El presente artículo sobre el marqués del Toro está inspirado en un excelente trabajo realizado por el Dr. Manuel Hernández González, doctor en Historia, profesor de la Universidad de la Laguna en Tenerife, quien ha ganado 6 premios en investigación histórica, fue becario posdoctoral en la Universidad John Hopkins, Baltimore, con varios trabajos sobre Venezuela y Miembro Correspondiente de nuestra Academia Nacional de la Historia.
Bernardo Rodríguez del Toro nació en Gran Canaria el 18 de mayo de 1675 y llega a Venezuela a finales del siglo XVII proviniendo de una buena familia sin medios económicos para pretender.
El futuro marqués comienza su actividad comercial en el puerto de La Guaira, donde adquiere dos casas con un patio grande que usa como bodegas y se dedica al negocio de la exportación e importación de productos y en Caracas también monta una tienda y tiene su casa de habitación. El 30 de mayo de 1712 se casa con Paula Graciosa de Istúriz y Ezquier de la Guerra de cuya unión nacieron 11 hijos.
A medida que iba pasando el tiempo, el negocio fue prosperando y en sociedad con su compadre Antonio Pacheco (Conde de San Javier), el capitán Antonio Pimentel y Bernardo de Bésamo adquieren tres barcos llamados (San Antonio, La Pedrosa y el Santo Cristo de San Román) cuyo objetivo fundamental fue comerciar con la Nueva España. Los barcos San Antonio y La Pedrosa eran en sociedad con Pacheco y Pimentel y la nave “Santo Cristo de San Román” era con Pacheco y De Bésamo.
Para esa época, el producto de exportación estrella en la Provincia de Venezuela era el cacao y los beneficios económicos que fueron obteniendo eran muy buenos hasta que apareció en el escenario la Compañía Guipuzcoana, con la cual comenzaron a tener una serie de problemas que obligaron a Del Toro y asociados a emprender una querella en las cortes que fue larga y complicada.
En todo ese tiempo el marqués del Toro invirtió sus ganancias en la adquisición de tierras productoras de cacao, para así manejar toda la cadena comercial, desde la siembra y producción hasta la distribución y venta de los mercados internos y externos. Además, compró tierras para la cría de ganado, por lo que para el momento de su muerte en 1742, a la edad de 67 años, poseía (entre otras) las siguientes propiedades:
- En los valles de Nirgua: una hacienda con 300 fanegas y 30.000 cacaotales.
- En los Valles del Tuy: 542,5 fanegas y 21.700 cacaotales.
- En los valles de Araire: 4.000 cacaotales.
- En el hato de Sabana Larga: 575 reses y becerros, 60 yeguas, 48 caballos, 4 mulas, 12 potros, 109 vacas de vientre, 93 machos y 1 burro.
- Tenía en propiedad 360 esclavos.
Al morir don Bernardo, el marquesado pasa a su hijo Francisco Rodríguez del Toro e Istúriz y entre 1744 y 1748 los bienes de la familia la colocaban como uno de las más poderosas de Venezuela, llegando a alcanzar las siguientes proporciones:
- 17 haciendas de cacao de 4.550 fanegadas.
- 100 árboles de cacao.
- 3 hatos con dos leguas y media de extensión.
El caso del marqués del Toro es muy interesante porque nos muestra cómo una persona que llegó desde las Islas Canarias a la Provincia de Venezuela con medios económicos módicos, comenzó a realizar una mediana actividad comercial que acompañó de buenas relaciones con el poder civil, militar y la alta sociedad caraqueña. Con la reinversión de su capital en nuevos negocios llegó a ser un próspero comerciante, agricultor que dominó por un buen tiempo la ruta comercial del cacao desde Venezuela hasta la Nueva España en una de las mejores épocas de este producto.
Sus pleitos legales con la Guipuzcoana se constituyeron en uno de los factores que contribuyeron a encender la chispa del proceso independentista en nuestro país y también nos muestra que Bernardo Rodríguez del Toro hizo las cosas tan bien, que hasta logró obtener un título nobiliario que le fue concedido por S.M. el rey Felipe V el 26 de septiembre de 1732 y desde ese año hasta 1898 llevaron el título de marqués los siguientes miembros de la familia:
- Bernardo Rodríguez del Toro y Martínez de Heredia.
- Francisco Rodríguez del Toro e Iztúriz.
- Sebastián Rodríguez del Toro y Ascanio.
- Francisco Rodríguez del Toro e Ibarra.
- Pedro Rodríguez del Toro y Pérez de Estala.
Otro dato curioso es que una nieta del III marqués del Toro (Sebastián José Antonio) llamada Brígida Rodríguez del Toro e Ibarra nació en la Nueva Valencia del Rey en 1805, quien contrajo nupcias con Tomás José de Jesús Sanabria y Meleán, de cuya unión nacieron 12 hijos y uno de ellos fue Martín José de la Asunción Sanabria y Rodríguez del Toro conocido popularmente como “Martín J. Sanabria” quien llegó a ser rector de la Universidad Central de Venezuela, Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia y director de la misma. Su labor y pasión por la educación en Venezuela lo llevaron a que varios institutos educativos en el país lleven su nombre.
Bibliografía
Hernández González, M. El primer Marqués del Toro (1675-1742): La forja de una fortuna en la Venezuela colonial. Anuario de Estudios Atlánticos, Número 58, 2012, pp. 105-132, Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, España.