El avisado ve el mal y se esconde
Los simples pasan y reciben el daño.
Proverbios 27: 2
Antes del siglo XXI, se dirigía bondadoso y con firme solemnidad a sus diversos creyentes por medio de apariciones, profetas, sanedrines, líderes legisladores, instituciones de distintos credos y sus delegados por igual rabinos, sacerdotes y mensajeros de variados cultos. Así lo revelan testimonios escritos, el del Antiguo Testamento que cuenta 3.783 años, el Nuevo 2023 y el Corán desde el siglo VII d. C., para citar las religiones monoteistas más numerosas que registran sus consejos, advertencias de premios y castigos.
El cambio tecnológico tan drástico de la Era Ciber es el factor que colma su paciencia porque la nueva línea de borde llamada posverdad iguala inventos y verdades, todo puede ser mentira y certeza, ciencia y delirio, decencia y delincuencia, los pretextos demagógicos que distorsionan la realidad y desinforman para beneficios personales, grupales y políticos, lo mismo nacionales, imperiales que regionales.
Dios se obliga entonces a buscar los sofisticados métodos actuales para tener acceso y hablar personalmente y sin distinciones con sus devotos y fanáticos, fieles seguidores o simuladores de sus normas, incluyendo a sus confesos detractores, indiferentes y ateos.
Encuentra por fin a quien le luce la persona adecuada para su arriesgada y urgente misión. Es un venezolano graduado en Comunicación Social por la Universidad Central de Venezuela (1989), de continua destacada trayectoria como reportero, redactor y coordinador en aquel programa noticioso modelo El Observador emitido por Radio Caracas Televisión (1990-1992) y luego de escalar otros cargos pasa a la Gerencia de Producción. Emigra en 1998 a Estados Unidos, donde ejerce sus habilidades en las mismas áreas hasta que hace siete meses decide culminar voluntariamente su carrera profesional periodística de 33 años que en Miami alcanzó el rango de vicepresidente del Departamento de Noticias (WLTV) del canal Univisión.
Nutrida y dura experiencia sobre sucesos, protagonistas, polémicas y técnicas modernas de preciso abordaje investigativo grabados en el intelecto y la sensibilidad de Samuel Belilty, extenso y denso bagaje resuelto en su inauguración como escritor con el texto reciente M7: 15 El regreso de Dios (Katel Books, Columbia, USA, febrero 2023).
Para su intrincada trama novelística se sirve del thriller, género narrativo por excelencia para atrapar la atención del lector mediante sorpresivos detalles, siglas, intrigas que promueven incertidumbre y al unísono motivan su interés en conocer agregados y omisiones de textos religiosos fundacionales convertidos ahora en cartillas apócrifas de obediencia para organizaciones de sagrados títulos, pero corruptas hasta su médula porque esconden, tardan en corregir y finalmente perdonan crímenes de lesa humanidad, ejecutan violaciones físicas en especial a infantes y desvalidos, secuestran a los ignorantes para adoctrinarlos, delitos sin juicio que acrecientan la aparición de sectas practicantes de ritos satánicos y partidos políticos represores de leyes que por mandato constitucional deben proteger la libertad individual y estatal.
Los crudos episodios aquí presentados con maestría descriptiva muestran hasta dónde y cómo los Diez Mandamientos basales que dieron origen a sucesivos códigos del Estado de Derecho destinados a regir la sana y tolerante convivencia social entre pueblos y países, fueron y son anulados cada día con mayor amoralidad.
Dios decide volver para averiguar a fondo ese proceso, desempolvar peligrosos archivos secretos, limpiar su nombre que fue y sigue siendo usado, abusado y manipulado por Iglesias y sus congregaciones cismáticas planetarias de toda índole, hoy incluso con neo inquisiciones que legitiman crímenes de guerra eliminando el derecho humano natural a ejercer bajo control ético legalizado el democrático libre albedrío.
Este libro que a simple vista pareciera un juego literario, logra develar el motivo por el cual en su momento fueron consagrados organismos internacionales, pero ya son disfuncionales y anacrónicos, incapaces de actualizar sus normativas, ni castigar a culpables, ni detener aterradoras acciones terroristas y bélicas que sacrifican individuos, sociedades y poblaciones civiles desarmados.
Dirán algunos que nada nuevo sucede porque son pecados habituales cometidos a lo ancho y largo de la historia universal, especialmente en este ciclo de armas atómicas. Sí. Pero durante siglos y recientes décadas, teólogos y filósofos los analizan como graves errores del pasado, por demás irremediables hechos cumplidos que no implican actores, espectadores ni jueces.
Ahora son imágenes rutinarias en vivo desde pantallas televisivas y medios digitales. Retrato fiel de lo que sin rubor se califica como indetenible y admirable avance tecnológico del mundo civilizado.
Dios reaparece para enderezar lo torcido. Quién sabe si le darán permiso.
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