OPINIÓN

Del acuerdo a la acción: reconstruir la biodiversidad

por Hivy Ortiz Chour Hivy Ortiz Chour

La conmemoración del Día Mundial de la Biodiversidad nos da la oportunidad de reflexionar sobre la riqueza natural que nos rodea y el papel fundamental que desempeña en nuestra existencia. La biodiversidad, que abarca todas las formas de vida en nuestro planeta, es un tesoro invaluable que merece toda nuestra atención y protección.

América Latina y el Caribe se ubica como una de las regiones con mayor diversidad de ecosistemas en el mundo. Alberga: 12 de los 14 biomas terrestres; 190 ecorregiones terrestres; 96 ecorregiones de agua dulce y 44 ecorregiones marinas.

La región cuenta, además, con un precioso patrimonio cultural resultado de la convivencia histórica entre las sociedades humanas y la naturaleza, que las sustenta desde siempre.

Pese a su evidente importancia, la biodiversidad enfrenta a numerosos desafíos. La actividad humana, como la deforestación, la contaminación, el cambio climático y la pérdida de hábitats naturales, ha causado un declive alarmante en la diversidad biológica.

La relación entre biodiversidad y calidad de vida puede resultar menos obvia para la inmensa mayoría de las personas que viven en ciudades y otros centros urbanos y que no recogen su alimento directamente de la naturaleza. Sin embargo, por lejana que parezca, la vida silvestre sigue siendo la base de nuestra salud y nuestra alimentación y la primera línea de defensa frente a las consecuencias del cambio climático.

Es imperativo que tomemos medidas urgentes para conservar y restaurar la biodiversidad, ya que su pérdida tendría graves consecuencias para nuestro propio bienestar y el equilibrio de los ecosistemas.

Ya hay avances importantes. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15) realizada en diciembre pasado en Canadá, concluyó con un acuerdo histórico: el Marco mundial Kunming-Montreal de diversidad biológica, que busca orientar las acciones mundiales en favor de la naturaleza de aquí a 2030.

Entre sus metas, pretende restaurar el 30% de los ecosistemas, reducir a la mitad los desechos de alimentos e invertir al menos 200.000 millones de dólares anuales en estrategias que beneficien a la biodiversidad.

También este año, el anuncio del llamado “Tratado de alta mar”, que busca garantizar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina, resguardando el 30% de los océanos del mundo en áreas protegidas, es alentador.

Pero aún falta mucho camino por recorrer. No podemos permitirnos el lujo de ser indiferentes o postergar las acciones necesarias. El futuro de nuestro planeta y de las generaciones venideras depende de nuestras decisiones y compromisos actuales.

Es hora de que todos asumamos la responsabilidad de proteger la biodiversidad. Los gobiernos deben fortalecer las políticas y regulaciones ambientales, promoviendo la conservación y la gestión sostenible de los recursos naturales. Las empresas también tienen un papel importante que desempeñar, adoptando prácticas responsables y buscando alternativas más sostenibles en sus operaciones.

Además, cada uno de nosotros puede marcar la diferencia en nuestra vida diaria. Podemos hacer elecciones conscientes, desde consumir productos orgánicos y locales hasta reducir nuestro consumo de plástico y apoyar iniciativas de reciclaje. Pequeñas acciones individuales se suman y pueden tener un impacto significativo en la conservación de la biodiversidad.


Hivy Ortiz es oficial de la Iniciativa Regional de Agricultura Sostenible y Resiliente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para América Latina y el Caribe.