Para una población que carece de los más elementales servicios públicos, limitado acceso a la alimentación y exigua recepción de medicinas; contar con una variada vía de entretenimiento televisivo independiente más es evadirse temporalmente de los males físicos que padece.
En el reporte nacional del Observatorio Venezolano de la Salud, titulado «Emergencia humanitaria compleja en Venezuela, derecho a la alimentación», se afirma: «Venezuela pasa por una emergencia humanitaria compleja desde 2015 que compromete severamente el derecho humano a la alimentación de sus 31,8 millones de habitantes, y especialmente de las poblaciones y comunidades en extrema pobreza por los efectos del hambre y la desnutrición”.
En el texto inicial de contenido, en un aparte referido a los de mayor riesgo, expresa: «La falta de nutrientes, calorías y proteínas entre la concepción y el final de los 2 años de vida, representa una amenaza para el crecimiento y desarrollo físico, mental y social de las nuevas generaciones».
La autoridad gubernamental tiene el monopolio de la importación; ellos y solo ellos deciden qué importar, cuándo y qué instituciones del entramado oficial lo harán, como al final quiénes recibirán tales subsistencias y en cuáles cantidades.
Nicolás Maduro no ha podido someter a los venezolanos, como tampoco logró hacerlo Hugo Chávez Frías. El ciudadano embelesado en el pasado por el discurso mágico del hombre de las charreteras, al comprender que ello solo es no más democracia, solo tiranía, se vuelve indómito e inicia una guerra por desalojar al usurpador, ser extraño que hasta nuestros días no ha podido con las armas de la república y el apoyo de grupos terroristas someter al parroquiano que no resigna el inalienable privilegio de decidir su destino y el futuro de su prole.
Maduro requiere del oxígeno de opinión necesario que se le acaba para llegar a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, convencido como las encuestas así lo reseñan hoy de que Joe Biden derrotará a Donald Trump y levantará el candidato demócrata las sanciones impuestas al país, su persona y su corrupto entorno.
El residente del Palacio de Miraflores, quien creyó lograr que Directv cediera bajo la imperativa voz de la proscripción, recurre a AT&T, propietario de la señal de satélite para lograr entretener con su variada programación para distribución la producción de temáticos canales libres, con información y educación en momentos en los que a diario realizan cerca de cincuenta manifestaciones, cada vez más enérgicas en el reclamo de sus derechos y exigente cumplimiento de las obligaciones del gobierno.
El neogranadino de origen resiente e imagina dirigirse hacia Venezuela una misión humanitaria resguardada por un ejército representativo de sesenta países apoyados por Estados Unidos, los cuales darían al traste con su mandato y retomarían la democracia.
2 millones de suscriptores más otro tanto de hábiles técnicos de barrios y urbanizaciones, quienes usufructúan indebidamente la señal, mitigarían la rabia consecuencia de la acción hegemónica, pasando las vicisitudes que padecen con la programación variada de Directv/satélite ahora Scale Capital, empresa chilena de capital inglés que servirá de frente cosmético ante las sanciones impuestas por Donald Trump.
Atentos, porque hay que ver si esta iniciativa en realidad contraviene el ojo escudriñador que los iraníes no pudieron burlar.
En una operación comercial de ganar-ganar los comunistas venezolanos logran 90 días de programación gratis, lo cual les permitirá desalojar las calzadas y avenidas de quienes protestan, y a Scale Capital ajustar las tarifas que cobrarán, las cuales según expertos oscilarían entre 5 dólares el plan básico social hasta 20 dólares la programación premium.
Scale Capital, para evitar la política restrictiva de Estados Unidos, mantendrá fuera de la parrilla de programación los canales Pdvsa TV y Globovisión, difusores estos objeto de las primeras condenas.
En cuanto a las aspiraciones del dictador, quedará fuera de la pantalla Fox News, repetidor de tendencia capitalista; CNN, 24 Horas y HBO.
Las cadenas nacionales serán respetadas, pero solicitaron al gobierno reducirlas, así como evitar los mensajes ideológicos tomados como institucionales.
La libertad de los exdirectivos de Directv indebidamente detenidos: fueron utilizados sus cautiverios y procesos judiciales como moneda de negociación. Una vez reactivada la señal por Directv, los tres trabajadores fueron dejados en libertad.
Conatel, Comisión Nacional de Telecomunicaciones, será el organismo contralor encargado de velar por los acuerdos dentro de una ya conocida política de censura que implementaron con rigor las dictaduras de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, violatorios ambos regímenes de la Constitución venezolana.
Esperemos ver en los próximos días quiénes son los beneficiarios de la intermediación en esta negociación, la cual dejaría pingües ganancias, como en el pasado se comprobó rendía la inversión.
Noventa días es tiempo suficiente por conocer la opinión de Donald Trump, el presidente que aspira a retornar la democracia a Venezuela, único sistema de convivencia y gobierno respetuoso de los derechos universales del hombre.
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