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Destrucción de organismos públicos

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Un viejo axioma repetido por los viejos funcionarios avezados en el transcurrir de los gobiernos ,que hacen y deshacen, reza así: Nada se crea ni se destruye en la Administración, solo se transforma. No parece que eso sea lo que está haciendo Trump, a juzgar por su actuación en decenas de organismos como el Instituto estadounidense de la Paz , una institución que se dedica a la formación de diplomáticos y otros actores para eliminar conflictos. USAID ha seguido un camino similar, aunque conserva una mínima parte de su actividad con la ayuda de algún juez que se opone a tamaño desatino. Más de 300 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir en el mundo, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Estados Unidos cubría 47% de esta financiación a través de su agencia de cooperación, ahora en vías de desmantelamiento.

El insuficiente control de las instituciones por los jueces genera afirmaciones duras sobre la fortaleza de la democracia en Norteamérica: Ahora estamos atrapados en un sistema que ofrece la misma eficiencia a quien desea ejercer las funciones legítimas del gobierno y a quien desea desmantelarlo, o convertirlo en un arma para sus propios fines. (Zeynep Tufekci, 2025).

Otros analistas del funcionamiento de las instituciones, más confiados en el vigor de la democracia y en el Tribunal Supremo, parecen ser más optimistas: Ellos tienen sus controles y contrapesos. Trump deberá afrontar elecciones de medio mandato en un año y medio. La democracia americana es un hecho, pero el riesgo de este nuevo poder feudal es mayúsculo. (Paolo Gentilone, 2025),

Ahora que se han cumplido cinco años de la pandemia del covid, algunas ideas se desprenden de la experiencia para la Administración Pública. Se nos ocurren varias relacionadas con el teletrabajo, la supresión de reuniones presenciales, la merma en la creatividad generada por la desaparición del trabajo en equipo y el ahorro de las grandes empresas en el alquiler de oficinas, antes emblema de la potencia comercial de las multinacionales y de los organismos públicos que, con sus mastodónticas sedes, ensayaban mostrar su potencia.

Algunas de estas multinacionales han suprimido el teletrabajo para sus empleados después de haberlo generalizado y expandir por los cinco continentes sus ventajas. La realidad se impone y es aprovechada ahora por los equipos de Musk para enviar definitivamente a sus domicilios a los funcionarios expulsados del sistema público norteamericano.

De momento, en algunas administraciones públicas lo que se ha logrado, en relación con los ciudadanos, es la prestación de un peor servicio, dar alas a los que señalan que la burocracia es excesiva y generalizar el sistema de la cita previa que retrasa la solución de los asuntos más nimios.

Afortunadamente, multitud de instituciones están volviendo ya a la prestación directa de los servicios, empujadas por la presión y especialmente por la necesidad de amplias capas de la población, cuyas dificultades con la digitalización de procedimientos son elevadas. Entre ellos se encuentran las personas de edad avanzada y otras capas de la población con dificultades técnicas o de lejanía con los dispositivos tecnológicos.

Como se ha señalado, hay que elevar la importancia del trabajo colaborativo entre los funcionarios y en la selección se tendría que ponderar sus capacidades para liderar dinámicas de trabajo colaborativo (Ramió y Salvador, 2025). Difícil actuación si la presencia de los funcionarios en las oficinas no es constante y no se practica asiduamente la conexión personal en los despachos.

Alguna de las críticas comunes hace referencia al exceso de burocracia, El crecimiento del aparato del Estado en las democracias le ha puesto en la diana del populismo identificando este tema con la producción continua de normas, y equiparando tal situación especialmente con la producción de directivas y reglamentos comunitarios. El conjunto de todas estas normas, de aplicación a los 27 países miembros lo constituye el acervo comunitario, que es la base común de funcionamiento de la Unión Europea. Su aplicación en los diversos países ha supuesto un salto adelante importante en la consolidación de la democracia en los países miembros, algunos de ellos procedentes de sistemas políticos no democráticos. Precisamente, quienes consideran que ha de avanzarse más en este campo, señalan la conveniencia de aumentar este acervo  comunitario a materias tan relevantes como las cuestiones fiscales. Con seguridad, la fortaleza de la Unión Europea reside especialmente en su identificación con un conjunto de países con el mismo régimen jurídico.

No obstante, la época actual, en virtud de la situación en Ucrania y la política liderada por el presidente norteamericano Trump, se identifica y da alas especialmente a la  defensa, al rearme, política pública denostada hace pocos meses y hoy configurada como una necesidad ineludible para los Estados miembros.

Se atribuye a Zuckerberg , ahora aliado de Musk, la frase si una cosa no funciona, mejor romperla (y crear otra nueva) que arreglarla. No sería bueno para los ciudadanos que los destrozos de las instituciones que estamos viviendo en la democracia norteamericana se extendieran por el mundo. Saldríamos perdiendo.

@fjvelazquez.bsky.social

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