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Ejércitos de cabezas pensantes

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«AMERICAN PROTEST BLACK FRIDAY: All Fridays matter!»  (ANONYMOUS) *

Estos días está la gente encendida en esta tierra del Arcipreste de Hita por un asunto no baladí (que diría el expresidente Rajoy). Permítame la digresión, amable lector, pero es que intento ver la parte buena de la gente. El país está dividido en dos bloques. Raro, ¿no?

Por un lado están quienes apoyan la Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual o, para entendernos, la ley de «solo sí es sí»; es decir, en una relación sexual solo se admite la existencia de consentimiento en dicha relación si se expresa este de forma clara y explícita. Se dan momentos y circunstancias en una relación en la cual uno de los dos integrantes puede arrepentirse o no querer continuar y está en pleno derecho a marcharse o dejarlo sin más. Esta ley fue aprobada en el Parlamento español en agosto y entró en vigor el pasado 7 de octubre de este año. En una relación de carácter íntimo la mujer ha sido una víctima de violencia y abuso. A partir de la ley del consentimiento explícito una víctima, hombre o mujer, no necesitará demostrar que se opuso con resistencia a una agresión sexual. No es extraña la reacción de paralización, en ocasiones causada por el pánico o la amenaza, en las que la víctima es incapaz de defenderse. Además, la nueva ley elimina la distinción entre abuso y agresión sexual por lo que algunos delitos sexuales serán considerados desde otra perspectiva legal alcanzando rebajas en las condenas. Obviamente, esta consecuencia no era deseable para nadie salvo para los agresores beneficiados.

En el lado opuesto se encuentran quienes se desentienden de entenderse. Enfrente habitan aquellos que no quieren saber nada, que miran para otro lado. Enfrente están los que culpan a las víctimas por su actitud alegre, su vestimenta o su independencia.

Y sin embargo, el conflicto no se pelea en estos únicos frentes. Hay muchos más. La política española suele disponer bandas de colores en los extremos. Así, quienes defienden todo lo que propone el Ministerio de Igualdad tratan de guiar a la comunidad hacia una manera de pensar responsable en la que el atrevimiento, la crítica o el humor no parecen tener cabida. A veces creen ver enemigos por todas partes. Si un ciudadano se considera a sí mismo de izquierdas, va a defender a ciegas el lenguaje inclusivo y toda una ideología que propugna la izquierda. Si uno se considera de derechas va a negar lo anterior sistemáticamente. Leoen la prensa y otros medios de comunicación los comentarios de gente de izquierdas, de izquierdas, de centro, apolíticos y de todo tipo. Quiero decir, que leo de casi todo sin pararme a pedir el carné de la afiliación política. En nuestras calles hay desfiles todos los días de exaltados, pensionistas, feministas, pro-taurinos, transportistas, ecologistas de museo, odiadores, antitaurinos, independentistas.

Ojalá existiese una zona neutral en todos los pueblos del mundo en la cual uno pudiese pasear tranquilo, reír fuerte y aceptar piropos de buena gana. Ojalá hubiese además una hora de libertad acordada para decir lo que queremos de verdad sin necesidad de apartar a un lado a ejércitos de ofendidos.

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*Protesta americana del Black Friday: ¡Todos los negros cuentan!

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