En la espera de la sentencia sobre el ex sacerdote Amadeo Elcoso tras el juicio celebrado el pasado tres de octubre de 2023 por la presunta violación de un niño de su catequesis hace doce años, ofrezco aquí un perfil más completo de la personalidad de este sacerdote laicizado, Puedes recuperar la historia completa a través de estos enlaces aquí para los detalles del juicio, y aquí para la conversación que mantuve con Elcoso y las declaraciones de su abogado.
Amadeo Elcoso, exsacerdote acusado de abuso y miembro del Opus Dei
Amadeo Elcoso mostraba una inclinación libidinosa hacia niños y jóvenes en situaciones vulnerables que provenían principalmente de entornos familiares complicados, lo que plantea serias reservas sobre su promoción de numerosos candidatos para el sacerdocio. También sería conveniente preguntar a los diversos obispos de Amadeo Elcoso por qué estuvo tres décadas ejerciendo de sacerdote en la Diócesis aragonesa de Barbastro-Monzón en España: fundamentalmente al cardenal Omella y el obispo ya fallecido Alfonso Milián (EPD), y el actual, Ángel Pérez Pueyo. Silencio.
Algo que sorprende poderosamente es que Elcoso tuviese ese marcado interés en promover vocaciones religiosas y sacerdotales. Estamos hablando de un número importante de jóvenes que ingresaron en el seminario y se ordenaron sacerdotes. Entre ellos, y como hemos explicado más arriba, el actual arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano y el actual obispo de Almaty, en Kazajistán, monseñor José Luis Mumbiela, originario de Monzón, como Carlos Escribano (nacido en Galicia, pero llegado de niño a Monzón). Monseñor Mumbiela es también el actual presidente de la Conferencia Episcopal de Kazajistán y de la Conferencia Episcopal de Asia Central.
Desafíos Éticos y Sexuales en el Clero Español
Varios de los sacerdotes promovidos por Amadeo Elcoso han tenido hijos biológicos, y la Iglesia ha mantenido esto en secreto durante todos estos años. Otros son homosexuales promiscuos. La falta de transparencia y la ocultación de estos casos, y la tolerancia de esta conducta por parte de algunos obispos son síntoma de que la Iglesia española no cuida este aspecto capital, cimiento de la institución, y no quiere dar cuenta de ello: parece que debería ser capital para la Iglesia el cuidado de la vida personal del sacerdote en su dimensión de salud física, mental y espiritual. Esta deficiente calidad humana, y la homosexualidad activa, promiscua y festiva, puede encontrarse en varias diócesis españolas, muy en especial en la región de Aragón, y en particular en la archidiócesis de Zaragoza, con el pleno conocimiento de su arzobispo Carlos Escribano (promovido por Elcoso) y en la ciudad y parroquias de Jaca bajo la dirección del obispo Julián Ruiz Martorell.
Daniel Peruga, acólito de Elcoso, hizo explotar la diócesis de Zaragoza
Amadeo Elcoso tenía una relación cercana con la familia Peruga-Martí, en particular con el hermano de Daniel. Daniel Peruga había sido monaguillo de Elcoso, y en su época de adolescente había denunciado las actividades sexuales de Elcoso a sus superiores, pero estos no le creyeron. Después ya fue tarde. El Rvdo. Amadeo Elcoso, ahora laicizado, estaba enamorado del hermano de Daniel Peruga y le acechaba hasta el punto de sembrar cizaña entre el hermano y su novia en las visitas a la familia Peruga Martí. Finalmente, ya fuera de Monzón el hermano se casó con su novia y se apartaron de este escenario. La historia del exdiácono Daniel Peruga, que abandonó su pretensión de ordenarse presbítero tras haberse ordenado diácono, provocó que su familia se mudara de Monzón por vergüenza cuando Daniel se fue a vivir con su novio.
Daniel Peruga fue seriamente criticado por sus actuaciones y colaboración en el ataque contra, y posterior defenestración en 2014 del arzobispo de Zaragoza D. Manuel Ureña. Estos ataques se orquestaron motivados por intereses carrerísticos del ahora cardenal Omella, y de inquina y política de sacristía del jesuita Germán Arana (Arana espera ahora sentencia por calumnias e injurias a raíz de ese complot, he hablado de ello aquí), como mostró en su día la prensa española. El exdiácono Daniel Peruga apoyó a los detractores de D. Manuel Ureña hasta que, tras recibir una gran suma de dinero como compensación por no ser admitido al sacerdocio habiendo anteriormente sido ordenado diácono, se desvinculó mediante un comunicado oficial sobre las manifestaciones en prensa que se le atribuyeron relacionadas con los acontecimientos que le implicaban y que condujeron a la defenestración del arzobispo Ureña. Esta inquina contra el arzobispo Ureña, este desquite contra la Iglesia que trató así a su familia y a él… todo ello lleva a cuestionar sus motivaciones iniciales a la hora de querer ordenarse sacerdote.
