El Estado sustituyó el método de resolución de conflictos ante los reclamos justos de los gremios que se mantienen en la calle exigiendo salarios dignos y mejor calidad de vida por el método represivo al mando del cuerpo violador de los derechos humanos, el Sebin.
Es conocido su modus operandi, como se constató recientemente en el estado Barinas. Los cuerpos de seguridad se presentaron de forma violenta y sin orden de allanamiento en los domicilios o lugares de reunión hasta ejecutar la detención arbitraria del profesor Víctor Venegas, presidente de Fenatev, quien hasta el día de hoy sus familiares y defensa privada nada saben dónde está recluido.
Estamos en presencia nuevamente de la posible configuración del delito de desaparición forzada de personas y la violación del artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establece el debido proceso, derecho a la defensa y lo más sagrado, la presunción de inocencia.
Para el Estado no es prioridad el hambre ni la pobreza del pueblo. Su agenda solo estipula mantenerse en el poder violando sistemáticamente los derechos humanos de los ciudadanos. Quien proteste recibirá como castigo la cárcel, para luego canjearlo como barajita cuando le convenga.
Una actuación desde todo punto de vista reprochable.