Solo quienes son dueños de sí mismos pueden proponerse sus propios fines, conciencia que pocos grupos en la sociedad han experimentado y elemento fundamental de la libertad en todo su ejercicio.
Los gobiernos autoritarios expansionistas en el mundo se han encargado de cercenar las libertades individuales a tal extremo que el ciudadano pierde la autodeterminación de lograr sus propios objetivos.
Las herramientas utilizadas por las dictaduras son de aplicación en todo el mundo, como es promover el hambre generalizada destruyendo la economía, desmejorar la calidad de la educación, cercenar la libertad de expresión y ejercer terror en la población a través de los aparatos represivos del Estado que derivan en detenciones arbitrarias, torturas y muertes.
Resulta alarmante que en las democracias latinoamericanas no exista formación política alguna sobre la libertad y cómo esta se ejerce en las democracias, mucho menos criterio para identificar a los falsos aduladores del pueblo con intenciones turbias.
Las ideologías de los partidos políticos democráticos del continente americano mencionan la libertad como elemento esencial de la democracia, pero no enseñan a la población a cómo ejercerla, conduciendo a que la percepción de la libertad sea un concepto aislado de la realidad cotidiana del ciudadano o que solo se ejerce a través de elecciones cada tantos años.
Y cómo afirmar que ese imaginario colectivo de una libertad aislada no sea verídico cuando los problemas sociales de la región afectan directamente los principios libertarios en nuestros países: desempleo, explotación, inseguridad, corrupción, ausencia de Estado de derecho y por tanto de justicia. Instituciones que fallan en nuestra cultura latina en distintas dimensiones en cada uno de nuestros países.
Condiciones que han dado lugar a que el autoritarismo se apodere lentamente de las democracias débiles del mundo occidental.
Todos estos problemas en la sociedad son una venda en los ojos de cada ciudadano, en el que nos mantienen ocupados y no nos permiten que como individuos seamos capaces de descubrir y cultivar nuestro potencial humano.
Ventana abierta y peligrosa a las hegemonías de poder autoritarias que buscan la subordinación de la población como individuo crítico y pensante, para así adueñarse de las arcas y riquezas de los países. Como es el caso de China, que a través de la deuda subordina a los países débiles y deudores para que los favorezcan con votos en la ONU y así expandir libremente su hegemonía de opresión. ¿Se adueñaron de África?, amplio financiamiento para países con gobiernos dictatoriales en ese continente; así mismo, América Latina y el Caribe
están en el ojo del huracán, con amplias y grandes expectativas para socavar de manera definitiva la democracia y libertad del continente, por ello el apoyo político, financiero y tecnológico para mantener en el poder a toda costa a gobiernos dictatoriales, como es el caso de Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua.
Si hablamos de China, Irán y Rusia, podemos apreciar que los líderes de dichas dictaduras sí entendieron el concepto de libertad en todo su esplendor y resulta que ellos sí son libres, libres de actuar, libres de movilizarse, libres de engañar y mentir a su población, libres de cercenar la libertad de expresión, libres de apropiarse y disponer de los recursos públicos y privados en sus naciones, libres de apoyar guerras, libres de crearlas, como es el caso de Ucrania, el caso de Taiwán y ahora el caso israelí, de esta manera ellos sí ejercen sus propios fines sin que nadie los detenga y así logran perpetuarse en el poder.
El límite para la expansión de la hegemonía de subordinación que pretenden imponer China, Irán y Rusia es la cultura democrática occidental, barrera moral, económica y militar de dichas pretensiones.
La pregunta es: ¿cuánto tiempo tardarán estos regímenes en socavar de forma definitiva nuestras democracias?
Por ello, la importancia de enrumbar a la población por el camino protagónico de la libertad y la democracia en nuestro continente y el mundo, y sobre todo cómo encontrar la vía para unirnos en definitiva y así enfrentar este nuevo antagonismo hegemónico: dictadura, opresión y muerte vs democracia, prosperidad y libertad.
Oriana García es politólogo egresada de la Universidad de los Andes (ULA) y José A. González es estadístico de la UCV.
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