En el audio que enlazo aquí, podrás escuchar al ex vicario judicial de la Diócesis de Zaragoza Roberto Ferrer Sarroca cómo nos explicaba a un grupo de feligreses la manera en que él redirigió las intenciones del arzobispo Ureña para que pagara a Daniel Peruga en una sola vez una cantidad ingente de dinero como indemnización por no permitírsele acceder al sacerdocio. La cantidad inicial de 60.000 euros estaba prevista para estos casos por la Iglesia, pero fue hinchándose poco a poco a petición de Ferrer con la excusa de que pagados los impuestos Daniel Peruga se quedaría sin nada. Finalmente la cantidad ascendió a los 100.000 euros, haciéndose cargo la diócesis de los impuestos a los que estaría sujeta la cantidad inicial. A eso se le sumaron dos coches como compensación por el sufrimiento causado a su persona y a su familia. El arzobispo Ureña habría pagado los dos autos de su bolsillo sin usar dinero que no estuviera previsto para ello por la iglesia. Habría sido presionado, contaba el mismo Ferrer, por el en aquel momento novio de Daniel Peruga, que se habría hecho pasar por abogado para presionar al arzobispo.
Con ese dinero en las alforjas, Peruga se desmarcó totalmente de los acontecimientos con su escrito. El mismo Elcoso, en su conversación conmigo en la segunda parte de este reportaje me confiesa su propia postura frente a su apadrinado: “Peruga está loco, solo quería dinero”. Daniel Peruga perseguiría sus propios intereses, ajeno a cualquier necesidad de otras personas, me cuentan otros testimonios.
La paradoja es que siendo D. Manuel Ureña el único obispo que atajó la homosexualidad no permitiendo al entonces Daniel Peruga ordenarse sacerdote siguiendo instrucciones del Vaticano, fue después defenestrado por los oscuros poderes del mismo Vaticano (Arana, Omella) con la excusa de que la toleraba.
Comportamiento manipulador y engañoso de Elcoso
La actitud y el comportamiento del sacerdote Amadeo Elcoso, causaron extrañeza más allá del ámbito eclesiástico. Personas que le trataron y ayudaron sugieren que abusó de la confianza de ellas, de manera especial en relación a su trabajo como chófer y cuidador de los hijos de una familia prominente vinculada a los medios de comunicación en Barcelona.
Siempre procuraba ocultar su pasado como cura ya durante la búsqueda de trabajo en Barcelona tras ser apartado del ejercicio pastoral en espera de su secularización. Coinciden diversos testimonios en que Elcoso tenía un comportamiento manipulador y engañoso. Me explican que engañaba a las personas con el objetivo de obtener dinero y ayuda. Ya desde sus tiempos de cura en Monzón, Elcoso solía concebir proyectos y entonces pedía dineros. Uno de esos proyectos fue la continuada restauración de la iglesia de San José de Monzón y la creación del Hogar de la Madre Ràfols en los bajos de la iglesia parroquial. Tenía también un proyecto para montar una residencia de ancianos y consiguió que le diseñara el proyecto y el organigrama la misma familia a la que sacó millones para los candidatos al sacerdocio que Elcoso mandaba al Colegio Eclesiástico Bidasoa en Pamplona.
El Hogar de la Madre Ràfols costó cuarenta millones de las antiguas pesetas, el equivalente a doscientos cuarenta mil Euros de hoy. Las hermanas de la congregación de la Madre Ana Ràfols estaban ya en Monzón. Para apoyar su trabajo de párroco Elcoso se trajo otra hermana, la Madre Rosa. “Elcoso siempre hacía bromas a la hermana Rosa. Luego ella cargaba con todo el trabajo del Hogar, era la que llevaba la comunión a los enfermos, la tenía explotada”, me cuentan. A la hora de justificar su visión sobre lo bueno que era crear algo nuevo para los mayores, decía “ten en cuenta que cada abuelo son dos jóvenes”. Contaría dos jóvenes para encauzar. Lo decía, me cuentan, contando esos jóvenes como objetos de su deseo libidinoso y hacerles caminar por un infierno después.
Después había que instalar la campana, o “poner un sagrario digno para el Señor”. Elcoso compró un nuevo sagrario en Arte Granda. “No se andaba con chiquitas. ¡Qué piadoso, como trata de bien las cosas del culto a Dios!. ¡De Granda, en un barrio de medio pelo!”.
