Los libros más útiles son aquellos en que los lectores ponen la mitad de su parte, amplían los conocimientos cuyo germen les presentan, corrigen lo que les parece defectuoso y refuerzan con sus reflexiones, aquello que les parece endeble.
Voltaire
Introducción
No hay ninguna duda de que estamos en presencia de una obra muy interesante y amena sobre el liberalismo, el cual con el triunfo del economista Javier Milei en Argentina, cada día se hace más popular y extenso entre las masas del “tercer mundo” que rechazan quedarse en el letargo del subdesarrollo y anhelan que sus naciones asimilen los adelantos tecnológicos y mejoren sus instituciones sociales. Así como también todo el mundo habla del liberalismo, son pocos los que lo conocen verdaderamente. Si bien está obra está en el lenguaje de Moliere, de Blas Pascal y de René Descartes, sabemos que mucha gente importante de Venezuela como María Corina Machado leen y hablan correctamente esta bella lengua.
Este Diccionario del Liberalismo (Diccionnaire du liberalism) ha sido redactado con 65 colaboradores, que son economistas, filósofos, sociólogos, historiadores, juristas, y sobre todo liberales de todas las corrientes: liberales de izquierda, liberales clásicos, liberales conservadores, libertarios, anarco-capitalistas; junto con los herederos de Tocqueville, de Aron, de Hayek, de Rothbard; franceses, extranjeros, jóvenes y talentosos investigadores. Estos colaboradores son pensadores confirmados y reconocidos por la comunidad científica internacional, y nos ofrecen una ocasión única para adentrarnos con rigor sin que oscurezca con lenguaje demasiado académico, un pensamiento que se encuentra en el corazón de los debates políticos, económicos, filosóficos y geopolíticos contemporáneos.
Este libro me lo regaló un primo político mío que reside en Francia, cuando me llegó lo tuve que recoger en el Centro Postal de San Martín y pagar una suma considerable para retirarlo. Un pésimo servicio porque los correos de Venezuela están funcionando mal, como todos los servicios públicos en Venezuela.
Para calibrar la preparación de los colaboradores nombraremos algunos:
- Florin Aftalion, de formación científica es titular de un MBA y de un PhD de la Universidad de Northwesthern. Desde 1972 enseña finanzas en la Escuela Superior de Economía y Negocios, igualmente se ha desempeñado como profesor visitante en las universidades de New York, Tel-Aviv y de Northwesthern.
- Gary Becker, profesor de economía en la Universidad de Chicago, en los departamentos de Sociología y Economía. En 1992 obtuvo el Premio Nobel de Economía y en el año 2000 la Medalla Nacional de la Ciencia.
- Philip Nataf, científico de formación (Instituto de Statistique IUSP) y economista (doctorados en Estados Unidos y en la Universidad de París-Dauphine) completado por un posdoctorado (DHDR). Ha sido fundador del Instituto Charles Coquelin, donde dirige una colección de libros de economía.
- Frédéric Sautet, doctor en economía, ha hecho sus estudios posdoctorales en la Universidad de New York, y prosigue sus estudios de teología sistemática. Es consultor y afiliado al Mercatus Center en la Universidad George Manson, en donde enseña. También ha trabajado como economista senior en la administración pública de Nueva Zelanda.
- Pascal Salin, profesor emérito en la Universidad de París-Dauphine, es doctor agregado en ciencias económicas, licenciado en sociología y laureado del Instituto de Estudios Económicos de París. Fue en una ocasión presidente de la Sociedad Mont Pèlerin.
Algunas entradas o artículos de gran interés
Déficit y Deuda Pública
En el pensamiento keynesiano, el empleo de un déficit fiscal constituye un recurso básico para “reactivar la economía”. Generalmente, un déficit es seguido por un empréstito, o por una disminución de anteriores reservas, o un aumento de los impuestos. Cuando el déficit es frecuente aumenta la deuda pública. Es el caso de la mayor parte de los países occidentales como Austria, Francia, Estados Unidos, Grecia, el Reino Unido, Italia y Portugal. Un principio de las finanzas públicas es que el endeudamiento no es viable a menos que su costo (tasa de interés) sea inferior a la tasa de crecimiento de la economía. Además, el endeudamiento debe servir para financiar el gasto público en formación bruta de capital.
En este punto, los economistas clásicos como Adam Smith, David Hume, y todavía más: David Ricardo y Jean-Baptista Say se opusieron al endeudamiento público por causa de la improductividad de los gastos del Estado. En efecto, es difícil o casi imposible estar al tanto de la rentabilidad del gasto oficial. En primer lugar, porque no son el resultado de una inversión voluntaria y libre, y generalmente las decisiones se toman fuera del mercado (no hay ganancias sino pérdidas). El verdadero problema es que contrariamente a las tesis keynesianas, los países fuertemente endeudados presentan generalmente un crecimiento débil (nuestro Diccionario, cita como fuente de esta afirmación un documento del Fondo Monetario Internacional Public debt y crecimiento, Manmohan Kumar y Jaejoon Woo Working Paper, 2010).
