OPINIÓN

El 10 de enero no es casualidad: pudiera ser una terrible experiencia política y social

por Pancho Aguilarte Pancho Aguilarte
El 10 de enero ha generado mucha expectativa en los venezolanos

 

El 10 de enero de 2025 se perfila como una fecha crucial para Venezuela, marcada por una profunda crisis política y social. Nicolás Maduro planea asumir un tercer mandato presidencial, a pesar de las acusaciones de ilegitimidad en las elecciones del 28 de julio de 2024. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha declarado que dicha reelección carece de legitimidad democrática, citando la falta de transparencia y violaciones de derechos humanos durante el proceso electoral.

Por otro lado, el líder opositor Edmundo González Urrutia, quien ha ganado las elecciones con 80% de los votos, ha anunciado su intención de regresar a Caracas para asumir la presidencia el mismo 10 de enero. Sin embargo, enfrenta amenazas de arresto por parte del gobierno de Maduro, que ha intensificado la represión contra figuras opositoras. Recientemente, el yerno de González, Rafael Tudares, fue detenido por fuerzas de seguridad mientras llevaba a sus hijos al colegio, en un aparente intento de intimidación.

La comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Europea, ha expresado su rechazo a la posible toma de posesión de Maduro, anunciando que no reconocerán su mandato y condenando las acciones represivas contra la oposición. Además, se han registrado tensiones diplomáticas, como la reciente detención de un suboficial argentino en Venezuela, acusaciones que el gobierno argentino ha calificado de “complot ridículo”.

En este contexto, se prevén movilizaciones tanto de seguidores de Maduro como de la oposición en los días previos y durante el 10 de enero. La líder opositora María Corina Machado ha convocado a una manifestación para hoy 9 de enero, denunciando también actos de intimidación por parte del gobierno.

La situación en Venezuela es altamente volátil, y el 10 de enero podría ser un punto de inflexión en la lucha por la democracia y los derechos humanos en el país. La comunidad internacional y los ciudadanos venezolanos estarán atentos al desarrollo de los acontecimientos, con la esperanza de una resolución pacífica y democrática a la crisis actual.