Por Javier Vivas Santana
«Aun aquellos que creen que la inteligencia depende en buena medida de la disposición hereditaria, admiten que más importante todavía es la formación recibida al comienzo de la vida. No puede perderse de vista la importancia vital que para cualquier aprendizaje, en primer lugar el de la vida misma, tienen los siete primeros años de la existencia de un ser humano. El niño está capacitado para aprender de todas las fuentes de conocimiento que tiene a su alrededor. De hecho lo hace mientras crece, en el proceso de perfeccionamiento más asombroso que los ojos humanos puedan contemplar. Pero, a medida que va pasando el tiempo, ¡se le van cerrando caminos!».
Luis Alberto Machado – La revolución de la inteligencia
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Ciudadano
Héctor Rodríguez
“Ministro de Educación”
Resulta lamentable que nuevamente este 15 de enero, Día del Educador en Venezuela, además de tener frente al despacho un ilegítimo ministro en tal cartera porque no se respetaron los resultados electorales del pasado 28 de julio; tengamos como docentes que soportar de parte del Ministerio de Educación un permanente acoso laboral, con acciones que van desde la confiscación –por no decir robo– de las prestaciones sociales a miles de jubilados, hasta la degradación salarial a niveles de pagos que como máximo llegan a los 10 dólares mensuales o la suspensión de tales salarios a otros tantos maestras, maestros y profesores, como consecuencia de la persecución política.
Usted, señor Rodríguez, ha hecho evidente que no está a la altura del cargo; sus constantes errores al hablar -en la pronunciación de sustantivos, adjetivos y adverbios, o conjugación de verbos- y escribir demuestran el nivel de bazofia política sobre la cual está basada su preparación para desempeñar funciones semejantes; pero tal vez eso sea insignificante ante lo que realmente afecta la educación: la ignominia con la cual usted(es), en nombre de sus “funciones”, ha permitido que aparezcan individuos armados en instituciones educativas y medios públicos, promoviendo con ello un erostratismo con fines políticos, lo que viola de manera reiterada tanto las leyes vinculadas con la infancia y la propia educación, como la I Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989); es decir, si algo ha promovido su permanencia en el Ministerio de Educación es la delincuencia de Estado.
Además, “ministro”, su afasia ante la detención de más de 100 niños y adolescentes –algunos siguen tras las rejas– después de las elecciones presidenciales del 28J, cuando ellos junto con sus familias fueron víctimas de terribles daños biológicos, físicos y psicológicos, revela que dentro de sus pensamientos solo impera la maldad como forma de ejecución y praxis de lo que para usted es “educativo”. Y es que solamente en mentes perversas un “ministro de educación” podría avalar que hayan ocurrido semejantes “detenciones” que violaron no sólo las normas jurídicas nacionales e internacionales mencionadas, sino que en otra nación ya usted estaría cuando menos siendo interpelado por otras instancias del Estado. En otra nación, porque en Venezuela, comenzando por la propia Fiscalía, todas son cómplices de la vesania que acompaña a los promotores de semejantes acciones, lo cual lo coloca como un nefando para estar al frente de la educación.
Usted, señor Rodríguez, está además al frente de manera simultánea de la destruida Gobernación de Miranda, lo que lo coloca en plenas violaciones de otros derechos en el ejercicio de la función pública; verbigracia, actuando en condiciones de cumplir órdenes provenientes de un ucase, solamente demuestra la inedia mental que los acompaña; propia de individuos que son bolonios hasta para el mínimo razonamiento, porque presumir que en su formación existan Rómulo Gallegos, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Humberto Fernández Morán, Arturo Uslar Pietri o Luis Alberto Machado, sería estar en completa nefelibata, que al final es lo único que a usted le acompaña de la promiscuidad política del madurismo.
Y es que la gestión entre su antecesora –la misma que sugirió a los docentes vender plátanos– y la “vicepresidenta” que sonríe porque un “educador” venda chicha; y lo que usted ha ejecutado por segunda vez al frente del más importante ministerio del país, solo ha estado ejerciendo una constante falocracia al violarle los derechos a la mayoría de maestras y profesoras que integran la malograda nómina educativa en Venezuela. O sea, usted, si algo disfruta es el sufrimiento de la mujer, primero por ver cómo el régimen apresa y tortura a inocentes niños, y luego por reducir los ya prácticamente inexistentes salarios; en otras palabras, que esas docentes, que en su mayoría también son madres, ni siquiera pueden cubrir sus gastos de alimentación. Una situación que solo ha generado hambre, miseria y migración; ahora existe un espantoso déficit de profesionales de educación, que según cifras propias y de otras instituciones supera ya los 250.000, algo jamás visto en nuestra historia contemporánea.
Sobre lo anterior, tenemos que mencionar la destrucción absoluta de la infraestructura educativa en más de 87% de los planteles, lo cual si solamente realizamos un cálculo simple en la necesidad de invertir 1 millón de dólares por alrededor de 10.000 planteles a escala nacional, se necesitaría un mínimo de 10.000 millones de dólares para medianamente recuperar todo lo destruido por el madurismo. En otras palabras, es obvio que su único fin es la hecatombe educativa. Por supuesto, en la misma medida tendríamos que mencionar la liquidación de las universidades nacionales, para cuya recuperación se requieren entre 30.000 y 40.000 millones de dólares. La razón por la cual nuestros adolescentes y jóvenes, al ver tan precarias condiciones de vida, prefieren emigrar, porque usted y su grupo madurista no ofrecen posibilidades de vida para ellos y menos para su futuro.
Usted, señor Rodríguez, representa una vergüenza absoluta para la educación venezolana. Sus acciones son la bahorrina de la política, porque cada palabra es deletérea hacia una sociedad. Usted, convertido en parlaembalde, es una ilécebra de una nefaria historia de Venezuela. El Día del Educador, lo que haya dicho puede llevarlo hasta la sima del averno, porque la cima de la educación jamás estará con el madurismo. Hagan lo que hagan, los docentes venezolanos y el pueblo estamos claros del dontancredismo que ustedes representan para la educación, la sociedad y toda Venezuela. ¡Siga aumentando su ignorancia!