Entramos en el mes de julio. El 28 de este mes debemos elegir al próximo presidente de la República.
Recientemente escuché a una señora decir algo que me puso a pensar. Dijo la señora: «Edmundo es un candidato caído del cielo».
Efectivamente, la candidatura de Edmundo González aparece como un hecho providencial. Es la primera vez, desde los tiempos del doctor José María Vargas (1834), que un ciudadano llega a ser candidato sin haberlo buscado.
Edmundo no buscó la candidatura. Fue al revés, la candidatura lo buscó a él. Esa es tal vez su mejor carta de presentación.
Cada día que pasa me convenzo más de votar por Edmundo González. Se trata de un hombre decente. De lo que se llama coloquialmente un buen tipo, una buena persona, un hombre de familia. Eso es, exactamente, lo que necesita el país.
Edmundo no tiene pretensiones de convertirse en un líder continental o mundial. Simplemente un servidor público, que en un momento determinado es llamado a prestar un servicio excepcional a la nación, al conjunto de los ciudadanos.
Acepta con humildad el llamado y encima pone condiciones. «Acepto -dice- siempre que la decisión de postularme sea unánime». Incluyendo a todos los factores fundamentales de la alternativa democrática.
Una frase de Edmundo me ilusiona particularmente: “Ellos no son mis enemigos, son solamente mis adversarios”.
Venezuela necesita un presidente como Edmundo González. Un hombre que trabaje por la unión y el progreso de todos venezolanos.
¡Seguiremos conversando!
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional