Las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio de 2024, más allá de la obligación constitucional de elegir a el Presidente de la República, tenían por finalidad poner fin a la crisis política que enfrenta a la oposición y el oficialismo, desde las elecciones donde Henrique Capriles R. denunciara que no reconocía los resultados, siendo este punto un antecedente histórico para entender las sucesivas crisis políticas que llevaron a la anulación por la vía judicial de las acciones de la Asamblea Nacional electa en 2015 y el boicoteado proceso electoral de 2018 por parte de la MUD, que derivó en el gobierno interino de Juan Guaidó.
Todas estas experiencias políticas y económicas, incluyendo las sanciones en particular, están en camino de empeorar de manera exponencial en las próximas semanas, en la medida de un grupo de países en América, encabezados por Argentina, Perú y Estados Unidos y en Europa y Asia por el resto del grupo de los G-7, que estan determinados a castigar muy severamente al gobierno de Nicolás Maduro en los campos económico y político.
En este sentido, las declaraciones en la OEA del representante estadounidense Brian N. sobre el reconocimiento del candidato opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo el 28J, sin espera la presentación o validación de las actas electorales, es el reinicio formal de hostilidades entre los gobiernos de Biden y Maduro, después de años de conversaciones y ajustes diplomáticos que llevaron a acuerdos comerciales en el campo petrolero y al intercambio de prisioneros entre ambos países, sin entrar a calificar la naturaleza de las razones de las causas por las cuales estaban en prisión.
En momentos de gran tensión electoral en Estados Unidos, cuando el mismo Biden fue destruido en un memorable debate por Trump, y cuando el Partido Demócrata está por seleccionar a la vicepresidente Kamala Harris, se ha producido uno de los mayores temores del gobierno de Maduro y es que el tema Venezuela, se convirtiera en un tema importante de la campaña electoral, puesto que los acontecimientos son presentados por el Partido Republicano como una responsabilidad histórica del presente gobierno, que hizo enormes concesiones al gobierno de Venezuela, a cambio de compromisos políticos-electorales que al final del proceso mismo, el pasado domingo, no resolvió la crisis política, más bien amenaza con profundizarla, llevándola a otros niveles difíciles de imaginar por analistas políticos y económicos, pero de lo que no queda ninguna duda, es que después de la desastrosa retirada de Afganistán, el tema de Venezuela será un punto de crítica muy importante para la futura candidata demócrata, por lo cual sus asesores, deben estar planificando una política de linea dura, durante la presente crisis, lo cual es garantía de que las sanciones financieras y comerciales, no serán levantadas y con ello, las probabilidad de una crisis económica y financiera, mucho mayor, parece estar en el horizonte.
En este escenario de bloqueo de todas las empresas occidentales, cualquier ciudadano puede imaginar que una maxidevaluación del bolívar como signo monetario y una escasez de productos elaborados y primarios. También puede aproximarse, así como el cierre de los canales regulares para enviar remesas desde los países que oponen al actual gobierno, donde por cierto viven millones de venezolanos, como Perú, Ecuador, Argentina, Chile, Estados Unidos y la Unión Europea .
Punto curioso de esta nueva etapa del conflicto político en Venezuela, es la aparición de actores empresariales a quienes el gobierno nacional atribuye participación directa en acciones contra el mismo, por lo cual el mismo Presidente esta denunciando ser víctima de las actividades » imperialistas» de Elon Musk, Zuckerberg, Gates y otros empresarios, lo cual es una gran novedad mediática mundial, por los señalamientos directos hacia los mismos, por lo cual se puede esperar a corto o mediano plazo el bloqueo de dichos servicios digitales en Venezuela, lo cual seria un golpe devastador para la economía y el sector juvenil de la población, así como para muchas familias con sus seres queridos en el exterior, en el momento en que prohíban Whatsapp, X, Instagram, Youtube, entre otras aplicaciones. Espero que no entren en conflicto con Google, ya que el cierre de Gmail en Venezuela seria dejar sin memoria digital, a empresas y personas, que desde hace años acumulan sus datos personales y corporativos en la «nube» de los servidores de estas empresas estadounidenses, lo que me recuerda que Hotmail de Microsoft, también la están colocando en este conflicto.
En esta coyuntura política, es un panorama muy negativo, que lleva a los factores opositores, agrupados alrededor de Edmundo Gonzalez Urrutia a atrincherarse en esta causa, por lo cual la no resolución de este conflicto, puede tener efectos insoportables para la economía nacional, pues 7 años de conflicto político entre 2013 y 2020, llevaron a la reducción del 70% de la economía nacional, siendo los últimos años una consecuencia de la conducta de la administración Biden de buscar una salida negociada, por lo cual es menester preguntarse:
¿Puede 30% de lo que queda de la economía nacional aguantar un conflicto (guerra económica, en lenguaje oficialista) mucho peor a lo sufrido en el pasado reciente?
Es obvio que el Congreso estadounidense va a sacar de su archivo el temido proyecto conocido como «Ley Bolívar» para volver permanente las sanciones económicas y financieras hasta que se produzca un cambio de gobierno, lo que derivaría en un estancamiento económico permanente y creciente, tal como ocurre en la República Socialista de Cuba, donde solo desde 2021, han emigrado según algunos estudiosos el 20% de la población del país, lo cual es un fenómeno ya conocido en Venezuela, pero con variantes fundamentales a considerar.
Gobiernos enemigos de Maduro como Panamá, Ecuador y Perú, no van a permitir el paso o absorber millones de venezolanos en fuga, por lo cual el problema apunta directamente a los gobiernos de Colombia y Brasil, que tienen ahora que tomar decisiones muy importantes.
Seguir apoyando políticamente al gobierno de Maduro, implica recibir a los millones de ciudadanos que emigren, para servir de colchón social y político y muy especialmente, deben asumir los costos de asistencia social, además de canalizar ingentes recursos financieros para auxiliar al gobierno de Venezuela, de la misma forma que los gobiernos de España, México y Venezuela rescataron al gobierno de Cuba de caer por razones económicas, en la década posterior a la caída del Muro de Berlín, por su admiración a Fidel Castro, a la Revolución Cubana y no menos importante por su necesidad política y psicológica de llevarle la contraria a Estados Unidos y salvar el discurso latinoamericano de » revolución y antiimperialismo».
Este es el caso de México, Colombia y Brasil, que están haciendo todo tipo de pirueta discursiva y diplomática para defender el gobierno de Maduro y tratar de ser coherentes con los temas de defensa de la Democracia, de los Derechos Humanos y la soberanía y libre auto determinación de los pueblos al mismo tiempo.
Por esto es que cuando se piden las actas, en la reunión de la OEA, se vota en forma de abstención como Brasil y Colombia o se huye de la reunión como México.
Se aproximan días muy difíciles para los actores políticos nacionales y regionales, pero esos tópicos, los veremos en la próxima entrega de estos escritos.
X: daniel_arias_a