En los confines de la memoria la distancia cobra proporciones que escapan a la geografía y al sistema métrico, las emociones esculpen sensaciones en el alma y quienes viven en la lejanía separados de su gente, de sus ciudades, de sus calles, de esos olores, colores y sabores que llevan de compañía junto a una intermitente melancolía. El desarraigo es un proceso exigente, es como emparedar muchas ventanas, es cortar afanosamente unos hilos que se empeñan en crecer cada día. Venezuela durante un siglo era el destino elegido o fortuito para miles de personas que soñaban con un nuevo comienzo, por los malabares de la historia nuestra nación es hoy la que ve partir a millones de hijos a los que las terribles condiciones los han obligado a marchar sin mirar atrás, aunque cada quien deje detrás un poco de si. La patria y el hogar son para la inmensa mayoría un estado espiritual al que siempre se le echará una fugaz mirada a través de las hendijas que el olvido y la necesidad no pueden tapiar.
La modernidad, progreso e innovación son algunas de la características de Dortmund, la octava ciudad más grande en Alemania, antiguo emporio carbonífero y metalúrgico. En la actualidad es la urbe alemana con mayores índices de sostenibilidad y digitalización. Destaca su poderosa actividad biomédica, la vanguardia en microsistemas y alta calidad de los servicios. Dortmund acoge a muchas instituciones culturales, deportivas y científicas, que sumadas, sumadas a la bien cuidada planificación urbana, la llevan a catalogarla como la metrópoli verde. En medio medio de construcciones centenarias, futuristas edificaciones y bucólicos parques, se producen pujantes desarrollos artísticos. Es aquí donde una modesta pero aguerrida agrupación teatral formada por venezolanos se hace espacio con plausible desempeño, la Dali Moustache (El bigote de Dalí).
Como las viejas historias de centenares de artistas que llegaron a Venezuela a sembrar su obra, nuestro país, producto de una importante migración pero a la inversa, brinda ahora a otros países el talento de profesionales del arte que, por la lamentable situación de la actual estructura artística, económica y social, decidieron buscar otros caminos e intentar continuar haciendo el bello oficio de crear. Desde 2016 el núcleo familiar formado por Ismael Monagas, Cyntia Scholz y sus jóvenes hijos Sara y Rodolfo Parra fija residencia en Dortmund; afrontando los rigores de todo proceso migratorio y la necesaria adaptación, deciden romper con la barreras y proseguir con el trabajo que venían desarrollando desde hace más de veinticinco años: estar sobre los escenarios. La intrépida decisión pasó por los mayores obstáculos, entre ellos, el idioma; aprender y comprender el habla de donde se vive es fundamental, ni que decir de lo que podría significar estar frente a un público del cual se desconoce completamente su lengua. Desde la llegada a Europa dieron seguros pasos con las herramientas que les otorgaba la dedicación y rigor con el que se formaron en nuestro país. Al inicio la actividad estuvo orientada al público hispanoparlante, pero tan pronto como en el 2017 ya daban sus primeras muestras de arrojo, haciendo teatro en alemán; de la mano de Rolf Dennemann forman parte de la obra Tohuwabohu/ Tal der fligender Messer, dando inicio a una fructífera relación con la compañía de este reconocido director.
Con inusitados resultados; el grupo Dali Moustache ha podido realizar obras completamente en alemán, contando entre sus filas a respetados profesionales con largas trayectorias en la escena germana, como Lore Duwe, admirable actriz, bailarina y cantante, quien acumula experiencia con auténticas figuras como la prestigiosa Pina Bausch o el aclamado director de cine Tom Tykwer. El trabajo en equipo de El bigote de Dalí los ha hecho destacar dentro y fuera de los teatros. El carisma, compromiso y talento, aunados a esa venezolanidad positiva y emprendedora les hacen ser reconocidos como “La familia”, lo que los lleva a ser parte de los elencos en distintas agrupaciones, como Chancen Café 103, Borsing 11 y frecuentemente dentro de la que es su mayor apoyo: Artscenico Performing Arts de Rolf Dennemann. Uno de los logros que evidencia el esfuerzo y constancia de esta agrupación de origen venezolano es el ser incluidos en el sistema oficial de cultural de Dortmund (Netzwerk Dott- Dortmunder Tanz-und Theaterszene), lo que les permite recibir subsidios de organismos alemanes y europeos, para así garantizar el estar plenamente dedicados a la actividad creativa. Dali Moustache, con una breve pero sostenida labor han podido producir montajes con un sello distintivo, representando obras de dramaturgos venezolanos en varias ciudades alemanas, Hamlet Nirgendwo (El Ojo de Hamlet) escrita por Jorge Cogollo, versionada y dirigida por Cynthia Scholz y la reciente Roter Wolf die andere Geschichte von Rotkäppchen (Lobo rojo) de Marcos Purroy, dirección de Cynthia Scholz, pieza en la que plasman la búsqueda estética apoyados en variados elementos: recursos cinematográficos, animaciones digitales y proyecciones tridimensionales, creados de manera solvente por Ismael “el Chino” Monagas.
“La familia”, por su constante búsqueda y brío, destaca como un modelo de convicción y perseverancia y como una pequeña pero valiosa muestra del capital humano venezolano que está regado por el planeta. Estos andariegos de los escenarios han recorrido difíciles e intimidantes caminos, haciendo también de su discurso, una bandera patria; en cada ensayo, en cada función o en cada aplauso hay algo que representa a nuestro país, que, al igual que estos artistas, aún tiene mucho que ofrecer. El Bigote de Dalí merece nuestro respeto y que les apreciemos como ejemplar estímulo, para que como ellos, cientos de miles de hermanos alejados de su tierra consigan el progreso y la ventura, lo que acá por ahora, parece negado por nuestro doloroso presente. En el empeño, mística y pasión de estos valientes artistas conseguimos el impulso y un aliento para no bajar los brazos; debemos estar convencidos de un despertar de la consciencia. Mientras, construiremos un mañana, donde, junto a los que un día regresen subiremos el telón a la promesa de la más grandiosa obra: la Venezuela de un honroso futuro.