Luego de las más recientes reuniones que ha tenido el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia, sobre todo en el ámbito educativo, es evidente que la educación, después de más de una década de constante destrucción madurista, volverá a ser prioridad en las políticas de Estado.
En efecto, González Urrutia, además de ser académico, profesor de pre y posgrado, y diplomático, tiene en su más amplia concepción humana, que ninguna nación encontrará el progreso y desarrollo, sobre el cual, el madurismo ha hundido por completo todos los niveles del proceso pedagógico, desde la inicial, pasando por básica, bachillerato, hasta la universitaria, y cuya ruina educativa tanto en la destrucción de la infraestructura, como en dotación, y por supuesto, salarios y beneficios sociales de los educadores, son realmente vitales, tanto para detener la migración de los jóvenes, cómo hacer llamativo un retorno de quienes con máxima preparación también abandonaron el país.
Así que solo Edmundo González Urrutia es quien garantiza retornar a la normalidad educativa, cuando de un calendario oficial de 180 días hábiles apenas si alcanzamos la mitad de tales días, en el mejor de los casos, todo en un contexto de marcado y constante deterioro, que obviamente quien ha generado toda esta amarga realidad educativa pudiera con el sinfín de sus recicladas promesas decir que ahora sí va a «solucionar» todos los problemas sociales y económicos.
Hay que tener claro que el régimen, durante esta recta final de campaña, recurrirá a presiones y amenazas sobre el magisterio venezolano, porque no solo es que las cuentas de votos no suman, sino que el rechazo a estas prácticas también estará aumentando los niveles de votantes en favor del candidato de la tarjeta de la Unidad, razón por la cual no dudamos de que el madurismo será ampliamente derrotado el 28 de julio.
En consecuencia, uno de los factores en que el país estaría renaciendo, entre otros, se encuentra en el amor, enseñanza y aprendizaje de los pueblos, por donde la líder de oposición María Corina Machado ha dejado rastro y huellas, y cuyos testimonios de madres e hijos e hijas venezolanos nos marcan un antes y después de la historia, sobre todo pidiendo el retorno de aquellos que se han marchado desde que los practicantes de la bazofia política decidieron acabar con la educación, como la principal riqueza social de la patria de Bolívar.
El madurismo es historia. Una pésima y dolorosa historia que viendo las imágenes en que muchos perdieron todo, en estas últimas horas, en Cumanacoa, estado Sucre, cuando pudo ser una tragedia evitada con mínimos trabajos sobre el río Manzanares, culminó en una crónica de muerte anunciada, ante una realidad donde nos solidarizamos con las víctimas, y esperamos no haya más demagogia, para intentar enterrar las mentiras del pasado con nuevas mentiras, recicladas por la ineptitud de los sempiternos burócratas.
Estamos en cuenta regresiva. Los educadores venezolanos tenemos un excepcional compromiso con Edmundo González Urrutia y la próxima Venezuela, donde la educación sea nuestra máxima riqueza y centro de desarrollo.