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El affaire entre CZ y SBF

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I

Al momento de escribir este artículo, la noche del lunes 14 de noviembre, hay al menos tres artículos publicados idénticos que no abordan correctamente el asunto ocurrido entre los CEO de Binance y de FTX.

El primero, firmado por Kalley Huang, fue publicado en el New York Times (nytimes.com) el pasado 10 de noviembre y se tituló «What happened to FTX? Here’s what to know». El segundo es el mismo artículo traducido en la versión del mismo diario en español pero publicado el 14 de noviembre con el título de «¿Qué pasó con FTX? Esto es lo que tienes que saber». El tercero es el mismo artículo anterior en español, también publicado el 14 de noviembre, pero por La Patilla con los respectivos créditos para el New York Times.

En este artículo arriesgo una conjetura sobre lo sucedido y sustento mis argumentos en un trabajo y tres artículos más, todos los cuales, incluidos los mencionados en el párrafo anterior, son perfectamente ubicables en la Internet.

II

El primero es uno del Pew Research Center, fechado el 15 de noviembre de 2021 y titulado «News on Twitter: Consumed by most users and trusted by many» (Noticias en Twitter: consumidas por la mayoría de los usuarios y confiadas por muchos). Sus autores son Amy Mitchell, Elisa Shearer y Galen Stocking.

El trabajo tiene 23 páginas y está basado en una encuesta y en una metodología sobre las cuales no me extenderé aquí por meras razones de espacio. Una de sus conclusiones es que alrededor de siete de cada diez usuarios de Twitter obtienen noticias en dicho portal y siete de cada diez de estos consumidores de noticias recurren a Twitter para conocer las últimas noticias (breaking news). Otra es que dos tercios de los consumidores de noticias de Twitter tienen al menos cierta confianza en la precisión de las noticias allí publicadas. Según el portal Statista y para 2022, Twitter cuenta con 345,5 millones de usuarios.

Una primera reflexión sobre tales hallazgos es que, precisamente, la data procesada procedente de Twitter permite la materialización del Análisis de Sentimiento (Fear and Greed Index, por ejemplo), mismo que al momento de escribir este artículo está en su primer cuartil con 24 sobre 100, es decir, en la zona de “miedo extremo”.

Una segunda reflexión para lo que sigue líneas adelante es que Twitter se constituye en un medio ideal para propagar rumores y más aún cuando el sentimiento que prepondera es el miedo. Al respecto hay un excelente trabajo publicado en el diario británico The Guardian, titulado «Reading the riots: investigating England’s summer of disorder» (Leyendo los disturbios: investigando el verano de desorden en Inglaterra), fechado en diciembre de 2011 y el cual utilicé para un artículo que escribí para El Nacional en enero de 2015 y que se tituló «La corta vida del rumor en Twitter». El trabajo de The Guardian tiene una inmejorable visualización interactiva que permite entender la dinámica de un rumor: cómo nace, cómo vive y cómo muere.

III

El segundo artículo revisado es uno publicado en Fortune el pasado 11 de noviembre de 2022 por Alena Botros y titulado «The historic crypto bubble: bitcoin is now the fifth-biggest wipe out of all time, BofA says, with a shocking chart of the last 50 years in finance» (La criptoburbuja histórica: Bitcoin es ahora la quinta mayor caída de todos los tiempos, dice Bank of América, con un gráfico impactante de los últimos 50 años en finanzas).

La investigación de BofA, basada en datos de Bloomberg, encuentra que el reciente desplome de bitcoin es el quinto más grande registrado y, con mucho, el desplome más grande desde la década de 1970.

IV

Luego de cerrar a la baja por dos días consecutivos (6 y 7 de noviembre), dicho desplome de la bitcoin se inició el día 8 de noviembre con una pérdida de 10% de su valor y continuó el 9 de noviembre con una pérdida adicional de 14% de su valor. En palabras más llanas y con respecto a su cierre del 5 de noviembre (21.282,69 dólares) ya para el cierre del día 9 de noviembre había perdido la cuarta parte de su valor (-25,38%).

Ahora bien, seis días antes del inicio del desplome de la bitcoin, el día 2 de noviembre de 2022, a las 2:44 pm UTC (10:44 am de Caracas), Coin desk publicó en su portal un artículo firmado por Ian Allison, titulado «Divisions in Sam Bankman-Fried’s Crypto Empire Blur on His Trading Titan Alameda’s Balance Sheet» (Las separaciones en el cripto imperio de Sam Bankman-Fried se desdibujan en el balance general de su titán comercial Alameda).

