Las encuestas se volvieron a equivocar en Estados Unidos. Los estudios cuantitativos de opinión le daban hasta 10 puntos de ventaja a Biden y el margen está alrededor del 2%. Las encuestas bien hechas son como el tubito de sangre que nos sacan al hacernos el examen o como una gota de sangre con la cual nos pueden decir tantas cosas sobre la totalidad: glóbulos blancos, rojos, plaquetas, colesterol, triglicéridos, etc. Lamentablemente, muchas veces las encuestas fallan en la metodología y se usan también para influir o manipular al electorado. De cualquier manera son la vía más expedita para pronosticar un resultado electoral.
Las elecciones en Estados Unidos se convirtieron en un plebiscito sobre Donald Trump. Muchos de los que votaron por Biden lo hicieron más por negar a Trump que por apoyar al demócrata. Más gente que nunca acudió a votar. El voto anticipado batió todos los récords, a tal punto que antes del día de la elección ya habían votado más de 100 millones de personas, más de 70% de todos los que votaron en 2016.
En Estados Unidos las elecciones no las decide el voto popular, sino los Colegios Electorales. Cuando en la ilustración se comenzó a plantear el tema del sufragio, el voto estaba restringido a los propietarios, a los que tenían una renta, arte, oficio o profesión. En Inglaterra se llegó a plantear que los egresados de las prestigiosas universidades de Oxford o Cambridge debían tener doble voto. Los esclavos, la gente de color, los analfabetas e incluso las mujeres no ejercían el derecho. En Venezuela ellas votaron por primera vez a la presidencia en 1948. Los Colegios Electorales se establecen en la Constitución de Estados Unidos para contener el populismo y los errores del voto tumultuario o universal. Delegados honorables elegidos de los Colegios Electorales debían decidir la elección. Solo 5 veces en la historia el que ganó el voto popular no alcanzó la mayoría en los Colegios Electorales. En los países anglosajones la costumbre tiene un gran peso y en Estados Unidos el que gana los Colegios Electorales se proclama ganador a tal punto que la asamblea de delegados que se reúne en diciembre ha quedado como formalidad. Sin embargo, a estas alturas nadie puede saber qué puede pasar cuando se reúnan todos los delegados en una elección casi empatada. Hillary Clinton le ganó a Trump por más de 2.800.000 votos y sin embargo perdió en los Colegios Electorales. La campaña se concentra en los estados reñidos o pendulares que deciden la mayoría. Al momento de escribir estas líneas son claves los resultados definitivos de Nevada, Wisconsin, Michigan y Arizona, entre otros. En Florida las encuestas se volvieron a equivocar también.
La polarización en la campaña electoral de Estados Unidos se hizo sentir. Los propios medios de comunicación social tomaron partido en la contienda. Mientras CNN, por ejemplo, estuvo con los demócratas y con Joe Biden, Fox apoyó abiertamente a los republicanos y a Donald Trump. La libertad de expresión llegó a su máxima expresión. En Venezuela serían impensables unas elecciones en las que de manera abierta se le acuse al inquilino de Miraflores de todos los males, por los más diversos medios.
Al principio estas eran unas elecciones que tenían ganadas Donald Trump y los conservadores con facilidad. Especialmente por el buen desempeño económico previo a la llegada del coronavirus y por las ventajas de estar posicionados en la Casa Blanca y tener mayoría en el Senado. La pandemia complicó todo para Trump, a tal punto que al día de la elección los contagiados no paran de crecer. La campaña de Biden acusó a Trump de manera reiterada de un mal manejo de la crisis sanitaria, mientras que Trump ripostó alegando que Biden va a cerrar y quebrar la economía. Trump pintó a Biden y a los demócratas como izquierdistas radicales, lo que le funcionó para ganar Florida.
Durante su gestión internacional Trump revirtió mucho de lo que habían hecho Obama y Biden. Se salió del acuerdo ecológico de París, del Asia-Pacífico, del tratado de los países europeos con Irán, reformuló el Nafta con México y Canadá y dio vuelta atrás a la política con Cuba. Se distanció de aliados naturales, exigió más aporte monetario a los miembros de la OTAN y de otros países para los organismos multilaterales y sacó a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud. Los aranceles y las sanciones a otros países se incrementaron.
A estas alturas, el peor de los escenarios es que la Corte tenga que resolver la elección. Sucedió en el año 2000 cuando le dieron la victoria a Bush Jr. sobre Al Gore. Al mundo le conviene un Estados Unidos ejemplo en el respeto a la democracia, los derechos humanos, la alternancia y la independencia de poderes.
@OscarArnal
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