Jeremías 29:11 NVI. “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Este famoso refrán era el que nuestros padres, tíos y abuelos nos recitaban siempre que andábamos con personas que no eran de su agrado. Este proverbio se puede aplicar sin lugar a dudas a la actitud asumida por el G4 que ya fijó posición con relación a las elecciones de noviembre para alcaldes y gobernadores, que es el salvavidas que necesita el régimen en momentos en que las sanciones han dado el resultado esperado porque están asfixiando a la tiranía. De manera expedita y en términos coloquiales, el G4 se pasó a la torera la jerarquía de Guaidó como presidente interino y aparentemente tomó la decisión sin una consulta amplia, hasta podríamos decir que en la práctica es una especie de golpe de Estado. La decisión en referencia ha debido tener una respuesta más contundente por parte del interinato porque era el momento de demostrar carácter y liderazgo. Sin embargo, la decisión del gobierno interino fue la de remar a favor de la corriente a pesar de que esta decisión puede amarrar por unos cuantos años más a la dictadura en el poder.
Entonces nos preguntamos qué dirigencia política opositora nos está guiando desde hace más de 22 años, supuestamente para lograr conseguir nuestra ansiada libertad. ¿Son personas que luchan por Venezuela u otros intereses particulares? Haciendo un poco de historia, los principales líderes de la oposición, desde la llegada del chavismo al poder, crearon un movimiento que surgió el 5 de julio de 2002, como alternativa para combatir a los delincuentes que se habían apropiado del poder. En ese entonces se creó la Coordinadora Democrática, que albergó a la sociedad civil, gremios, sindicatos de trabajadores, estudiantes y partidos políticos. Su objetivo era conseguir la manera más rápida posible del dictador, lo cual nunca pasó. La oposición y la dictadura acudieron a un diálogo, auspiciado por el exsecretario general de la Organización de Estados Americanos César Gaviria, sin resultados prácticos. Luego se firmó un acuerdo con representantes de la oposición y la tiranía que garantizaban realizar un referéndum revocatorio presidencial que se realizó en agosto de 2004, con evidencias de fraude a favor del régimen y por supuesto la dictadura permaneció en el poder. Después de este desencuentro ha habido varios diálogos y el resultado siempre ha sido el mismo, la dictadura permanece en el poder. Los líderes como Ramos Allup, Manuel Rosales y Henrique Capriles, entre otros, de una u otra manera siempre han estado en primera plana, dirigiendo este camino sin salida, de nunca acabar sin resultados. ¿Será por ingenuidad o por otra razón? La realidad es que la oposición ha hecho de todo, diálogos, referendos, elecciones presidenciables –ganadas y no cobradas– protestas y mucho más. Lo cierto es que el régimen continúa en el poder, violando los derechos humanos, apropiándose de la propiedad privada, malgastando el erario público y realizando la peor gerencia de los servicios públicos de la historia republicana, con nefastas consecuencias para un pueblo que muere por la desidia, resultado del desgobierno más corrupto del que se tenga memoria en Venezuela.
Para no mencionar todas las desventuras que han pasado en Venezuela, hablemos que desde el secretario general de la OEA, Luis Almagro, empezó con una campaña para defender la democracia y la libertad en Venezuela, se empezaron a dar significativos avances con la denuncia de la violación de los derechos humanos por parte de la dictadura y por ende, la culpabilidad de los crímenes de lesa humanidad cometidos en contra del pueblo. Para resumir, la tragedia venezolana ha provocado el éxodo más grande del continente, con casi 7 millones de venezolanos que han tenido que emigrar a diferentes partes del mundo, para escapar de la cruel dictadura que impera en Venezuela.
Teniendo como referencia todo lo acontecido en estos años, el único que ha ganado con los diálogos, ha sido la dictadura para prolongar su diabólico gobierno, debemos entender que el régimen ha logrado una vez más, dividir a la oposición, entre el gobierno interino del presidente Juan Guaidó, el G4, los llamados alacranes, Soy Venezuela y otros factores de la oposición, conformada por representantes de la sociedad civil. El régimen lo que desea es que le levanten las sanciones, y para eso, hace un arroz con mango, logrando que los diferentes factores de la oposición, participen de una u de otra manera en las posturas que se estén exponiendo en el dialogo en México, cuando la voz cantante y definitiva, supuestamente le corresponde a Guaidó. Si este proceso no resuelve la salida definitiva del dictador, entonces significaría el término del interinato. La inscripción de los candidatos a los diferentes cargos regionales que se elegirán el 21 de noviembre y su posterior participación, significa de hecho, que sin importar el resultado del diálogo en México, los candidatos de la oposición le están dando la espalda a Guaidó, el cual quedará muy débil políticamente, si de hecho el G4 participa en unas elecciones que no den garantías de una elección presidencial.
Ojalá las declaraciones dadas hace unos días por Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental, se refieran a las elecciones presidenciales, aunque no lo precisó: “En el ámbito electoral no se han visto pasos concretos, se han visto muchas declaraciones, hay una agenda bastante robusta, pero nosotros tenemos que ver los pasos concreto”. Lo que si queda claro,, es que aún no existe, de manera concreta un acuerdo que conlleve a unas elecciones presidenciales libres.
Con relación a este mismo tema, otros importantes líderes, han dejado en claro sus posiciones. María Corina ha dicho: “El diálogo es para desmontar todo el mal que ha hecho la dictadura. El diálogo y las elecciones solo prorrogan y le dan más vida a la dictadura para que continúe en el poder. Es una trampa para legitimar a la tiranía”. Antonio Ledezma, por su parte, dijo: “En Venezuela no estamos hablando con dirigentes políticos…estamos hablando con una mafia y estas mafias piensan como delincuentes, que es lo que son”.
Lo cierto es que la Plataforma Unitaria debe esperar y no actuar de manera apresurada. Debe esperar que pasará en definitiva con la reciente detención del general Hugo Carvajal, mejor conocido como: “el Pollo Carvajal” y la extradición de Alex Saab. Lo que digan estos personajes con relación a la violación de los derechos humanos, narcotráfico y lavado de dinero, constituyen una gigantesca fortaleza para que la oposición pueda exigir desde una manera más fuerte sus demandas y no dejar que la dictadura corrupta sea la que imponga los acuerdos.
Además, si en realidad queremos avanzar, debemos hacer un “mea culpa” y admitir los errores cometidos, con el único objetivo que debe interesarnos, que es la salida de la dictadura, para lograr la ansiada libertad de Venezuela y el retorno a la democracia. Para lograr esta tarea titánica se hace necesario ceder ambiciones personales, logrando una ruta común, realizable, que tenga como resultado final el cese de la narcodictadura. “En toda negociación, el hombre honrado está destinado a llevar la peor parte, mientras que la picardía y la mala fe se apuntan finalmente los tantos”. Mika Waltari
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