No nos hagamos ilusiones, el poder despótico no tiene interés en despejar camino alguno que permita el cambio. Al contrario: está dedicado a obstruirlos con todos los medios que tienen a su alcance.
Montan sus charadas para distraer la atención o para enmascarar su falso patriotismo. Pero ello tiene por objetivo tratar de afincar el continuismo. Es lamentable que todavía haya voceros que se definen opositores, que sigan esos juegos. Lo siento. Allí no puede haber buena fe. Acaso, mal billete…
Los caminos no se despejarán por obra del funcionamiento de instituciones. En una democracia funcional eso ocurre, con más o menos dificultades. Pero en una hegemonía despótica y depredadora, eso jamás podría ocurrir, primero porque no hay instituciones independientes, y después porque el único camino de la hegemonía es el continuismo.
Los caminos hay que despejarlos con la fuerza democrática del pueblo. Los resultados de las primarias así lo alientan. El iceberg del rechazo al poder está allí, creciendo, y sólo se vio la punta durante las primarias.
La Constitución formalmente vigente consagra variados caminos para el cambio democrático. Y deben ser impulsados con fortaleza cívica para que se despeje el futuro de Venezuela.
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