Relatan que su agenda diaria estaba repleta de actividad y que contaba con múltiples fuentes de ingresos. Le enamoraba la residencia de ancianos y primera hora de la mañana acudía a celebrar misa allí y después iba al instituto hasta el mediodía. Después no se sabía muy bien a qué se dedicaba. También fue párroco de Conchell, cerca de Monzón. Se llamaba mucho con Mengano, de las piscinas municipales de Conchell, en ocasiones a altas horas de la madrugada. Así lo contaba él a sus amigos. En Conchell también ganaba mucho dinero. Al colegio Santa Ana de Monzón iba a decir la Misa por Navidad, y para el fin de curso también. Se involucraba en todo, cosa que despertaba buena onda en la gente. Elcoso iba por la calle y las abuelitas le daban veinte Euros para sus caridades.
Relaciones complejas con sus obispos. Tibieza culpable de la jerarquía
El cardenal arzobispo de Barcelona (2015- ), Juan José Omella, fue obispo de Barbastro-Monzón desde 1999 hasta 2004. Omella inauguró el Hogar de la Madre Ràfols, fundado por Amadeo Elcoso. Amadeo Elcoso se llevó mal con el obispo que sucedió a monseñor Omella desde 2004 hasta 2014, el ya difunto monseñor Alfonso Milián. Milián sabía casi todo sobre Elcoso.
Según me explican, Monseñor Milián comentó en un corrillo de amigos con ocasión de un viaje con jóvenes a Polonia: “me lo tuve que sacar de en medio, no podía más”. Y lo mandó a Barbastro, la otra ciudad referencia de la comarca, a una iglesia llevada por la Prelatura del Opus Dei. Según algunos lugareños, mandar a Elcoso a Barbastro “fue una metedura de pata del obispo Milián”. Elcoso explicaba a todo el mundo que mandarle a Barbastro “fue una promoción, porque todo lo hizo bien”. La verdad es que todo el mundo estaba engañado, puesto que se llegaron a enviar cartas al obispo Milián para que no lo alejara de la iglesia de San José en Monzón.
El obispo Alfonso Milián intentó recuperar a Elcoso. Sin éxito
En el culmen de la actividad promiscua de Elcoso, posiblemente después de la presunta violación por la que se le ha juzgado desde el verano y ya visto para sentencia, el obispo Milián había intentado que Elcoso acudiese a un centro de atención psicológica para recibir tratamiento, pero este se negó rotundamente. Monseñor Milián acabó llevando a Amadeo Elcoso a hacer penitencia al monasterio de Leyre.
Ya en el monasterio, Amadeo Elcoso contaba a sus conocidos y amigos que estaba sufriendo, que no le dejaban hablar por teléfono, incluso explicaba que había pedido una manta, y “a ver si se la concedían”. Decía que dormía en las mazmorras. Con la orden de que no saliera, monseñor Milián pretendía tener a Elcoso controlado, para encauzarlo. Elcoso explicaba de los monjes de Leyre que había mal ambiente en la comunidad, que no se hablaban entre ellos. “Cuando decía pestes de algo es para que tú les cojas manía, él esconde algo con este proceder”, me explican quienes conocen a Elcoso. El mismo arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, promovido al sacerdocio por Elcoso, explicaba que esas quejas eran fruto de su fantasía, en definitiva mentiras de Elcoso. En el monasterio de Leyre estuvo un mes aproximadamente.
Antes de llevarlo a Leyre, monseñor Alfonso Milián le había llevado con su propio coche al Cenáculo, en Francia. Elcoso no quiso quedarse allí, ante la abundancia de drogadictos y otros casos de personas llevadas allí para recuperarse. Después de Leyre fue llevado a las hermanitas de los desamparados en Tafalla a petición del propio Elcoso. “Le gustaba esta congregación, porque eran muy limpias. Elcoso era muy limpio, eso sí”, me explican.
En Tafalla estuvo dos o tres meses pero “le echaron porque una noche la madre superiora oyó ruidos y se encontró a Amadeo teniendo relaciones sexuales con un hombre en el comedor. Elcoso se justificó ante la madre superiora alegando que ese hombre era un amigo de Monzón que se había separado, y que era profesor de la Universidad de Navarra. Que necesitaba ser abrazado y consolado. Sin embargo, no había ningún profesor con ese perfil. Se lo sacó de su imaginación”, me explican.
