no hacia los países pobres sino hacia los países ricos.
La producción de cocaína acrecentó la instancia mundial. Aunque el consumo de cocaína se mantiene más o menos estable en Estados Unidos, ha aumentado sustancialmente en Europa, Asia, África y los países pudientes.
Por otra parte, es muy importante que existan controles fronterizos que impidan o desvíen los trámites necesarios para que la droga no pase. Esto se da a raíz de la captura en Bogotá de un albanés, un polaco y un iraní.
No es de extrañar la negativa que le dio la Fiscalía General de la Nación al ascenso del Brigadier General John Rojas, pues lo sindica de haber sido señalado como presunto autor de irregularidades de carácter operacional, administrativo y personal, cuando estaba al mando de la Subcomandancia del Ejército Nacional en el Suroccidente del país, es decir, Valle del Cauca, Nariño y Cauca.
Así pues, tenemos reunidos tres de los elementos básicos que le dan impulso al tráfico de drogas: un país primero en el mundo en producción de droga, un país pequeño, pero con las fronteras pacíficas abiertas y una falta de control territorial.