A inicios de la campaña electoral que llevó a Hugo Chávez a la presidencia de la república hube de presenciar la entrevista que le hiciere el director de un canal de televisión hoy clausurado a Luis Miquilena, quien para ese entonces se desempeñaba como director mediático del militar golpista. También constatar el entusiasmo laudatorio de dicho entrevistador cuando el líder opositor expresó que estaba en consideración la posibilidad de ”freír la cabeza de los adecos en aceite”. Esto me llevó a confirmar que no sólo los llamados “notables” con habituales prédicas contra los partidos, a la vez empecinados promotores del enjuiciamiento de CAP, se habían solidarizado con la candidatura militar. Otros sectores del empresariado del país quienes financiaban al partido Acción Democrática dejaron de hacerlo, pasando ahora a financiar al teniente conspirador, indultado por el presidente Caldera.
Al entrevistado y fallecido Luis Miquilena lo conocí mucho. Con él mantuve una sana amistad. A mi criterio fue un político sin ambición de poder. De gran trayectoria, luchador democrático de constante perseverancia. El 18 de octubre de 1945 un golpe de cuartel encabezado por el militar Marcos Pérez Jiménez depone al general Isaías Medina Angarita, quién había sido electo presidente de la República. Las riendas del Poder Ejecutivo pasaron a ser llevadas por Rómulo Betancourt, secretario general del partido Acción Democrática, quien presidió la Junta Militar de Gobierno que fuere impuesta por el Ejército, rompiéndose de esta manera el hilo constitucional que venía cumpliendo Medina Angarita.
Miquilena, opuesto al golpe, sale en defensa del Estado de Derecho. Tomó las armas para combatir el bombardeo de que era objeto la ciudad de Caracas, llevado a cabo por los militares, que destituyeron a un Presidente constitucional que gobernó sin un solo preso político, y con esmerado respeto por los derechos humanos.
Durante la dictadura de Pérez Jiménez este político de reconocidos méritos y de probada hombría fue hecho prisionero, vejado y torturado, lo que resistió con valor comprobado. Su libertad la obtuvo en el año 1958 a raíz del derrocamiento de quién se tenía como el último de nuestros dictadores, el cuál ante la furia del pueblo en su contra huyó con maletas repletas de dólares en la nave llamada “Vaca Sagrada” refugiándose en Santo Domingo, y protegido por el otro dictador, Leonidas Trujillo. Pérez Jiménez contó con el apoyo gringo. En el libro escrito por Miguel Otero Silva titulado La muerte de Honorio, se hace de Miquilena su personaje central. Se resaltan sus virtudes cívicas. Sin duda razones tuvo Luis para adversar los gobiernos de AD. Siendo secretario de Organización Nacional de URD dejó de pertenecer a este partido, dado que el Consejo Supremo de URD acordó integrarse al Gobierno de Amplia Base presidido por Raúl Leoni. No compartió el fundamento esgrimido de que tal acuerdo tomado era imprescindible para debilitar la hegemonía que en el poder que se venía dando entre los partidos AD y Copei.
En un encuentro que tuve con Miquilena fue tajante al decirme que el desmantelamiento de AD se debe a que los empresarios que lo financiaban dejaron de hacerlo. Se hicieron de la boliburguesia chavista e incluso que ni Francisco de Agostini, suegro de Ramos Allup, había escapado de ello. Consideró como infundado en muchos empresarios se sintieran gerentes del los presidentes ganadores. Abandonan el barco cuando comienza a entrarle el agua.
Ahora bien, por qué tan tedioso relato. ¿Qué puede aportarle al país la conducta empresarial analizada? Creo tomar en cuenta para ello lo narrado, por cuanto es de obligación observar cuál puede ser la conducta del comercio empresarial para el año 2024 escogido para la elección presidencial. Esto por una parte; la otra advenida la crisis ponerle empeño a la constitución de un frente opositor capaz de sumirse en una acción franca y decidida para derrotar a un gobierno militar que cuenta con un partido único y dispone sin control de la hacienda pública. También el fijar criterio respecto a una oposición agrupada en al MUD inepta y reumática, la que no obstante tiene a Juan Guaidó, que goza en la actualidad del apoyo de 60 países, de la OEA, así como de Estados Unidos, pero que se encuentra envuelta en un laberinto de contradicciones carente de sensatez política. Le huyen a la calle. Han sido incapaces de acompañar al pueblo en la lucha por sus reivindicaciones, que ha cambiado de estrategia. Que no pueden hablar sobre el gobierno de facto por cuanto en México reconocieron a Maduro, después se incorporaron a un archipiélago de postulantes; que solo logró la escogencia de tres gobernadores en unas elecciones tenidas como fraudulentas, y a la estrategia que por tres años nos llevó a la no participación electoral.
Esta oposición carece de dirección interna. Está sometida a las órdenes de la MUD. En Panamá como lo habían hecho anteriormente en Colombia pusieron en tela de juicio al sector opositor que identificado en la Plataforma Unitaria se había constituido para el rescate del poder usurpado. Desprecian al pueblo aliado. Se ponen de acuerdo en convocar elecciones primarias sin consulta alguna con los que han venido haciendo oposición a fondo, con reclamo de restitución de los derechos conculcados.
No niego la necesidad de poner en práctica un proceso de consulta que nos lleve a evitar la deserción de los que de buena fe se han unificado para un fin, cual no es otro que rescatar las instituciones y hacer de los derechos individuales un ejercicio que se cumpla enmarcado en la Constitución. El derecho al ejercido de la soberanía mediante el voto debe llevarnos a respetar los derechos políticos de la colectividad. Admitida sin objeción que pueda exhibirse la fecha para las elecciones presidenciales que se dan como realizables para el año 2024, sin haber tenido cuestionamiento. Que la escogencia del candidato de las fuerzas opositoras sea realizadas mediante una consulta primaria podría ayudar a presentar en la elección presidencial un candidato único, lo avalo; pero para ello debe haber un comando libre de sospecha. No una candidatura presentada por un partido como la MUD la que no debe tomar oficio en este evento. Se debe estimar un número de electores para presentar candidatos, haciéndola amplia y conveniente a los sectores opositores. No puede darse una escogencia censitaria como se ha vendido haciendo. Tampoco me opongo a que sea supervisadas por el CNE. Este organismo cuenta con dos rectores que serían una garantía de su claridad, entre ellos se puede nombrar a Enrique Márquez quien no ha renegado su condición de opositor. Debe elaborarse un reglamento que responda a este de elección. Debe haber participación de las grandes masas, no encuadrada en los cambios de posiciones de los partidos, que han querido restringir su participación en tendencias para luego crear multiplicidad de grupos, reduciéndolos. Debemos proponernos a buscar la unidad: dotarla de un contenido programático. Debemos tenerla como algo vivo, pujante, creadora con hondo calado en el ánimo popular, lo cual ha sido objeto de desaguisados, por los que se han hecho acreedores de oposición que ha tratado de comandar Guaidó.