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Descentralización: la política engavetada

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En medio de la actual agitación política, el pasado viernes 30 de agosto los venezolanos amanecimos a oscuras, debido a un nuevo apagón nacional que el gobierno atribuyó a un supuesto «sabotaje». Sin embargo, no debemos olvidar que la crisis eléctrica comenzó en 2009, cuando el Plan de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) 2003-2007 sólo añadió el 20% de los megavatios planificados. Esta situación llevó al expresidente Hugo Chávez a declarar la emergencia eléctrica y crear el Ministerio de Energía, asegurando en aquel momento que para el año 2011 tendríamos el mejor sistema eléctrico del continente.

Trece años después, y tras destinar más de 100 mil millones de dólares al sector eléctrico nacional, en varias regiones del país las interrupciones del servicio eléctrico son el pan de cada día. La realidad, es que los equipos están agotados por falta de mantenimiento, y solo será posible recuperar el sistema con una verdadera inversión (sin malversación de fondos) y un adecuado plan de mantenimiento. Además, es necesario implementar un plan funcional de racionamiento que informe a los venezolanos sobre los horarios en los que se contará con el servicio, mientras se recupera el sistema.

Corpoelec tampoco ha logrado cumplir con la meta de incorporar los megavatios requeridos por el SEN, lo que significa que la capacidad de generación disponible es insuficiente para satisfacer la demanda máxima de los usuarios, agravando los problemas del suministro eléctrico. Esta situación limita el desarrollo del país, porque al no cubrir la demanda actual, es impensable incorporar nuevas industrias y servicios, según lo estiman algunos expertos.

Sin embargo, es importante señalar que la migración de millones de personas y la inactividad de gran parte de la industria en Venezuela tiene que haber alterado significativamente la demanda de energía. En circunstancias normales, una reducción tan drástica de la población y el cierre de sectores productivos habrían aliviado la presión sobre el sistema eléctrico. Sin embargo, en este caso, los problemas de gestión, mantenimiento insuficiente y deterioro de la infraestructura han provocado que, a pesar de la menor demanda, el sistema no sea capaz de satisfacer las necesidades de la población restante.

Los servicios públicos no pueden seguir dependiendo exclusivamente del Estado, que no tiene la capacidad de financiar su funcionamiento. Es necesario subsidiar sólo a quienes realmente lo necesiten, sin comprometer la recuperación y estabilidad del sector eléctrico.

Lo cierto es que durante este período presidencial, no hemos visto una política seria y coherente para resolver el grave problema eléctrico que cada vez es mayor. Solo observamos acciones esporádicas, sin un objetivo claro. Asimismo, cualquier plan de recuperación enfrenta la barrera de un entorno político y económico que dificulta la inversión privada y la participación internacional, necesarias para rehabilitar el sistema y apalancar la descentralización.

Es urgente adoptar soluciones que incluyan una administración mixta en la generación y distribución de energía. Como hemos propuesto desde Unidad Visión Venezuela en otras oportunidades, respaldamos la iniciativa de Sabatini y Patterson, que aboga por dotar al sector eléctrico de la independencia administrativa que tanto necesita, tal como expliqué en mi artículo de opinión titulado:  La independencia del sector eléctrico

En resumen, el tiempo apremia. Una de las medidas inmediatas debe ser la descentralización del SEN y la incorporación del sector privado. Es momento de dejar de lado el populismo y comenzar a cobrar tarifas realistas para lograr, en el mediano plazo, mejoras sustanciales en el servicio eléctrico.

[email protected]

www.unidadvisionvzla.blogspot.com

X e Instagram: @OmarAvilaVzla

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