Las elecciones en Venezuela no tienen las garantías exigidas por la oposición, no son competitivas y menos transparentes. El gobierno casi a diario revisa y hace constructos de escenarios políticos electorales, sabe que la abstención y división en la oposición ha derivado en inmediatos triunfos electorales presidenciales, regionales y hasta locales. La revisión de escenarios es una temática vinculante con la postura de la oposición, creyente en las vías electorales; ha sido durante años su discurso político para aspirar a un cambio en paz y democracia en el país.
Todos los diálogos entre la oposición y Maduro están encauzados en resolver la compleja crisis política en Venezuela. Sin embargo, han dejado a la oposición dividida en criterios y a un gobierno agotado, con imagen negativa 15,3% y sin un robusto liderazgo. Ante esta realidad la revolución bolivariana obtiene ganancias de tiempo para mantenerse en el poder central. Pero, en este momento histórico es significativo convocar la comprensión, en la oposición no existe una unidad monolítica; cuando es perceptible su diversidad, es decir, hay interesantes puntos de vista bajo enfoques de una lógica racional que motiva a la germinación de diversos debates y es esencia de la democracia.
Ahora bien, la Plataforma Unitaria Democrática tiene candidato, Edmundo González Urrutia pasó de ser un ilustre desconocido a candidato presidencial de la oposición de Venezuela, diplomático de profesión. Aunque su participación en las fuerzas opositoras MUD, es de larga data. Según todas las encuestas, en julio de este año tendremos una nueva realidad política en Venezuela y el gobierno tendrá que admitir esa nueva realidad, su derrota, enfrentarla y tomar las decisiones que corresponden a un proceso de entrega del poder nacional, colaborar en todo momento con una transición en paz. Esa será la misión más significativa de Edmundo, un mandatario nacional para una ordenada transición hacia la nueva Venezuela.
María Corina Machado en su futuro rol como presidenta de la reconstrucción de Venezuela, se movería según sus propias palabras en tres ejes fundamentales: El primero, la honorabilidad, el país quiere honestidad; segundo, competencia por méritos, no hay cuotas para nadie; y tercero, confianza, porque el país le entregó a María Corina Machado un gran mandato que debe estar a la altura de lo que el país espera de ella, iniciar la reconstrucción del país con gente comprometida al cambio.
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