Uno de los temas más apasionantes en la vida de cualquier ciudadano es sumergirse en el aprendizaje, la comprensión del significado de la política. Un tema muy vapuleado, muchas veces condenado como un ámbito de culpabilidades, es corriente oír expresiones negativas sobre este tema “Política es sinónimo de corrupción” u otra “jamás entraría en la política es la representación del mal” y etc.
Una actitud despectiva ante este tema que ha contribuido a alejar gente muy valiosa de este campo, todo derivado de la incomprensión de la vastedad y profundidad del tema, al que algunos definen de la siguiente manera:
Política es la ciencia de la gobernación de un Estado o nación, y también un arte de negociación para conciliar intereses. En la ciencia política, se trata de la forma de actuación de un gobierno frente a determinados temas sociales y económicos de interés público: la política de educación, la política de seguridad, la política salarial, la política de vivienda, la política de medio ambiente, etc., los cuales se generalizan en el término políticas públicas.
La relevancia del tema viene al escuchar analistas de la TV española que argumentan que el confuso periodo que vive hoy ese país obedece al desconocimiento ciudadano sobre la política y la significación del concepto “democracia”. Si observamos los acontecimientos en este campo entre la dirigencia española veremos que hay una búsqueda sin pausa y sin tregua por encontrar una fórmula para preservar la unidad de España mientras se agita un mar de fondo donde privan las aspiraciones autonómicas, la ambición de poder a cualquier costo de algunos y la urgencia de encontrar el mejor acuerdo para que siga existiendo como un país democrático, regido por una monarquía constitucional parlamentaria de muy alto vuelo con uno de los mejores monarcas que hemos conocido en el historia de Europa, especialmente en el respeto de los derechos ciudadanos.
“Una monarquía constitucional, monarquía parlamentaria o reino parlamentario democrático es una forma de monarquía en la que el monarca ejerce su autoridad de acuerdo con una constitución y no está solo en la toma de decisiones”.
Esto ocurre en España, en Venezuela nos sorprende la aparición de un personaje: que presenta a los ciudadanos una propuesta para quitar la nacionalidad a opositores venezolanos que pidieron sanciones «Ellos suplantaron la política por el fascismo. En ese orden, la Constitución no prevé el retiro de la nacionalidad. Pero es muy importante que se dé un gran debate en Venezuela. Esa es una propuesta contundente y la vamos a llevar a cabo desde el PPT», dijo la diputada a la Asamblea Nacional Ilenia Medina”.
Esta diputada acusa de fascistas a los ciudadanos que han apoyado las sanciones contra el país. Me cuesta trabajo entender como vincula las sanciones económicas a los cabecillas del régimen chavista con el fascismo, un sistema político que se define como “ ideología, movimiento político y sistema de gobierno totalitario que se opone a la democracia, el comunismo, el liberalismo y la internacionalización. Defiende la superioridad de la raza, la patria y la necesidad de emplear la violencia contra los que considera enemigos de la nación. Los regímenes fascistas han tenido rasgos personalistas, militaristas y corporativistas”
En su representación del oficialismo en el poder, la mencionada diputada advirtió que presentará una propuesta para retirar la nacionalidad a opositores venezolanos «que pidieron sanciones», informó la diputada a la Asamblea Nacional Ilenia Medina, secretaria general de Patria para Todos (PPT). «Mi Partido Patria para Todos va a hacer la propuesta. Es importante que se dé un debate porque es necesario», dijo la parlamentaria en un programa matutino. No sabemos si simplemente emulaba a Daniel Ortega.
Opinó que acciones de opositores venezolanos pueden considerarse «traición a la patria». Un grupo decidió optar por la violencia, pedir invasiones, entregar la soberanía y los recursos y burlarse de la autodeterminación de la nacionalidad. Reconoció que la Constitución no prevé la pérdida de la nacionalidad, pero consideró «importante» que se genere un debate para discutir el tema. «Ellos suplantaron la política por el fascismo. En ese orden, la Constitución no prevé el retiro de la nacionalidad. Pero es muy importante que se dé un gran debate en Venezuela. Esa es una propuesta contundente y la vamos a llevar a cabo desde el PPT».
No es la primera vez que la señora Medina menciona la idea de privar de la nacionalidad a opositores venezolanos. En declaraciones en julio al canal VTV manifestó que un grupo de diputados quería proponer reformas a la Constitución para despojar de la nacionalidad a opositores. Su propuesta inspirada en la calificación como fascistas de la oposición venezolana, cuya lucha se orienta a restaurar la democracia, tener un proceso electoral transparente y acabar con la imposición del estado sobre el ciudadano, objetivos contrarios y muy lejanos de las practicas fascistas. Divergente totalmente del ejemplo histórico italiano bajo el régimen de Benito Mussolini: “Poco a poco Mussolini fue eliminando los aspectos democráticos de la sociedad italiana, intimidando a opositores, haciendo ajustes constitucionales, implementando la censura y el culto a su personalidad. Apoyado por las clases dirigentes, el fascismo se fue imponiendo por medio de la violencia física e ideológica y el chantaje político. Su fuerza de choque estuvo constituida por la integración de un ejército denominado “Camisas Negras” y pudo imponerse gracias a la incapacidad de las instituciones democráticas tradicionales””
Ahora bien, que representa negar o arrebatar la nacionalidad a un grupo de ciudadanos “el derecho a una nacionalidad es ampliamente reconocido como un derecho humano fundamental, el derecho internacional prohíbe la privación arbitraria de la nacionalidad, incluyendo los motivos raciales, étnicos, religiosos o políticos”.