El artículo hace referencia a un «documento financiero privado» –argumento perfecto para no publicarlo, sin importar si existe o no– que Coin desk revisó y que por mención expresa se trata de una hoja de balance (estado de posición financiera). Allison afirma en dicho artículo una serie de situaciones con relación al activo y al pasivo de Alameda Research, las cuales no repetiré porque, simplemente, no me constan: no he visto tal balance. Adicionalmente, los lectores podrán corroborar que no hay, en ningún portal hasta la fecha en que escribo este artículo, publicados ni los estados financieros (auditados o no auditados) de Alameda Research ni los de FTX.

Sin embargo, tal artículo fue el utilizado por Changpeng Zhao, «CZ», el cofundador y CEO de Binance, para posteriormente hacer una serie de aseveraciones en su cuenta de Twitter sobre la situación financiera de FTX. A partir de aquí el hecho comunicacional entre CZ y SBF (Sam Bankman-Fried y CEO de FTX) se manejó, de manera deplorable e irresponsable, a través de “dimes y diretes” en sus respectivas cuentas de Twitter sin que interviniera, por ejemplo, ni Twitter ni la unidad de comunicaciones corporativas (si es el caso y la tiene) de FTX.

Aquí vale recordar la ley del rumor de Knapp-Allport-Post cuya intensidad depende de dos variables que se multiplican entre sí: la importancia del contenido del rumor para quien lo escucha (a modo de ejemplo, aquellos con posiciones en FTT y el mercado en general) por un lado y por el otro su ambigüedad (la imposibilidad de asignación de significado preciso al contenido que propaga el rumor y su origen o verificación). Las respuestas inapropiadas y torpes de SBF abonaron en favor de aumentar la ambigüedad, incrementando así la intensidad de los rumores.

Para ilustrar mejor el punto, estimados lectores, este asunto de publicar un hecho anecdótico sobre la situación financiera de una empresa sin mostrar sus estados financieros, es perfectamente equivalente a poner a circular un rumor del tipo: “un amigo tiene un primo cuya esposa es amiga de la esposa de un vecino que es contador en la empresa xyz y le dijo que xyz está quebrada”.

El caso es que a partir de la publicación del artículo de Coindesk, el 2 de noviembre, se inició la dinámica del rumor con afirmaciones y negaciones entre ambas partes, fundamentalmente en Twitter, sobre la situación financiera de FTX.

Por supuesto, después de la mencionada publicación en Coindesk, con los rumores ya propagados sobre la iliquidez (o insolvencia) de Alameda, con el anuncio de venta de CZ de los tokens FTT remanentes en su posesión, con el lamentable intercambio público mediante Twitter de los dos CEO, con el subsecuente desplome del valor del token FTT de FTX, con los índices de sentimiento del mercado sumergidos en la zona del miedo extremo y con el asentamiento de un pánico generalizado originador de retiros (corridas) en diversos criptointermediarios, un intermediario financiero (FTX y Alameda Research) cuyo activo tenia tokens que “valían” algo y que ahora han perdido el 70% de ese valor, sencillamente, queda en situación financiera comprometida (por decir lo mínimamente neutro) pues sus activos ahora valen menos que sus pasivos.

En tal circunstancia, el paso racional de FTX no era otro sino acogerse a lo permitido por la ley no solo para proceder a protegerse de una potencial avalancha de demandas y a liquidar, si es el caso, los activos remanentes de forma ordenada y “amistosa”, sino también para permitir que los tribunales con jurisdicción inicien investigaciones sobre su situación financiera antes y después del 2 de noviembre.

Por supuesto que queda aún por ver la segunda temporada de esta serie que refleja la carencia del más elemental sentido corporativo y responsabilidad social: la tipificación de la quiebra de FTX si es el caso (provocada, negligente, fortuita o fraudulenta) y la tipificación de la conducta de Coindesk y de CZ, el CEO de Binance.

En algún momento en el futuro, con tal información ubicable y verificable y con los estados financieros, tanto de Alameda Research como de FTX, en la mano, volveré a escribirles responsablemente sobre el asunto.

Sin embargo, estimados lectores, ustedes ya lo saben: el affaire entre CZ y SBF no ha sido otra cosa que una irresponsable guerra mediática entre dos egos en donde el daño colateral fue cuantificablemente grande y terceros, vale decir el mercado, salieron muy perjudicados y mortalmente heridos: el desplome más grande desde la década de 1970 es cosa extremadamente grave y seria.

 

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