O la antimetodología como análisis. El madurismo ha enloquecido a media humanidad. Y empobrecido a la otra y viceversa up side down. Hasta Trump perdió la sindéresis y despidió a Bolton. Your services are not needed anymore. Se dicen cosas inverosímiles. Verdaderos estados de insanidad y sinrazón. Y más allá los opositores se lenguatrapean a cada instante. Fíjense ustedes: si Francisco Torrealba no puede ser diputado porque aceptó un cargo en el Poder Ejecutivo como ministro, qué será de la vida de Guaidó que aceptó un cargo en el Poder Ejecutivo como presidente. ¡A loquetera caracha!
Un viejo pillo de apellido Coronel que se fue con la cabuya en la pata, después de hacerse de unos buenos reales en Pdvsa, despotrica desde Estados Unidos diciendo que Edgar Zambrano perdió la razón cuando agradeció sencillamente las gestiones del otro Zambrano para su liberación. Unos orates espabilados y fuera del control de las pastillas Prozac aseguran que la intervención de los partidos hiperchiquitos y enanitos, como a ellos les gusta etiquetar, no tuvo efecto alguno en la liberación de presos, sino que se debió a la gesta histórica que concluyó en la toma con cambures y topochos del puente de Altamira frente a la base aérea de La Carlota.
Los héroes del plátano del 30 de abril montados sobre un supuesto golpe de Estado exigen que no sean juzgados por tales delitos o conductas, pues, óigase bien, el golpe de Estado falló y por lo tanto, al no existir el delito, al no consumarse, no hay materia sobre la cual juzgar y por lo tanto tienen derecho de intentarlo de nuevo. Mientras tanto reclaman libertad de movimientos, asociación y tránsito. Más acullá, en otros predios, al discutir sobre el regreso de la bancada del PSUV se tejen las más diversas hipótesis, un verdadero antianálisis.
En el fondo, así yo lo veo, el regreso de los rojos al Parlamento es una declaratoria absoluta, un reconocimiento directo, una admisión pública de la legalidad, la existencia, la constitucionalidad de la Asamblea Nacional. Allí coincido con el Turko Ramos Allup: Tanto nadar para ahogarse en la orilla. El desacato se fue largo al demonio. Queda para las páginas de la vergüenza.
En lugar de discursear en un tono de altura, el debate se traslada a otros terrenos que agudizan el conflicto y alejan las posibilidades de una negociación, de un acuerdo, de un entendimiento. A la vuelta de la esquina algunos apasionados de un futuro de pólvora y muerte, los gestores de la guerra, reunidos en un aquelarre de odio encienden cirios rogatorios del TIAR. Una vez que los anhelos y sueños de un golpe militar encabezado por criollitos generales rebeldes se estrellaron como patillas frente a la realidad, recurrieron al llamado de fuerzas extranjeras. Justificar la invasión a otro país es difícil, es inmoral; pero testificar a favor de la invasión a nuestro país es todavía más despreciable.
En el lado rojo Tarek Saab Tattooman juega al leninismo: “Un preso afuera, dos nuevos adentro”. Claro que Avanzada está de acuerdo con la libertad de los presos políticos, jamás caeremos en la absurdidad de impedir la libertad “de los que ya están presos” en virtud de que puedan venir nuevas detenciones. Otros menos inteligentes aducen que las sanciones estadounidenses no afectan para nada los niveles de vida, de abastecimiento y funcionamiento de la economía venezolana. Que es pura paja que el boicot altere los niveles de vida y que el programa Petróleo por Alimentos magistralmente diseñado por Francisco Rodríguez es imposible y para nada recomendable.
En las trincheras presidenciales los gerentes del régimen inventan mecanismos perversos para seguir regalándole el petróleo a Cuba y circuitos inimaginables por donde contrabandear el oro negro hacia Asia. El gato y el ratón. El gato Estados Unidos persiguiendo por todos los mares a los barcos-ratones del madurismo. Y así pasan los días, y yo, desesperado, y la vida diciendo, quizás, quizás, quizás.
En este equilibrio de fuerzas, equilibrio inestable, nos vamos hundiendo cada vez más. Al final de los tiempos nadie habrá ganado, todos habremos perdido. Solo quedarán rastrojos de lo que fuimos. Bueno, según García Carneiro los Tiburones de La Guaira tendrán estadio propio. Y todo listo.