El pasado miércoles tuvimos la ocasión de recibir en la UCV a un visitante de moda. Se trató de Edmundo González Urrutia, candidato presidencial y quien lidera todas las encuestas y estudios de opinión para la venidera elección del 28 de julio próximo.
Ocurre que Edmundo, como él mismo apuntó, estudió en su ciudad natal, La Victoria del estado Aragua, primaria, secundaria en institutos públicos y luego, en la Escuela de Estudios Internacionales de la más añeja y también pública de todas las universidades del país.
Allí, en un recorrido por varios de los espacios de su escuela y de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, invitado por los estudiantes y con el beneplácito de la autoridad decanal y del centro de estudiantes y de la federación de centros de la UCV, acompañado además por representantes de la cátedra de Derecho Constitucional, compartió con unos y otros, contestó preguntas y aclaró aspectos de sus vivencias actuales, con sencillez y modestia pero sin esconder su firme compromiso con el país.
Llamó la atención el trato deferentísimo que ofreció a sus compañeros de generación y la sintonía plena con varios profesores que conoció en las aulas y que se dieron cita para intercambiar impresiones y algún relato nostálgico de sus años mozos en que recibía clases en la vieja Escuela de Estudios Internacionales allá donde estaban las residencias estudiantiles.
No desaprovechó, sin embargo, el aragüeño para reiterar su disposición a atender como prioridad la educación que todos sabemos en profunda crisis y especialmente, la universitaria que, para satisfacción de la concurrencia, evidenció conocer en su actual situación, por su relación, además, como participe de eventos académicos que ha mantenido en estas décadas con su escuela de estudios internacionales y con la UCV toda.
Fue una jornada alegre y esperanzadora. Los jóvenes sincronizaron empáticamente con Edmundo, quién transmitió a pesar de su sobriedad, una disposición a escuchar y empaparse de las naturales expectativas que atañen a una comunidad tan acontecida como la universitaria. Atendió el reclamo de los muchachos que reciben becas de 5 dólares mensuales y de los docentes, empleados, obreros con remuneraciones misérrimas que los condenan a la más absoluta pobreza. Así se va haciendo la agenda de quién será el próximo presidente de los venezolanos.
Se hizo notar que el diplomático pudo tratar varios temas, promoviendo la necesidad del cambio, pero sin agredir a nadie, tratando a todos con respeto. Igualmente insistió y dejó como mensaje, la necesaria unidad que debe permitirnos a todos los venezolanos superar las actuales dificultades que nos afligen y especialmente, abordar la idea de la patria con futuro que podría decirse que ha estado ausente en las meditaciones de nuestros coterráneos, muchos de los cuales debieron desafiarlo todo en búsqueda de oportunidades de progreso, pero, en las más variadas y a veces distantes latitudes.
Edmundo se quitó el saco para refrescarse del calor que nos abrazaba, pero se llevó en su rostro sudoroso una sonrisa propia de aquellos que saben que se comunicaron con su prójimo para bien.