OPINIÓN

Discurso vergonzante

por Alberto López Núñez Alberto López Núñez

Petro dejó claro su posición ideológica, y eso hay que alabárselo su coherencia en el discurso y la acción. Desde adolescente, que se insertó en la banda criminal del M-19 hasta ahora presidente, su norte es la destrucción de la democracia, ayer por medio de la subversión armada, hoy a través de la disolución del estado desde adentro.

Petro sigue exactamente el guion chavista de denuncia del “imperialismo” (el “poder”) en la versión colombiana con dos argumentos: las drogas y la ecología. El discurso de Petro fue claramente de alineación con el eje totalitario mundial (no fue casualidad el discurso de apoyo de Putin a Petro ese mismo día), con dos denuncias falsas: la derrota de la guerra de las drogas y el cambio climático. En cuanto a lo de las drogas no varía para nada la actitud de Petro: desde el M-19, cuando Pablo Escobar financió la masacre del Palacio de Justicia, ha estado financiado y apoyado por el narcotráfico y su objetivo ahora es corresponderle al farcsantismo, al ELN y a los carteles del narcotráfico que lo llevaron al poder.

Veamos algunas perlas retóricas de Petro para disimular la verdadera intención suya de terminar de entregarle el país al narcotráfico, hecho que se consumó con el pacto de entrega del país a las Farc por Santos, continuado por inacción al implementar ese acuerdo por Duque, y que ahora se rematará con la política de apoyo al narcotráfico de Petro.

En conclusión, el discurso de Petro sirve para desenmascarar su proyecto: instauración de un narcoestado, bajo el dominio del verdadero imperio americano, el cubano, en donde los carteles de la droga dominan el poder económico, la inseguridad crea una anarquía que sirve a la dominación de estos, y el empobrecimiento bestial del pueblo producido a propósito por la élite comunista en el poder para dominarlo, produce la perpetuación de la dictadura comunista. Es el modelo del socialismo del siglo XXI iniciado con Chávez y el cual Petro sigue milimétricamente. Es un discurso vergonzante porque con innumerables falacias Petro desnuda su ambición de poder socialista disfrazándolo de un discurso pacifista y ecologista.