La búsqueda de trabajo en Barcelona
Finalmente Elcoso se trasladó a un pueblo de la comarca de El Penedés en Cataluña, acogido por una familia de Monzón, aproximadamente desde finales de diciembre de 2013 y por un par de meses, con la idea de buscar trabajo en Barcelona. A esa casa de El Penedés le llegaban las cartas relativas a su proceso de secularizacion desde Roma. Él seguía vistiendo de cura y no atendía esas cartas, decía que se había iniciado una caza de brujas contra él.
La actitud de Elcoso hacia la búsqueda de un trabajo civil, y su comportamiento posterior han suscitado preocupación entre aquellos que le ayudaron a conseguir un empleo y entre aquellos que se lo dieron, mostrando Elcoso un claro abuso de confianza hacia todos ellos. Según fuentes, un empleador de Elcoso contrató una investigación privada sobre él al notar su comportamiento extraño, aunque el informe fue posteriormente destruido por la misma familia que lo encargó. Elcoso presentaba perfiles diversos ante diversas circunstancias, y mantenía relaciones sexuales esporádicas con hombres a los que conocía a través de sus actividades de voluntariado, en ocasiones en parroquias en las que actuaba como laico y donde no sabían que era sacerdote secularizado. Ayudaba fundamentalmente en la logística y las actividades caritativas. Algunos de esos encuentros sexuales serían en casa de una familia de la burguesía catalana que le ofreció un empleo de asistente, en el apartamento que le habían asignado. Esa familia no tenía idea de la doble vida de Elcoso. En realidad, me comentan los que conocen toda la historia, “Amadeo iba a las parroquias a buscar carne fresca, con la excusa de ayudar”.
La señora de una de las familias de empleadores de Elcoso preguntaba “y quién es este que viene a las 9:00 de la noche cada día”. Él decía: “Ah no, tranquila, me los manda fulanita, o menganita, para que me ayuden con el ordenador”, etc. Esta misma persona que le habían enviado para ayudarle reportó más tarde que “Amadeo le había echado a patadas y que creía que estaba entrando en un terreno muy peligroso”. “A otros se les veía en la pinta a qué iban a la hora de encontrarse con Amadeo”. “Ah no, se había equivocado, se había equivocado”, contestaba alguna vez Elcoso cuando la familia le preguntó por una persona que había llamado a su apartamento con un aspecto extraño. “Siempre tenía respuestas para todo”, decían de él.
En un episodio posterior, llevaron a Amadeo a la clínica Quirón de Barcelona. Le acompañó una de las personas que le ayudaba en todas sus cosas, quien se llevó un chasco de muerte, “fue horroroso”, cuenta, “cuando empezaron a desfilar hombres uno detrás de otro” para visitarle, de entre sus amistades especiales. El proceso de búsqueda de empleo en Barcelona falló.
Omella y Elcoso se vuelven a encontrar en Barcelona
Monseñor Omella miró a un lado como obispo de Amadeo Elcoso. Más tarde, en cambio, protegió a Daniel Peruga, quien colaboró para hundir al arzobispo Ureña por intereses personales, como te he explicado más arriba. La prensa española se hizo eco de que monseñor Omella dirigió la trama para defenestrar al arzobispo Ureña. Nadie ha desmentido la explicación de que, facilitando a Daniel Peruga ese pago en dinero y dos autos como pago en especias, y poniéndole una alfombra roja como salida de su vida de engaño y sexo como diácono, Omella le mantendría callado respecto a su falta de actuación en Monzón con el caso Elcoso.
Sin embargo, monseñor Omella tenía capacidad de actuar cuando quería. Una prueba de ello lo constituye el caso del Rvdo. Sergio Martínez, quien estando en Binéfar, población cercana a Monzón, dejó a una chica embarazada. El niño se lo quedó la madre, y monseñor Omella mandó a Sergio Martínez a un pueblo de la colindante provincia de Zaragoza. El hijo del Rvdo. Martínez tendrá ahora unos 20 años, y su padre sacerdote nunca ha dejado de ejercer el ministerio sagrado.
La Iglesia tiene previstas estas circunstancias de paternidad de sacerdotes, aunque se han utilizado contra el Rvdo. Miguel Ángel Barco acusándole de una falsa paternidad para secularizarle y remachar así el trágico caso de la defenestración de monseñor D. Manuel Ureña de Zaragoza, del cual M. A. Barco fue secretario personal. Por todo ello la conclusión puede ser que Omella no quiso comprometerse, actuando como se ha visto que actúa en los años siguientes hasta hoy, dejando que el tiempo arregle las cosas, o no. Pero siempre guardando silencio. Existen preocupaciones sobre el conocimiento y esfuerzo por ocultar otros casos de abusos por parte del ahora cardenal Omella.
