A partir del acto de promulgación constitucional de la “República Bolivariana de Venezuela” comenzó a ejecutarse, fehacientemente, aquella demolición prometida de la “cuarta república”, hasta convertirla en esto que es hoy “la quinta”.
La “República de Venezuela” dejó de existir, tal como su Constitución anterior del 23 de enero de 1961 la establecía. Ello es el resultado de tres acostumbrados manejos políticos de engreídas “élites revolucionarias”, junto a élites cómplices, necias o parasitarias, con el objeto de la manipulación de “las masas”, como suelen los comunistas actuar para sostener el poder a toda costa: a) El engaño; b) La traición y c) La sumisión.
“El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana…” Con este párrafo inicia su preámbulo nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, según se recoge en Gaceta Oficial Nº 5453 de la República de Venezuela (ya que por cierto no existía la “República Bolivariana”, sino hasta su promulgación el 24 de marzo de 2000) hace 20 años.
Les invito a que nos hagamos un par de preguntas pertinentes, y vayamos respondiéndolas juntos, una a una, en el transcurso de este artículo- análisis:
1) ¿Cuál es el debate que se nos presenta por estos días de desgracia como pertinente sobre Venezuela? Debate sobre los derechos del ser humano, y tan asfixiante como la rodilla criminal del torturador “Chauvin en el cuello de George Floyd”. ¿Es descocarse pensando en cómo hacer para atender a nuestra ciudadanía, dentro y fuera de nuestro territorio, en medio de tantas vitales carencias y necesidades? Ahora, ante la más que amenazante realidad de pandemia en aceleración que se inicia y se suma a la abrumadora realidad de muchas otras enfermedades, el hambre y la muerte en Venezuela?
Asemejándose a una situación de secuestro, los ciudadanos son rehenes del narco-Estado venezolano actual que, incapaz de atender las demandas crecientes que van surgiendo, ahora aumentadas por la pandemia, no desean asumir consecuencias del dejar morir en demasía a sus rehenes, porque son su pieza de engranaje con la esclavitud que administran. Ellos pueden permitir, y aún estimular la salida de oponentes que amenazan su estabilidad; como lo hicieron los hermanitos Castro con su malicia infinita y depredadora en Cuba. Ahora nosotros tenemos a sus aprendices y súbditos, los hermanitos Rodríguez, y junto a la marioneta mayor, Nicolás Maduro.
Los aparentes protagonistas del narcorrégimen venezolano aprendieron las tácticas de sus reales titiriteros, los Castro y sus adláteres en Cuba. Estos las aplicaron al pueblo cubano, que hasta se lanzó al mar para alcanzar su libertad. Cuando la olla de presión del descontento fue muy alta, para bajar la presión dejaron salir a miles por el recordado puerto de Mariel. Ellos acceden a pactar entrada de recursos para paliar una situación que administran como coyuntural. Así aplican su primera táctica (a) El engaño que, bajo estrategia de conservación del poder por todos los medios, aplican mediante pactos que lo lleven a garantizar su continuismo, y no a ninguna transición o cesión de poder para la democracia. Llegado su momento, aplican la táctica de obstrucción o saboteo a cualquier negociación de posible resultado satisfactorio que esté en puerta para ir a la táctica (b),Traición al sistema, o a la negociación que les permitió alimentarse para su pase al empoderamiento y la dominación. c) Finalmente, aplican el refuerzo a las dos tácticas anteriores con dominación vía represión. Utilizan también la seducción, muy acostumbradas hacia los militares y mediante el intercambio de prebendas con círculos cercanos de cohabitación; para aparentar un logro o avance en sentido de progreso democrático. En realidad solo son formas nuevamente de engaño para afianzar la sumisión en un círculo vicioso en el que simulan cederte en lo que tú antes ya tenías,o te pertenecía, y te quitaron. Simulando generosidad van provocando el “Efecto Estocolmo”.
Por eso, la respuesta a la pregunta 1) se responde antes que nada aceptando la realidad del conflicto existente. Y si de alguna forma se ha inventado ya la manera de paliar la realidad a través de organizaciones como la Cruz Roja Internacional, la cual no interviene en el tema de favorecer negociaciones o coordinaciones entre las partes en conflicto, sino que sea para que ambas se comprometan a respetar la acción de salvamento de esta organización mundial de socorro junto a la propia sociedad de víctimas no beligerantes. Es decir la atención a todos los daños colaterales a inocentes atrapadas en cualesquiera ubicación del conflicto. Eso es lo que realmente ocurre en Venezuela. Existe un conflicto de la que hemos apodado una guerra sin bombas, y al cual es necesario hacer reconocer para actuar en misión de paz y atender a las víctimas.
2) Si no tenemos control del poder dentro del territorio venezolano, y el narcorrégimen lo tiene parcialmente mediante el castrismo, compartiéndolo con grupos criminales y agentes de otros países que se dicen sus socios (Rusia, China e Irán entre otros) y solo ellos han destruido nuestros sistemas de atención a la salud, nuestra economía y han afectado devastadoramente nuestras redes de médicos, y de instalaciones para atención a la salud, ¿cuál es la estrategia correcta para salvar a Venezuela?
No podemos permitir que ante la demolición ejecutada de las instituciones de la democracia por parte de la narcotiranía, la cual a su antojo juega con las necesidades humanas y por los daños directos como suerte de guerra de exterminio que ha estado practicando contra la población que tiraniza, nos convierta en rehenes que vamos intentando sostener las columnas que caerán por su acción sobre la gente a la que queremos liberar y salvar. Más que daños colaterales para seguir logrando su control social y su dominación, todo el tiempo que se lo permitan las condiciones objetivas, nuestra mala dirección estratégica frente a la suya que seguirá aplicando de 1) engaño, b) traición y c) logrando sumisión, debe ser una lucha de liberación llamando al pueblo a la organización y a los aliados internacionales a respaldar a nuestro pueblo de manera directa e indirecta.
En el caso actual de Venezuela su narcorrégimen con su Estado fallido y secuestrador es el que debe quedar cercado y obligado a entregarse. Actuando como un Estado amigo y de apoyo a terroristas, el régimen venezolano va deslizándose, peligrosamente, hacia el accionar terrorista directo. Los que deberían liderar nuestra lucha, caída y captura de estos malhechores, para llevarlos a la justicia, han pactado entregar recursos a una organización internacional para atender a nuestras familias. Observemos muy cuidadosamente los acontecimientos y desempeños del régimen y de la Asamblea Nacional legítima, a propósito de tal pacto suscrito para así sacar nuestras propias conclusiones sobre estas reflexiones.
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@gonzalezdelcas