El día 3 de mayo de cada año se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha instaurada por la Unesco, organismo de las Naciones Unidas, con el fin de exaltar los valores y principios del libre ejercicio de la información y de la opinión a través de los medios de comunicación social
La lucha por la defensa de la libertad de la prensa no es nada nuevo, ya que desde que salió la primera publicación impresa, en ese mismo momento, se dio comienzo a la lucha por la libertad de imprimir sin ningún tipo de impedimento legal o religioso, pues, para que circulara un medio impreso, en ese entonces, había que tener las debidas autorizaciones, tanto oficiales como religiosas de la época. Los editores, escritores y periodistas batallaron a costa de sus vidas, sufrieron acosamientos y persecuciones, hasta que obtuvieron la deseada libertad de publicar medios impresos sin los debidos permisos, que obstaculizaban las libertades de informar y opinar. De esas titánicas luchas nació lo que hoy conocemos como libertad de prensa.
Con la masificación de los medios impresos, la aparición de la radio y de la televisión, ya no solo bastaba el permiso para editar una publicación, sino que la lucha se planteaba por la necesidad del ciudadano de expresar y recibir libremente pensamientos, opiniones e informaciones, a través de los medios masivos de información, sin ningún tipo de presión, intimidación ni censura.
La lucha por la libertad de prensa, dada por editores, periodistas y escritores, ha sido larga, constante y permanente, pues todavía en el siglo de las tecnologías el ciudadano no tiene el acceso debido a la libertad de expresión, razón por la que las Naciones Unidas, en la década de los años cuarenta, proclama la libertad de expresión en su Carta de los Derechos Humanos.
La libertad de expresión como un derecho humano de cada ciudadano de poder expresar libremente por cualquier medio de información sus pensamientos, opiniones, sin ningún tipo de trabas e impedimentos, salvo lo que establecen las leyes. Esta anhelada libertad de expresión se ha convertido en uno de los símbolos fundamentales de las democracias participativas y protagónicas y en una de las más grandes armas de los ciudadanos para exigir sus reivindicaciones políticas, sociales, económicas, culturales, etc.
Hoy los ciudadanos, en la era de la tecnología de la información, demandan y exigen libertad de prensa, libertad de expresión, que no es más que el derecho del ciudadano de estar debidamente informado con oportunidad, veracidad, pluralidad y equidad, a través de los medios de comunicación social, sean estos tradicionales o cibernéticos, por lo que aflora como principio fundamental la libertad de información como un derecho humano, basado en la necesidad de los ciudadanos de estar al corriente de todo lo que sucede en su entorno social, político, cultural, etc., sin presiones, intimidaciones, perjuicios, agresiones, y por supuesto sin autocensura y censuras y en tiempo real y virtual, por lo tanto en nuestros días se hace cada vez más ineludible la lucha por la libertad de prensa, la libertad de expresión y la libertad de información, como el derecho del ciudadano de estar debidamente informados y para que de esa manera exista una verdadera democracia.
En nuestro caso específico, Venezuela, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que existe hasta hoy libertad de expresión, pues el ciudadano puede expresar sus opiniones y sus pensamientos, tal como lo establece la Constitución Bolivariana de Venezuela en su artículo 57; pero en nuestro país la libertad de información está quebrantada por el régimen, pues el ciudadano no recibe la información oportuna, veraz, plural, como lo estipulan los artículos 28, 58, 117,143 y 337 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, pues la autocensura, la censura previa, las intimidaciones, las persecuciones, los temores, las presiones partidistas gubernamentales y los intereses de diferentes índoles no permiten que el ciudadano esté debidamente informado.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa no debe verse como un simple homenaje o reconocimiento a los medios de comunicación sociales, ni a los comunicadores sociales, o como un recordatorio más de lo que es la libertad de prensa; sino que debe verlo y sentirlo el ciudadano como un principio, como una virtud, propia de él, por las implicaciones que tiene el estar debidamente informado como una señal en sus procederes diarios, por lo tanto, los ciudadanos, sin distingo de raza, género, credo religioso y de creencias ideológicas partidistas, deben asumir y tomar las banderas de lucha para defender el derecho humano de la información como procedimiento del buen vivir en una democracia participativa, protagónica, multiétnica y pluricultural, como lo establece el Preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Así es, pues, que la libertad de prensa no pertenece a medio de comunicación social alguno, sea tradicional o cibernético, ni comunicador social, sino que como derecho humano de la información hace posible que los ciudadanos sean libres en el pensar y en el actuar y como lo predica la frase en latín “presto et praesto” (Estoy firme y me pongo al frente), como ciudadano estaré activo para salvaguardar el derecho humano de la información.