OPINIÓN

El brexit de Boris Johnson

por Jorge Iván Garduño Jorge Iván Garduño

El Parlamento inglés está compuesto por 650 escaños, y el Partido Conservador, liderado por el ex alcalde de Londres Boris Johnson, consiguió pasar sobradamente la barrera de los 326 que se necesitan para obtener esa ventaja.

Alcanzaron 364 escaños, la mayor victoria del Partido Conservador desde las elecciones de 1987, cuando la primera ministra en ese momento, Margaret Thatcher, consiguió 376 escaños en el Parlamento en su tercer mandato consecutivo.

Boris Johnson, tras ganar las elecciones, se reunió el pasado viernes 13 de diciembre por la mañana con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, esto para pedir formalmente la formación de gobierno, tras lo cual anunció primeramente que comenzará a tramitar en el Parlamento su ley del brexit. El segundo anuncio ha sido más sísmico: informó sobre enmiendas en el texto legal para prohibir la posibilidad de que haya nuevas prórrogas de la salida de la Unión Europea.

Es decir, el Reino Unido abandonará sí o sí la Unión Europea cuando concluya el periodo de transición: el 31 de diciembre de 2020. Aunque no hayan concluido las negociaciones de la nueva relación comercial una vez que entre en vigor el 31 de enero de 2020 el brexit, y que incluye unos meses de transición, el gobierno se ajustará a los plazos ya fijados, por lo que el brexit se convertirá en una obligación legal, lo que ha despertado las especulaciones y las alarmas en toda Europa, y más allá.

“Nuestro programa electoral dejó muy claro que no extenderíamos el período de transición y que una nueva ley con el acuerdo de retirada prohibiría al gobierno decidir una nueva prórroga”, dijo un portavoz de Downing Street, residencia oficial del primer ministro del Reino Unido.

Boris Johnson, a su entrada a la Cámara de los Comunes, repitió a coro con su bancada el eslogan de su campaña electoral: “Get Brexit Done” (“Cumplamos ya con el brexit”), y dijo en su intervención:

“El viernes que viene (20 de diciembre), este Parlamento va a meter ya en el microondas el acuerdo de retirada. Y a partir de ese momento, este Parlamento democrático, este Parlamento del pueblo, se pondrá a trabajar”.

En los términos establecidos en el acuerdo que forjó Boris Johnson con Bruselas se contemplaba la posibilidad de que el período de transición que comienza el 31 de enero, y que durará hasta que concluya 2020, pudiera extenderse uno o dos años. El consenso general, a pesar de las declaraciones de firmeza y buena voluntad del primer ministro, reconoce que no será posible cerrar una nueva relación política y comercial entre los dos bloques en el breve período de once meses.

El partido laborista, humillado electoralmente e inmerso en los inicios de un proceso de renovación interna, intentó protestar ante el avance arrollador de la nueva realidad, y dijo: “Es algo típico del comportamiento temerario e irresponsable al que nos tiene acostumbrados el gobierno de Boris Johnson. Los conservadores han demostrado una vez más que están dispuestos a poner en riesgo los trabajos de la gente en búsqueda de su brexit duro”, denunció Keir Starmer, todavía portavoz laborista para la salida de la Unión Europea y uno de los nombres que se barajan en la carrera por la sucesión de Jeremy Corbyn, contendiente político de Johnson en las elecciones del 12 de diciembre.

Johnson reunió el lunes a los 109 diputados conservadores que se estrenan en esta legislatura en la Cámara de los Comunes para darles claras instrucciones de cuál iba a ser su prioridad: “Tenemos que cumplir con lo prometido, y hacerlo cuanto antes. Los votantes han depositado en nosotros su confianza, y esa confianza es sagrada”, les dijo. “Algunos de ustedes vienen de circunscripciones donde el Partido Conservador no había tenido ninguna representación durante cien o más años”, añadió.

El flamante primer ministro se ha impuesto, y ha impuesto a los suyos, dos fases de actuación sin posibilidad de tregua. En una primera quiere dejar atrás cuanto antes el debate en torno al brexit. En una segunda, comenzar a desarrollar una agenda de inversión pública en el norte de Inglaterra y en las Midlands (Tierras Medias), tal vez por el temor al impulso de un referéndum independentista de Escocia, impulsado por la ministra principal de esa región, Nicola Sturgeon.

Finalmente, el tiempo para que Reino Unido deje de pertenecer a la Unión Europea ha llegado, el brexit se efectuará más tarde que temprano. No habrá ni ganadores ni perdedores, pero sí una profunda división en ambos lados del Canal de la Mancha.

Tiempo al tiempo.