OPINIÓN

Diario de la desconfianza y el recelo

por Antonio Guevara Antonio Guevara
Elsa Castillo

Profesora Elsa Castillo 

DÍA 1

Acaba de finalizar un período de movilizaciones en Venezuela iniciado en noviembre de 2022. Por los cuatro puntos cardinales del país los docentes levantaron las banderas de sus reivindicaciones salariales y por mejores condiciones laborales. Desde Castillete hasta Punta Playa hubo marchas, desde la Isla de Aves hasta el Orinoco desarrollaron concentraciones de venezolanos solicitando mejoras. Como contrapartida el régimen desde Miraflores ordenó lo de siempre sin mucha represión: la marcha oficialista. La marea roja, que le dicen sus libritos. Con discursos de cierre incluidos. En sus planes esa es la previsión. Eso siempre está cantado. Como si estuviéramos editando los días de mayo de 2007 de la protesta por el cierre de RCTV, las manifestaciones fueron inicialmente planas en el liderazgo. Todo en el desarrollo de las concentraciones fue horizontal en nombres y apellidos en aquellas. Al final, cuando el teniente coronel trató de acallarla en su escalamiento llamando a una convocatoria para una reforma a la Constitución Nacional en diciembre, el liderazgo tomó cara en el nervio incorrupto y el cerebro íntegro en ese entonces de la juventud que lo encabezaba. Goicoechea, Guevara, Smolanski, Stalin, Sánchez, Requesens, etc. Lo demás es historia. Los resultados electorales obligaron al comandante a destrozar una pared con el puño izquierdo y reconocer obligado su derrota en las urnas. Al final, despacito fue incorporando en leyes los 49 puntos de la reforma y todos continuamos felices. De nada valió el laurel electoral de 2007 que Chávez en el tiempo de contraataque revirtió y de nada valió ese despliegue de jóvenes honestos en sus ideales y castos en sus resoluciones. Los partidos políticos los hicieron fichas de sus aparatos, les exprimieron las virtudes en la maquinaria organizacional y de lo demás se encargaron en mutarlos en los defectos tradicionales de la politiquería, eso que llaman la dinámica política hasta los actuales días. En estas movilizaciones de ahora fue así de raso y lineal, hasta que apareció el nombre de la profesora Elsa Castillo con arrestos de un liderazgo necesario para la convocatoria original, ajeno a la banderita blanca con la antorchita, distante de las franelas color amarillo tránsito terrestre repartidas de manera presurosa antes de empezar a caminar, o azules o rojas, y lejana de la pancarta desplegada por los compañeritos o camaradas que montaron tienda aparte. Ahora, como si levantáramos dudosos la tapa de la cazuela del hervido que bulle colmado de carnes y verduras en su interior, simplemente para verificar con la seriedad de un puercoespín la sazón, los olores que levanta y estimular la humedad de las papilas gustativas nos mantenemos en la desconfianza y el recelo. Los partidos políticos molieron literalmente a esa generación. ¿En qué momento los partidos políticos se van a apropiar como en 2007 de la calle y la protesta y a desnaturalizarla? A hacer lo mismo de siempre.

