Desde el inicio del gobierno de Duque se observó una tendencia a la indecisión y a ser débil con las fuerzas del izquierdismo y la subversión, lo que atribuí a una estrategia (equivocada) de querer situarse en el centro del espectro político para atraer la centroizquierda y conformar una mayoría que permitiera la gobernabilidad.
Está ya demostrado en demasía que eso no funciona y que Duque se quedó sin el pan y sin el queso, pues está perdiendo cada vez más su base electoral y obviamente la centroizquierda (una quimera, pues en Colombia existen 2 bandos: los defensores de la democracia y los del socialismo del siglo XXI) sigue en su empeño junto con el narcoterrorismo comunista de derribar la democracia.
Pero cada vez más dudo de la realidad que subyace en el pensamiento de Duque, pues cada vez más se empeña en gobernar con los enemigos de la democracia y complacer al farcsantismo. Este año comenzó con dos nombramientos horripilantes y lo peor es que el país político ni se inmuta frente a tan desacertadas decisiones. Me parece de verdad inaudito que el CD ya de una vez por todas no alce su voz de descontento, no veo las voces preclaras de ese partido como Fernando Londoño, Rafael Nieto (hizo un artículo en referencia, pero muy moderado), Oscar I. Zuluaga, María Fernanda Cabal, José F. Lafaurie, Carlos F. Mejía, Margarita Restrepo, Paola Holguín, y un largo etcétera protestando por tal vejamen que se le hace al sistema democrático colombiano.
Me refiero a las designaciones de la ministra de Ciencia, Mabel Torres, y el director de Inmigración, Juan Francisco Espinoza. La primera declarada enemiga del sistema democrático y el segundo ficha destacada del Farcsantismo.
Torres fue una de las impulsoras del paro homicida de noviembre y para justificarlo se declaró enemiga del sistema. Textualmente, dijo en redes: “paro contra un sistema”. Pero, a pesar de los esfuerzos para destruirlo, el sistema que impera aún en Colombia es el democrático, así que la ministra es enemiga de la democracia (como todos los convocantes del paro) y por lo tanto, por muy amplio que quiera ser Duque, es inaudito que se le nombre en ese cargo.
Por otra parte, la ministra no posee calificaciones destacadas para ejercer tal función, si bien en sus comienzos de carrera hizo investigaciones destacadas sobre la taxonomía de un hongo, se desvió y hoy como muchos engaña a pacientes con un remedio para el cáncer de dicho hongo, sin las pruebas requeridas. Además la propia ministra declara que no publica “por rebeldía” y cae en galimatías al tratar de defender su no ética conducta.
La ministra está al nivel de charlatanería del “Indio Amazónico”, es pues un garrafal error su designación. En entrevista para El Espectador del pasado 11 de enero dijo: “Fue este acto que hice de entrar directamente con pacientes sin que me tenga que aprobar un sistema”. Qué falta de ética, además, ella no es médico, con qué facultad diagnostica y da tratamientos. Según la ministra, lo que postula tendría sustento científico para ella, pero no para la comunidad científica. ¡Qué descaro!
Lo del director de Inmigración es un problema de seguridad nacional. El funcionario de marras es una ficha del farcsantismo y como tal ayudó a encubrir los billonarios bienes ilegítimos cuando en el gobierno de Santos, como director de la UAIF, certificó que estas no tenían bienes, desmentido por las apropiaciones de bienes ilegales realizadas por la Fiscalía.
El corrupto y narcoterrorista comunista Juan Francisco Espinoza es un peligro para la seguridad nacional, como ficha del narcoterrorismo comunista. No me cabe la menor duda de que utilizará su cargo para beneficiar a la terrorista FARC. Militantes de grupos terroristas afines a ella, como Hezbolá, Al Qaeda y colectivos venezolanos, podrían entrar legalmente con su permiso a ayudar a la subversión colombiana. Su nombramiento es, pues, un grave peligro para la democracia colombiana.
El presidente Duque es honesto, inteligente y bueno, pero ya se está pasando con su amiguismo con el farcsantismo. Como fiel uribista hago este llamado de alerta para que rectifique y espero que el uribismo deje de callar ante este gran peligro para la democracia colombiana.
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