OPINIÓN

El 80 aniversario de la Batalla de Inglaterra (IV)

por Carlos Balladares Castillo Carlos Balladares Castillo

 

Del total de pilotos de la Royal Air Force (RAF) que fueron derribados y sobrevivieron durante la Batalla de Inglaterra, 80% nunca vio a sus atacantes. El Messerschmitt Bf 109 (comúnmente llamado: Me 109) fue el verdugo de cada uno de ellos. Era el caza que pilotado por los llamados “experten” (los mejores ases: un as es el que logra más de 5 derribos) de la Luftwaffe, los cuales acumularon el mayor número de victorias de esa campaña, pero  también de toda la historia de la aviación. A continuación trataremos este importante tema que, a pesar de la promesa en la anterior entrega de comenzar con la perspectiva británica, consideramos que no podíamos dejar pasar. Porque es sobre los cielos del canal y Gran Bretaña donde nace realmente la leyenda de los Jagdflieger: los pilotos de caza alemanes de la Segunda Guerra Mundial.

Los pilotos del Tercer Reich –siguiendo a Martin Caidin, 1975, Me 109. Un caza incomparable (de la fantástica colección de la editorial San Martin)– sorprendían a los británicos desde las alturas. El Me 109 tenía una mayor altitud en comparación a los cazas de la época y podía lanzarse en picada con gran facilidad e iniciar después un rápido ascenso. El Hurricane (caza de la RAF más numeroso en la campaña) se veía sorprendido y terminaba siendo derribado. El Spitfire era más maniobrable (virajes cerrados) que su contrincante, pero no lograba ascender igual de rápido. En manos expertas el Me 109 era letal.

La Luftwaffe (nacida en 1935), desde que apareció en los campos de batalla del aire en la Guerra Civil española (1936-39) sorprendió a muchos. Los alemanes apoyaron al bando nacionalista con su Legión Cóndor y desarrollaron sus tácticas de dogfight (duelo aéreo cercano), entre otras. Al llegar a la Batalla de Inglaterra sus conocimientos y habilidades eran superiores, pero los pilotos de RAF (que incluían a muchos extranjeros cuyos países habían sido sometidos por la Alemania de Hitler) supieron darles pelea.

Desde la defensa del rescate de la BEF (Fuerza Expedicionaria Británica en Francia) por parte de la RAF en Dunkerque. La Luftwaffe había quedado sorprendida al enfrentarse ¡por fin! a un enemigo que podía poner a prueba todos los aprendizajes acumulados. ¿Quién sería el que lograra el mayor número de victorias entre los alemanes? El sistema de ascensos y reconocimientos (vía condecoraciones y propaganda) de la Luftwaffe se basaba en la cantidad. De esa forma se inicia una fuerte competencia entre los “experten”. Lo increíble del sistema alemán es que esto nunca afectó su espíritu de cuerpo y el trabajo en equipo que exige incluso el combate aéreo. A muchos comandantes de las Jagdgeschwader (JG) (alas o unidades de combate) se les exigía no seguir asistiendo a los combates pero ellos se mantenían volando para fortalecer su liderazgo.

Un buen ejemplo de estos casos fueron los pilotos: Adolf Galland (1912-1996) (cuyas Memorias ya citamos en anteriores entregas) y Werner Molders (1913-1941), los cuales fueron condecorados y ascendidos a comandantes de JG ¡y siguieron cazando! Eran amigos y como iguales competían entre sí para lograr el primero lugar, pero al final fueron superados por un tercero: Helmut Wick (1915-1940) con 42 derribos, mientras Galland logra 35, Walter Oesau (1913-1944): 34 y Molders: 28. Todos ellos seguidos por más de 30 pilotos que superaban las 10 victorias. Pero varios como Wick murieron o fueron capturados en la Batalla de Inglaterra, por las desventajas que padecieron en esta campaña: falta de autonomía del Me 109 (solo tenían 20 minutos para combatir) y si sobrevivían al derribo muchas veces se ahogaban en el Canal o pasaban la guerra como prisioneros de guerra por caer en territorio enemigo.

Todas estas apasionantes historias no han sido tomadas en cuenta por el cine debido a que fueron parte del bando perdedor ¡Después de ochenta años creo que ya es hora de superar una visión tan limitada de la historia!  En la película La Batalla de Inglaterra (Guy Hamilton, 1969) se valora a los pilotos alemanes, pero no son los protagonistas sino personajes secundarios aunque necesarios solo para que brillen los Aliados. No se puede negar que son mejor tratados que en anteriores filmes. En los documentales es diferente porque se analiza con lujo de detalles la vida y desempeño de los ases de la Luftwaffe, quienes doblaron las cifras de sus homólogos en la RAF.

Al volver a la cronología de la Batalla de Inglaterra, esta semana de principios de septiembre se están cumpliendo ochenta años de los días más difíciles para la RAF. Sobre el debate historiográfico en torno a la misma lo examinaremos en nuestro próximo artículo. Se tratará la perspectiva de los Aliados desde entonces. La mejor conocida por ser la que fue llevada al cine.

El piloto Galland y el as Werner Mölders durante el cumpleaños de Theo Osterkamp en abril de 1941