DÍA 2

Cuando se creía que ya se estaba extinguiendo la candela del tema de los dineros de la ayuda humanitaria para Venezuela por la polémica desatada por el libro Never give an inch (Nunca ceder una pulgada) del ex director de la CIA y ex jefe del departamento de estado de la administración del presidente Trump, el señor Mike Pompeo, alguien desempolva una declaración de Elliot Abrams del año 2021 con la intención de arrinconar y el asunto se vuelve a incendiar como si estuviéramos en cualquier verano en California. Especialmente con el combustible de lo que se señala en el capítulo XV titulado Conoce tus límites. Y se alborota un verdadero ejército de exégetas en plan de traductores indicando tendenciosamente lo que según sus versiones quiso decir Pompeo con el objeto de arrimarle a la sardina de quienes recibieron los más de mil millones de dólares por concepto de ayuda humanitaria; la mayor cantidad de brasas que los exculpe, y los libre del baldón de corrupción a costa del hambre y los sufrimientos del pueblo venezolano.En esta tribuna habíamos cerrado circunstancialmente ese debate, hasta que ahora salta al ruedo de la opinión pública con aire de miliciano y de roncador faramallero el exenviado del Departamento de Estado para Venezuela, en la misma gestión Pompeo, el señor Elliot Abrams y se declara públicamente capaz de meter sus manos en el caldero hirviente de las empanadas de la señora Rosalía en Caicara del Orinoco por la honorabilidad de la oposición en ese asunto. Antes de declarar enfáticamente, no más preguntas su señoría, es bueno recordar algunas cosas sobre este pronunciamiento platónico, socrático y aristotélico de Elliot sobre la moral y la honestidad, con la seguridad de quien va caminando por la rayita del ecuador y está seguro de que divide con su trazo a la tierra, en dos mitades. La de los que le creen al norteamericano a pie juntillas y la de quienes están seguros de que tiene la nariz de palo, y se le alarga con cada declaración sobre esto de la ayuda, y le rinde cuentas paternas al viejo carpintero italiano Gepetto. Si nos atenemos a calibrar la especie del exfuncionario por la fuente y por la información, es obvio que sale raspado, tanto como si se le pidiera una opinión sobre las responsabilidades en el 4F al general Ochoa Antich. Suficiente con decir que es un exconvicto para 2 años de libertad condicional y 100 horas de trabajo comunitario por mentirle al congreso norteamericano en ese asuntico Irán-Contras durante la década de los ochenta en la administración Reagan. De manera que como si estuviéramos cantando en la capilla más próxima, juntos como hermanos, miembros de una iglesia, en unidad familiar como Tarzán, Jane y Boy en cualquier jungla; me gustaría saber si el señor Abrams es capaz de colocar sus manos en el perol en ebullición de cocción de la señora Rosalía si se enterara que en algún momento del recorrido de esos dineros pudieran haber estado otras extremidades de falange, falangina y falangeta dudosas en eso de la experiencia en el candor y la pureza como las de; a ver, déjenme pensar, no me atropellen que ya llegarà un nombre ¡Ya! ¡Listo! el diputado Gilbert Caro por poner un ejemplo. Probablemente míster Abrams lo pensaría muy sesudamente. Y en esa misma cadena de justificadores están los traductores de Pompeo, siempre apelando en esta tribuna que en el origen de la palabra traductor, sin ponernos como prófugos ancestrales del ácido fólico, es casi el equivalente a traidor del idioma. No más preguntas su señoría.

DÍA 3

Necesitamos más héroes anónimos como los muchachos que convocaron a la protesta en el 2007 antes de que los secuestraran los partidos y más Elsas Castillo hasta el momento en que se escribe esto. Un nuevo liderazgo político menos dependiente del norte geográfico y más consecuente con los intereses de los puntos cardinales que configuran el encuadramiento de la Venezuela que vemos hacia el futuro. Hombres y mujeres con la formalidad y la lealtad de un pingüino procedentes de todos los sectores que hacen vida en el país sin esperar línea ni orientación desde ninguna parte. Con una carga de auctoritas y sin rabos de paja que puedan encaminar a los venezolanos hacia un cambio político en el corto plazo sin la necesidad de la teledirección, desnudos de los amarres partidistas y descargados del traje de espantapájaros político. Solo animados por el gran interés nacional de recuperar las banderas de la libertad, la paz, la independencia, la unidad de la nación y la vigencia del Estado de Derecho en la nación. Mientras tanto, hasta que se logre amasar un sentimiento similar al 2002, al 2007 y a tantas oportunidades que se han escurrido en errores y pifias, la masa del descontento se amplía en la misma intensidad con la desconfianza y el recelo; pero la creación de esas nuevas encrucijadas para el cambio no es difícil. Y así lo registramos en este diario.