La Constitución y la Ley de Nacionalidad y Ciudadanía no permiten despojar de la nacionalidad a ningún venezolano “La nacionalidad venezolana por nacimiento no podrá ser revocada o suspendida ni de alguna otra forma disminuida o privada por ninguna autoridad”, y «no se pierde al adquirir otra nacionalidad, salvo que se renuncie a ella expresamente ante la autoridad competente para tal fin”. Es muy llamativo la aspiración de esta diputada, de rostro amable pero con fines persecutorios antidemocráticos de arrebatar la nacionalidad, la condición ciudadana a todos los opositores al régimen totalitario de Nicolás Maduro, cuyo mayor logro ha sido convertir a Venezuela en un país azotado por el hambre, donde más del 20% de la población ha huido en busca desesperada por sobrevivir a la miseria y a la represión.
Quisiera preguntar a la señora Medina qué pena piensa que debería aplicarse a Tareck el Aissami por haber desfalcado a la principal industria del país, a los generales de las Fuerzas Armadas reconocidos como dirigentes de las políticas represivas, torturas aplicadas contra ciudadanos venezolanos. Qué pide para los perpetradores de torturas hasta la muerte al capitán de fragata Rafael Acosta Arévalo; a los que fusilaron a Oscar Pérez después de haberse entregado a la justicia. Serán penas comparables las sanciones que usted plantea para los opositores a las aplicadas a los personajes políticos que han desfalcado a Venezuela. Tienen razón los críticos españoles que plantean que muchos de los problemas y de los errores que se cometen en política obedecen a la ignorancia sobre el significado de la democracia, hoy vigente en los países donde los ciudadanos viven mejor, tienen una educación de calidad y se relacionan con base en el respeto y la responsabilidad de cada uno.
La democracia según el instituto noruego V-Dem es conceptualizada como un sistema basado en cinco principios: electoral, liberal, participativa, deliberativa e igualitaria. Un concepto que refleja su carácter multifactorial, integrador, la falla de uno solo de esos elementos repercute en la plena existencia de la democracia como sistema político.
Volviendo a la propuesta de la diputada Medina, habría que preguntarse cuál es el sentido de arrebatar o expulsar del territorio nacional a personas respaldadas por instituciones internacionales y países democráticos que han apoyado políticas o medidas que propicien el retorno de la democracia a nuestro país. Una expulsión de ciudadanos que ya ha comenzado representada por la diáspora que ha confinado a millones de venezolanos, 20% de la población, a huir desesperadamente buscando salidas y respuestas para lograr la supervivencia.
Señora Medina, usted propone sumar a los venezolanos en la diáspora un nuevo contingente de apátridas, “personas que no están reconocidas como ciudadana de ningún Estado, de conformidad con la legislación vigente”. No se conoce el número exacto de apátridas, pero el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) calcula que en el mundo hay por lo menos 12 millones.
Además de padecer la vulneración de su derecho a una nacionalidad, los apátridas suelen ser víctimas de muchas otras violaciones de derechos humanos. Tropiezan con dificultades para acceder a derechos básicos, tales como la educación, la atención sanitaria, el empleo y la libertad de movimiento. Los Estados pueden aplicar salvaguardas para evitar la apatridia, mediante la concesión de la nacionalidad a personas que, de otro modo, serían apátridas, y que, sin embargo, han nacido en su territorio o nacieron en el extranjero, pero al menos uno de sus progenitores es ciudadano del Estado en cuestión. Asimismo, los Estados deben evitar toda situación de apatridia causada por la pérdida o la privación de la nacionalidad.
No puedo calificar desde el punto de vista ético esta intención de la diputada que cierra los ojos ante la destrucción del país, la corrupción representada en su camarada Tareck el Aissami quien desfalcó al país sin misericordia y de quien desconocemos su paradero personal y el de los fondos que robo al país.
Vuelvo a la idea de la importancia que representa asumir responsabilidades políticas de forma descontextualizada sin dedicar un tiempo a tratar de analizar, estudiar, comprender lo que ocurre en su tierra y lo que significa la “política”. Nos evitaríamos tropezar con propuestas descabelladas, plenas de ignorancia de quienes representan alguna parcela del poder en este sufrido país.