El Estado Providencia (État providence):
El Estado Providencia “socava toda responsabilidad, todo estímulo a un mejor rendimiento y toda iniciativa. Lleva consigo una asistencia generalizada teniendo por finalidad una seguridad que abarca todo y a todos sobre las masas organizada por el Estado “. También se ha convertido en un instrumento de la revolución social donde el objetivo si es posible, es la totalidad igualdad de los ingresos y las riquezas “con la envidia como móvil principal y exigencias que no pueden ser satisfechas sino con los gastos de otros”. Procede de una “perversa filosofía social” y es uno de los “grandes errores de nuestro tiempo. “
Esta crítica ácida y terrible refleja la hostilidad general de los liberales hacia el Estado Providencia que no emana de un “ultraliberal” desbocado sino de un liberal social por excelencia: el ordoliberal Wilhelm Röpke, padre intelectual de la economía social de mercado. Estas ideas fueron desarrolladas en profundidad en su libro Más allá de la oferta y de la demanda (1958), y subtitulado «Límites y peligros del Estado Providencia».
El retiro según muchos autores y economistas, representa una forma de ahorro. Esto es, constituye una forma de arbitraje entre el presente y el futuro. En el presente el individuo se beneficia de sus ingresos en su actividad productiva, en el futuro dejará de trabajar o producir. El problema del retiro en el largo plazo se había manejado en la familia e individualmente. En la familia, los padres mantenían a sus hijos, quienes más tarde tomaban a su cargo a sus padres. La reducción de la natalidad, la dispersión de las familias, en los países desarrollados le han desprovisto la eficacia a ese sistema. En el plano estrictamente personal, el manejo patrimonial permite capitalizar durante los años activos (en que se trabaja) para disponer de ingresos provenientes del patrimonio, cuando llegue el momento del retiro.
Una forma moderna de capitalización es el seguro que permite manejar los retiros, en una forma adecuada. De esta forma los aseguradores reducen las primas integrando grupos de clientes disímiles, en los cuales la duración de la actividad, la edad del retiro y la edad de la defunción varían.
La novedad introducida en el siglo XX, por el Estado providencia ha sido la de la socialización de los retiros. La responsabilidad de la administración ha sido totalmente o parcialmente transferida de la familia a los individuos, hacia organismos públicos para asegurar la “justicia social”. La socialización ha tomado diversas formas: ya sean como un verdadero monopolio del sector público bajo el control de una administración centralizada (Inglaterra, Francia), como la de una organización mixta que permite una escogencia entre público y privado (Alemania, Finlandia, Países Bajos), como la de una “protección mínima” destinada a personas sin cobertura (Estados Unidos), Pero la socialización ha sido sobre toda emprendida mediante el abandono de la lógica aseguradora por una lógica de redistribución intergeneracional , llamada algunas veces “repartición o distribución “ . Lo cual quiere decir, que los jóvenes trabajadores activos le dan a los más viejos que se han retirado. Según las palabras del gran economista francés, Frédéric Bastiat, la gente termina por considerar a su pensión “no como proveniente de un fondo limitado para su propia previsión sino como una deuda de la propia sociedad”.
¿Pero puede esta deuda ser pagada?
En la mayoría de los países desarrollados el envejecimiento incrementa sin cesar el número de retirados y prolonga el servicio de las pensiones, mientras que la entrada en la vida activa de los jóvenes se retrasa y escasea cada día más. Es más, la proporción entre cotizantes y pensionados se reduce sin cesar. Por otra parte, el sistema de reparto es costoso puesto que no tiene las ganancias de una capitalización. La administración se parece a la de una caja registradora, “pague mientras pueda”.
Ante el desequilibrio de estas finanzas previsionales, se presentan reformas. Las más frecuentes son el retroceso de la edad de retiro, si antes se retiraba a los 60 años ahora se retira a los 65 años, se aumentan las cotizaciones y se reducen las pensiones. Pero éstas no evitan la explosión o la crisis, sino que retardan el proceso. En contraste, otras reformas denominadas “sistémicas” introducen dosis de capitalización y retornan a una lógica aseguradora. Se ha alcanzado “una doble carga”, yuxtaponiendo los costos crecientes de un retiro por repartición deficiente, a los costos de un seguro por capitalización como medida de refuerzo.
La verdadera reforma, consiste en una transición total de la repartición hacia la capitalización.
