El viernes 10 de enero, un amigo me hizo llegar dos videos y dos fotos de un joven que se encontraba en la intersección de la Avenida Miranda con la Tulio Febres Cordero, en esta ciudad de Mérida, completamente solo exhibiendo un pequeño cartel que contenía el siguiente mensaje: *FUERA MADURO POR TRAMPOSO¨. Luego de un rato allí, se hizo presente una pareja de oficiales motorizados de la policía municipal de Libertador, seguramente alertados por algún sapo, quienes se acercaron al joven para alertarlo de que debía retirarse del sitio o de lo contrario podía ser detenido. El joven con mucha claridad y valor les hizo saber que estaba ejerciendo su derecho constitucional a protestar para reclamar el robo de su voto el 28 de julio, al parecer los dos oficiales se percataron de que tenía razón y se marcharon. Minutos después llegó una comisión en una patrulla del mismo cuerpo policial y lo conminaron a que entregara el cartel que portaba o lo tendrían que detener y ponerlo a la orden de Fiscalía; quien comandaba la comisión se pasó por el forro el derecho que nos consagra la Constitución vigente pero desconocida por la tiranía, y le arrebataron la pancarta, afortunadamente no lo secuestraron. Pienso que los que integraban la comisión exhibieron en su comando la pancarta como si se tratara de un trofeo que acababa de lograr el Estudiantes de Mérida FC. Desarmaron al joven, pero se quedó allí para que todo el que pasara se diera cuenta de que la verdad asusta al totalitarismo, por eso la amenaza no era el joven sino el mensaje que transmitía, pensaron que lo habían desarmado, pero sucedió todo lo contrario.
Traté de localizar a este admirable joven para narrar en este artículo mi conversación con él, pero me fue imposible. Espero que si él o alguien que lo conozca me lee, haga contacto conmigo. Es que la acción cumplida por este valeroso y talentoso joven tiene varias lecturas que trataré de desarrollar:
1.- En cada uno de quienes sufragamos por Edmundo González Urrutia ha quedado grabado el resultado de nuestra mesa, el del centro de votación, el de la parroquia, el del municipio, el del estado y el del país y estamos convencidos y complacidos de que los tramposos apenas si ganaron poquísimas mesas, centros y una que otra parroquia, pero Edmundo les dio una paliza en todos los estados, incluido el Distrito Capital (excepto en el estado Sucre, donde también ganó Edmundo pero la diferencia fue de 10.000 votos). Este joven con su cartel nos está diciendo: no podemos olvidar que quienes gobiernan son una mafia de tramposos, pero aun asesinando al mensajero no podrán matar el mensaje.
2.- De aquí en adelante cada vez que se convoque una marcha o concentración, todo el que asista debe exhibir ese cartel para que a nadie se le olvide que fuimos víctimas del más grande robo que se haya hecho a la soberanía popular.
3.- Sin ninguna duda que quienes fueron testigos de mesa por Nicolás Maduro, coordinadores de centros de votación, responsables de distintos operativos, jefes de UBCH, jefes de calle, incluso los integrantes del Plan República, que conocen el resultado en su territorio, hoy se debaten entre admitir ser tramposos o decir la verdad, pero sienten que su vida y la de su familia está amenazada.
4.- La pancarta de este joven ratifica que los demócratas ganamos con mucha ventaja el juego, porque teníamos ajilei, tal cual lo mostramos, pero el perdedor colocó sobre la mesa una pistola gritando que él era el ganador, negándose a mostrar las cartas y se empeñó en no pagar.
5.- Cuando a uno lo han robado y sabe quién lo robó, acude a la autoridad competente para interponer la denuncia. Pero, cuando la autoridad es cómplice del delito, cooperador o beneficiario del mismo, solo queda buscar al ladrón y recuperar el bien del que se apropió. En este caso se trata de un bien que pertenece a casi 8 millones de venezolanos representados en la voluntad popular, corresponde a cada uno acudir a su recuperación.
6.- Los venezolanos, de manera cívica, ordenada, pacífica, legal y constitucionalmente le hemos demostrado al mundo mediante el sufragio, que queremos vivir en democracia, en libertad y en paz. Pero quienes ahora usurpan el poder por las malas han cerrado la vía electoral como herramienta de lucha cívica y democrática; seguramente obligando a muchos a tomar la vía de la fuerza, cuyo resultado y consecuencias son impredecibles. ¡El que siembra vientos cosecha tempestades!
rafael.tuto@gmail.com