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Este 5 de noviembre se estarán realizando las elecciones más importantes del planeta y por supuesto que de Estados Unidos de América también. Son dos los aspirantes a dirigir este primer país y sobre lo que hará cada uno de ellos si llegasen a ocupar la presidencia de la República formalmente a partir del 20 de enero o 21 si el primero cae domingo, dependerán las consecuencias que presenciaremos en lo inmediato
En esta oportunidad la importancia de las elecciones ha logrado captar la atención del mundo todo por el papel preponderante y definitivo de la primera potencia en el escenario mundial con su apoyo a Ucrania y a Israel.
Dos candidatos se disputan la primera magistratura y sus ofertas electorales son estudiadas y releídas para saber qué esperar de uno u de otro de resultar vencedor o vencedora. En efecto el ex presidente Donald Trump es el candidato por el partido republicano y la Vicepresidenta Kamala Harris es la opción del Partido Demócrata.
El primero promete hacer de Estados Unidos grande como en el pasado mientras Kamala Harris concentra sus esfuerzos en colocar a la cabeza a los Estados Unidos del progreso incorporando a los movimientos progre que buscan que se apruebe el derecho al aborto, los derechos de los LGBT o personas lesbianas, gay, transgéneros y transexuales.
Pero que podría pasar si uno u otra llegara al poder. A los ojos de este narrador pasaría lo siguiente:
Si Donald Trump gana nuevamente la presidencia, su administración podría traer consigo varias políticas y acciones que reflejan su enfoque anterior:
Política exterior: Es probable que Trump continúe con su estrategia de “América Primero”, lo que podría incluir tensiones renovadas con China, énfasis en reducir la participación de Estados Unidos en tratados y organizaciones internacionales (como la ONU y la OTAN), y la búsqueda de acuerdos bilaterales más beneficiosos para Estados Unidos. Además, podría haber un resurgimiento de la política de presión sobre países como Irán o Venezuela, retomando sanciones severas y retórica fuerte.
Inmigración: Se espera una continuación de sus políticas restrictivas, como el fortalecimiento del control fronterizo, la construcción de más barreras físicas en la frontera con México, y una postura más rígida hacia los inmigrantes ilegales, con énfasis en deportaciones y limitación de visas.
Economía: Trump podría centrarse en continuar con recortes de impuestos y reducir regulaciones empresariales para fomentar el crecimiento económico. Sin embargo, su enfoque proteccionista podría llevar a la reimposición de aranceles, afectando las relaciones comerciales internacionales. Podría haber un impulso a la producción nacional y las industrias tradicionales como el carbón y el petróleo.
Sistema judicial: Trump podría seguir impulsando jueces conservadores en todos los niveles, buscando consolidar una Corte Suprema y tribunales federales más alineados con su visión conservadora. Si Kamala Harris gana la presidencia, es probable que continúe con muchas de las políticas de la administración Biden, pero también le imprimirá su propio sello, especialmente en temas sociales y de equidad.
Política exterior: Harris probablemente busque restablecer alianzas internacionales, fortaleciendo la cooperación multilateral. Se prevé que refuerce el compromiso de Estados Unidos con los aliados europeos y con la OTAN, mientras mantiene una posición dura contra gobiernos autoritarios como los de Rusia o China, aunque apostando más por la diplomacia que por la confrontación directa.
Inmigración: Se espera que Harris impulse una reforma migratoria integral, que incluya una vía hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, la reunificación familiar y el fin de las políticas de detención masiva de migrantes en la frontera. También podría reforzar el programa DACA, ampliando las protecciones para los “dreamers”.
Economía: Su administración probablemente busque ampliar programas sociales, apoyando a las clases trabajadoras y medias con más medidas de bienestar, como aumentos en el salario mínimo y mayores inversiones en salud y educación. También podría impulsar una mayor fiscalización para las grandes corporaciones y los más ricos, con el fin de reducir la desigualdad económica.
Derechos civiles: Como la primera mujer afroamericana y asiática en ocupar la presidencia, es probable que Harris trabaje intensamente en temas de equidad racial y de género. Políticas que promuevan la igualdad, el acceso equitativo a la justicia y la eliminación de la discriminación sistémica serían centrales en su agenda.
Ambos escenarios ofrecen visiones drásticamente diferentes para el futuro de Estados Unidos, con Trump enfatizando un enfoque conservador y nacionalista, mientras que Harris buscaría consolidar una agenda progresista, inclusiva y multilateral.