Eaahh, aquí que no veo nada más allá de mi
Visera antisol quemante del mediodía hirviente
Que abrasa y calcina
Mis huesos ataviados por la neblina fluvial de los
Días lúgubres de los calendarios escépticos
La proa ansiosa de mi endeble barcaza impide
Mi vislumbre y dificulta mis empeños de
Enfermo visor de las
Asoladas circunvoluciones de soledades imperturbables
Eaahh, aquí que cabalgo a lomo de jabalíes deltaicos
mis ajenas llanuras azotadas
Por los temblores acuáticos
Aquí halo con fuerzas inauditas las
bridas de mis potros mecánicos y planto
mi estaca en medio de los aguazales
ansiosos y soplo duro y espanto la calina
de la alta madrugada que me impide seguir
hacia el punto que sólo existe en mi febril
imaginación de meteco hostigado por gélidos
aires de extrañamiento.