Tras la llegada de monseñor Omella a Barcelona para tomar posesión como arzobispo en el año 2015, fue este informado con todo lujo de detalles sobre el hecho que Amadeo Elcoso se hacía pasar por otro, utilizando el nombre ficticio “Nacho”, yendo a diversas parroquias a ayudar y pasando desapercibido.
El Rvdo. Javier Clusa, de Monzón, era amigo mutuo de monseñor Omella y de las personas de Monzón que ayudaban a Elcoso. El Rvdo. Clusa lo sabía todo, y se le pidió que informara expresamente a monseñor Omella de que su antiguo sacerdote de Monzón estaba en Barcelona.
En Monzón comentan que Omella no es ni era trigo limpio. “Cuando le interesa algo pregunta, cuando no, no”. Incluso el mismo agente de monseñor Omella en la trama para defenestrar al arzobispo Ureña por razones políticas (el ex vicario judicial, junto a la ex notaria diocesana, ahora condenados a dos años de cárcel por desviar dineros del tribunal eclesiástico para otros menesteres y sin permiso), habla en esta línea del carácter del ahora cardenal Omella.
Silencio rotundo de la Iglesia oficial, antes, durante y después
La Iglesia Católica española y la diócesis de Barbastro Monzón evitan la conversación sobre Elcoso. No se ha mencionado nunca esta tragedia ni se ha proporcionado una explicación a los feligreses. La trágica realidad de este silencio plantea significativos interrogantes sobre la ética y el sentido de responsabilidad que se vive dentro de la Iglesia Católica tanto a nivel de individuos como de institución.
La idea de la gente común es que monseñor Omella tenía que conocer el comportamiento de Elcoso. Monseñor Omella había inaugurado el hogar de la Madre Ràfols, fundado por Elcoso. Se le conocen a Omella ocultamientos de otros casos de pederastia y la no-investigación de sacerdotes sospechosos de haber abusado de menores y se le ha puesto frente a esta realidad en una rueda de prensa. Entre estos casos se incluye el de un sacerdote de su actual diócesis, Barcelona, del que se dice que violó a una monaguilla en Guinea Ecuatorial.
También monseñor Ángel Pérez Pueyo, actual obispo de Barbastro Monzón (27 de diciembre de 2014- ) fue puesto al día En 2015 sobre el proceso de “rehabilitación” social de Elcoso y las ayudas que le habían proporcionado algunos fieles de la diócesis, y sobre la imposibilidad de cualquier progreso en esa línea por la falta de colaboración de Elcoso. Monseñor Pérez-Pueyo pidió a esas familias que insistieran, y parece que eso fue todo lo que, hasta día de hoy, se ha hecho desde el obispado, aparte de procurar que no les perjudique el caso. La familia que más se había desvivido por Elcoso se estaba reponiendo en 2015 del enorme desgaste que le supuso desvivirse por él. Y todavía no se han acabado de reponer.
Don Guillermo, vinculado al Santuario de Torreciudad del Opus Dei, había sido el director espiritual de Elcoso en una época, así como de otros alumnos o ex alumnos del Colegio Eclesiástico Bidasoa, y sacerdotes de la zona. Recordamos que Elcoso era socio en ese momento de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, para curas diocesanos con vocación al Opus Dei, indisolublemente unida a la Obra. “Lo era de nombre, él vivía al margen. Estaba enterado de todo pero no era partícipe activamente. Si tenía que ir a una convivencia iba. Pero hacia las cosas a medias”, me explican.
El mismo ex diácono Daniel Peruga, se había puesto en contacto en su día con Don Guillermo para explicarle la situación de acoso que sufría, pero D. Guillermo no le creyó. Una familia conocedora de toda la historia intentó también hablar con el Rvdo. Guillermo pero este no escuchó, era algo que le superaba. “Estaba perdido porque Amadeo Elcoso le mentía en todo lo que le contaba. Amadeo es de tal manera que te engatusaba”, afirman. Finalmente el Opus Dei destinó a D. Guillermo, ya mayor, a la región de Andalucía en España. No sabemos si el obispo, como único responsable de la Diócesis y como único superior de Elcoso, pondría al corriente al Opus Dei. No parece problable que la Obra ignorara esa realidad.
Actualmente Amadeo Elcoso sigue viviendo con su novio en una población de la provincia de Barcelona. Se trataría de un extranjero adinerado, aparentemente desconocedor de la condición de sacerdote secularizado de Elcoso. El sentimiento colectivo sostiene que el obispado tendría que haber sacado una nota para los fieles ante estos trágicos acontecimientos que han llevado al juicio del siglo estas últimas semanas. Han optado por el silencio.