OPINIÓN

El 80 aniversario de la primera victoria británica en el desierto (III)

por Carlos Balladares Castillo Carlos Balladares Castillo

Un día como el viernes (12 de febrero) pero de 1941 el general Erwin Rommel llega la capital de la colonia italiana de Libia en el Norte de África. Viene al rescate del ejército italiano que ha sufrido la mayor derrota de su historia y puede perder su presencia en las costas africanas del Mediterráneo. El Afrika Korps viene en camino pero demorará poco más de un mes para estar a punto e iniciar una contraofensiva. Un día como ayer (9 de febrero) la Western Desert Force del Imperio Británico llega a El Agueila, logrando su máxima extensión (más de 800 kilómetros desde su punto de partida en territorio egipcio: Sidi Barrani) y Trípoli (puerto-capital de Libia, último reducto de los italianos) parece estar al alcance. Pero probablemente le faltó audacia al teniente-general Richard O’Connor, tal como afirmó Rommel en sus Memorias; y/o simplemente fue afectado por dos factores fundamentales: el peligro de la extensión de las fuentes de abastecimiento en el desierto y la decisión de las máximas autoridades (primer ministro Winston Churchill y el general sir Archibald Wavell) para que parte de su ejército y su equipo fuera enviado a Grecia, lo cual se inició el 11 de febrero. No había nada que hacer, los británicos asumieron posiciones defensivas y el 14 recibieron la primera visita de la Luftwaffe (los famosos Stuka y los Me 109 con su camuflaje moteado del desierto). A continuación explicaremos cómo se llegó a este momento, para lo que debemos retroceder a finales de 1940.

Nos apoyamos en varios historiadores: Kenneth Macksey (también oficial de tanques en la Segunda Guerra Mundial), uno de los consentidos de la famosa editorial San Martín con sus obras: Fuerzas acorazadas aliadas (1970) y Beda Fomm: la victoria clásica (1976) y de la historiografía reciente: Jon Latimer, 2007, Operation Compass 1940: Wavell’s whirlwind y James Holland, 2018, The Desert War. Pero también consultamos lo que es una perspectiva del momento desde un famoso corresponsal de guerra: Alan Moorehead, 1944, Mediterranean Front: The Year of Wavell 1940-41. Sabemos que son solo fuentes británicas pero las razones están en que ellos son los que de manera más numerosa han estudiado este frente. Anhelamos leer fuentes italianas y alemanas, y ya tenemos a la mano australianas que esperamos revisar en las próximas entregas. Los diarios y memorias también serán usados.

Sir Archibald Wavell era el jefe militar de toda la región del Imperio Británico que va desde Sudán hasta el Medio Oriente teniendo su sede en El Cairo (Egipto). Para comprender la presencia del Reino Unido en la zona pueden leer nuestro anterior artículo, donde se explica el origen de la misma centrada en la importancia del canal de Suez como vía principal del comercio entre Gran Bretaña y sus colonias en Asia (la India y otras). Entre octubre y noviembre de 1940 diseñó la Operación Compass (brújula), la cual tenía como estrategia a largo plazo el expulsar a los italianos de la zona (Libia, Etiopía, Eritrea y Somalia). Primero los sorprendería en el Norte (desde Sidi Barrani que desde septiembre de 1940 había sido conquistada por los italianos en territorio egipcio) para después atacarlos en el Cuerno de África (las distancias acá son inmensas y con la dificultad de ser desérticas). El gran problema era la desigualdad entre los ejércitos que se enfrentaban. Los italianos eran superiores cinco veces en número de soldados y en algunas armas, es por ello que hasta diciembre los ingleses habían evitado enfrentarlos directamente y prefirieron retroceder. Pero en los encuentros que habían tenido descubrieron las debilidades italianas. Como diría el propio rey de Italia: Víctor Manuel III: “Nuestras divisiones, claras y desarmadas, no tienen de división más que el nombre” (Conde Galeazzo Ciano, “6 de enero de 1941”, Diario).

A diferencia de los italianos (ver nuestros artículos del 21 de octubre al 4 de noviembre de 2020 sobre su estrategia y las causas de su fracaso al intentar llevarla a cabo) los británicos poseían verdaderos tanques con igual o mejor calidad que los alemanes. Y lo más importante: cada día producían más y mejores. En el año de 1940 construyeron 1.400 que es un número casi similar al producido por el Tercer Reich. Al mismo tiempo habían aprendido de los errores cometidos en la Batalla de Francia (mayo-junio, 1940) y asumieron la Blitzkrieg. De esta manera la táctica que llevarían a cabo en el desierto contra los campamentos italianos era primero un ablandamiento con artillería y bombarderos aéreos, de inmediato el ataque de punta de lanza de los tanques pesados (en este caso los Matilda II con su coraza impenetrable), tercero la infantería motorizado con los carros ligeros destruirían lo que quedara, y simultáneamente a esto se les rodeaba por los flancos y retaguardia para evitar su escape (las famosas “pinzas”). Todo ello con apoyo aéreo permanente y siempre evitando que los campamentos italianos se apoyaran entre sí e hicieran valer su superioridad en número de soldados. No se puede olvidar que entre septiembre y noviembre la Western Desert Force fue reforzada con más de 130 nuevos tanques y tropas de la Commonwealth (Kenneth Macksey, 1970, Fuerzas acorazadas aliadas).

Entre el 9 y el 11 de diciembre retomarían Sidi Barrani destruyendo los diversos campamentos a su alrededor: Nibeiwa, Tummars, Maktila, Buq Buq y Sofafi. El número de prisioneros italianos se hizo inmanejable al sobrepasar los 36.000 soldados. En los siguientes días hasta el 15 de diciembre los británicos habían logrado pasar la frontera con Libia y tomaron Fuerte Capuzzo, Solum y Halfaya y se disponían a sitiar a Bardia, cuya batalla se llevaría a cabo en los primeros días de enero. Las bajas de la Commonwealth eran poco más de 100 soldados y los italianos pasaban los 2.000. Sin duda, los habían tomado por sorpresa y esta tendencia al uso de la rapidez en el ataque se mantendría en las siguientes semanas. Los líderes y altos mandos del Eje estaban alarmados, pero su respuesta era lenta y con ello el desastre se hacía mayor. La próxima semana nos dedicaremos al desarrollo de las batallas del mes de enero y tomaremos en cuenta otros aspectos como la aviación, el día a día de los soldados en los combates en medio del desierto y la otra parte de la estrategia: la reconquista del Cuerno de África.