La escogencia se tiene que hacer entre terapia de choque o gradualismo. Ya José Piñera logró exitosamente en una generación la transición en Chile. Actualmente, más de 11 millones de chilenos cotizan dentro del marco de unas administradoras privadas de fondos de pensión. En el año 2008 el gobierno de Argentina traspasó los fondos privados de pensión al fisco, y en la actualidad— según ciertos parámetros— el peor sistema de pensiones en América Latina es el de Argentina (tarea pendiente para el presidente Javier Milei). Siguiendo los pasos de Piñera, Peter Ferrara y Michael Tanner del Instituto Cato, han inspirado el proyecto 6,2% “sometido al Congreso norteamericano por los senadores Johnson y Flake. En contraste Martin Feldstein plantea una transición gradual sobre 71 años. El éxito de una terapia de choque se explica básicamente por la masa de ahorros disponibles para el crecimiento. Con una tasa superior al 10%, los sacrificios impuestos a los asegurados son más tolerables y la porción de las cotizaciones mayor. La reforma de las pensiones de retiro son así una incitación al trabajo, la propiedad y a la responsabilidad de cada persona libre de preparar su futuro.
Crisis de 1929 (Crise de 1929):
En esta entrada o artículo, se dice que existen tres grandes explicaciones sobre esta Gran Crisis o Depresión: el enfoque keynesiano, que es el planteado por Galbraith (1972) sobre la insuficiencia de la demanda, el enfoque monetarista con Friedman y Schwartz (1967) sobre la contracción de la masa monetaria y el enfoque “austríaco” de Hayek (1931) y de Rothbard (1983) sobre las consecuencias reales de la creación monetaria sobre el aparato productivo. No obstante, existe un consenso sobre el papel de los errores en política económica como un factor agravante de la crisis. Por ejemplo, la política de permitir un alza en los salarios reales provocó un gran desempleo (25% de la población activa en Estados Unidos).
La crisis en Estados Unidos sucedió después de la prosperidad de los años veinte ofreciendo un contraste muy fuerte en comparación con los otros países europeos que pasaron los años veinte con graves dificultades económicas (hiperinflación alemana, desempleo masivo en Inglaterra, inflación e inestabilidad financiera en Francia e Italia). De esta manera, las consecuencias de la crisis lucen como menos fuertes sobre estas economías muy convalecientes. Además, si las soluciones totalitarias a la crisis fueron insostenibles en el largo plazo, la propaganda y la ausencia de libertad de expresión permitieron esconder as dificultades. De esta forma, la recuperación hitleriana montada sobre el rearmamento fue financiada por una inflación reprimida que condujo a la ruina de 1945. De igual forma, los desempeños de la URSS fueron catastróficos. La colectivización de la agricultura emprendida en 1928 provocó una reducción drástica de la producción agrícola. El hambre causó la muerte de varios millones de personas. Sin negar la gravedad de la recesión norteamericana, el ejemplo soviético se encuentra en otra escala de medida. Aquí nos recordamos de la famosa frase del periodista norteamericano Lincoln Steffens “he estado en el futuro, y funciona”, halagando a los funcionarios comunistas después de un viaje a la URSS.
Esta crisis ilustra como los errores de política económica pueden transformar un ajuste necesario (desinflar una burbuja financiera) en una profunda recesión. El retroceso de la audiencia de las ideas liberales y la moda del intervencionismo son el origen de la puesta en ejecución de políticas negativas. Después de la segunda guerra mundial el crecimiento económico responderá a las políticas de libre cambio y una voluntad firme de estabilizar las tasas cambiarias.
Neo-conservatismo:
Irving Kristol define al neo-conservador como “un hombre de izquierda” que ha sido golpeado, que ha sido golpeado con un latigazo por la realidad”. Los padres del neo-conservatismo, Irving Kristol, Daniel Bell y Nathan Glazer son troskistas que, habiendo renunciado a sus ideales comunistas, se han adherido al Partido Republicano. Han adoptado la fórmula de Irving Kristol según la cual “el capitalismo liberal-democrático no es el mejor de los mundos posibles, pero es lo mejor en las actuales circunstancias”. Egresados del City College de New York, de antemano se batieron contra los estalinistas en los años 30 y 40. De seguida en los dos decenios siguientes, se han reencontrado a los lados de los conservadores tradicionalistas en su combate contra la Nueva Izquierda y el radicalismo estudiantil.
En nuestra biblioteca tenemos un libro escrito por Irving Kristol Two Cheer for Capitalism (Dos hurras, por el capitalismo) y podemos afirmar que se las trae este trabajo sobre el capitalismo en Estados Unidos.
Biografías
Raymond Aron
Friedrich A. Hayek
Arthur Laffer
John Locke
Ludwig von Mises
Montesquieu (Charles -Louis de Secondat, barón de La Brède)
Jean-Baptista Say
Joseph Schumpeter
Mario Vargas Llosa
Voltaire
El que escribe estos comentarios sabe lo que representan estos diccionarios especializados puesto que hemos escrito un Diccionario Razonado de Economía y un Diccionario de Banca y Bolsa, ambos publicados por la Editorial Panapo, y por lo tanto estamos al corriente del trabajo implícito que consiste su realización.