El título de estas breves líneas no tiene nada de original. Pero al menos es pertinente al momento actual de «un año que viene y otro que se va», como decía una vieja canción. El que se va, 2020, ha sido, en general, tenebroso. Para la humanidad en su conjunto y en especial para Venezuela. La pandemia del covid, con su costo de vidas y sus efectos políticos, económicos y sociales, ha marcado un antes y un después en estos tiempos contemporáneos. Y las noticias que llegan no son alentadoras sobre una próxima superación de la pandemia.
En medio de la pandemia, son innumerables las demostraciones de coraje y solidaridad, que le ofrendan esperanza al mundo. Millones de personas reflexionan sobre lo que es verdaderamente importante, y todo ese patrimonio de dignidad y renovación de valores, puede ser el fundamento de un nuevo comienzo. Ojalá y así sea. Pero el caso de Venezuela tiene el agravante de que no solo se esparce la pandemia sanitaria del covid-19, sino que se mantiene la pandemia de la hegemonía roja y sus satélites, con sus devastadores consecuencias en lo político, económico y social.
El poder establecido se ha organizado para tratar de garantizar el «continuismo», y desde la acera de enfrente se formaliza el planteamiento de una «continuidad administrativa». Es decir, más de lo mismo, en variados aspectos. En ese sentido, no parece que habría diferencias entre 2020 y 2021, y tal perspectiva es ominosa. Porque si lo que la mayoría abrumadora de los venezolanos ansía es un cambio para bien, el continuismo o la continuidad son lo contrario de esa aspiración colectiva.
La despedida a lo que ha significado 2020 es de sentido común, sobre todo desde la defensa de los derechos humanos, y el caso de Venezuela lo manifiesta de una forma radical. La bienvenida al 2021 depende de lo que este año pueda significar. Cambio para el bien nacional, hacia la democracia, la justicia y el desarrollo económico, es una causa por la cual hay que luchar con máxima perseverancia. Avanzar en esta causa, dejando atrás la tragedia de la hegemonía, haría del año que entra uno brillante en la vida venezolana.
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