Lo que anunciábamos desde la campaña aceleradamente se define: el gobierno de Petro no solamente parece claramente orientado en cuanto a ideología en la extrema izquierda del socialismo del siglo XXI, sino que además estaría signado por el dominio del narcoterrorismo, no sólo el anclado en la ideología del marxismo-leninismo, como las FARC y el ELN, sino también el de los narcos puros, como el “Cartel del Golfo” y otros grupos de criminales, con los cuales se dice que Petro habría hecho el “Pacto de la Picota”.
Para quienes dudaban, ahí está la “oda a la coca” de Petro en la Asamblea de la ONU, y la “tapa del frasco” es la entrevista de la vicepresidenta Francia Márquez hoy domingo 30 de octubre en El Tiempo. Con una complicidad explícita con las FARC y una reafirmación del discurso progresista de la izquierda mundial basado en el odio de clases, ahora con el añadido del discurso de división étnica y de género, la vicepresidenta Márquez va más allá y más claro que Petro en la definición ideológica del gobierno.
Francia Márquez no se conforma con proclamar el eufemismo de “paz total” con un discurso lírico y rimbombante como Petro. Ella “va al grano” con su discurso claro y directo y no solamente da una argumentación política, errónea en nuestro concepto, pero al fin y al cabo sustentada en su ideología. Tiene el mérito que varias veces he resaltado de la coherencia de la izquierda.
El gobierno se define de izquierda, lo declara y actúa como tal. Eso es loable. No como el gobierno de Duque, que ganó con las banderas de la derecha, pero se declaró de centro, aunque en realidad actuaba como de izquierda en aspectos primordiales como el de la seguridad y la paz, al cogobernar con las FARC, a través del cumplimiento estricto del acuerdo de entrega del país a las FARC, por medio de la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final – CSIVI, organismo de veto de las FARC a cualquier acción gubernamental que estuviese contrario a su meta de la toma del poder. Y con una actitud de debilidad espeluznante frente al terrorismo disfrazado de “protesta social” al permitir la paralización total del país y especialmente del Puerto de Buenaventura, que aisló al país en el área de comercio exterior. Es por esa errónea actitud de Duque que se permitió la llegada al poder del socialismo del siglo XXI.
Pero Francia Márquez no solamente hace un discurso ideológico claro, sino que también tiene la osadía de ser clara al plantear públicamente la intención del gobierno de instaurar la dictadura del socialismo del siglo XXI, no solamente -insistimos- con una declaración política, sino también con una falaz declaración judicial, que viola toda la normativa jurídica y cae en el prevaricato, al defender nítidamente la estrategia de declaración de inocencia de los narcoterroristas de las FARC. Claro esto lo hace al saber que no habrá ninguna consecuencia judicial, pues hay en Colombia una justicia dominada por la izquierda, pero aún peor ninguna consecuencia política, pues los partidos -salvo el Centro Democrático y Cambio Radical- están entregados incondicionalmente al gobierno.
A tal punto ha llegado la connivencia del gobierno con los narcoterroristas que el acuerdo Santos- Timochenko aparece como muy duro y el negociador de la entrega del país a las FARC como el principal crítico de esta peor entrega del país a la impunidad de todo grupo criminal. La vicepresidenta Márquez claramente declara la inocencia de las FARC y culpabiliza a la institucionalidad de actuar alevosamente contra unos pobres inocentes que fueron “engañados” por la justicia y el ejecutivo:
1- “Lo primero es una realidad que no podemos negar al país: los grupos que se sometieron al proceso de paz sintieron muchos que los entramparon, que los engañaron, que empezaron a asesinarlos”. ¡Qué desfachatez… para justificar el narcoterrorismo! los grupos criminales de lesa humanidad, las FARC y el ELN, pueden (y hasta deben) continuar delinquiendo pues el proceso de paz fue un engaño “para asesinarlos”.
2 – “Fue parte del entrampamiento. Como a Jesús Santrich, quien también estaba en ese proceso. Vimos todo lo que le hizo el fiscal general de la nación (Néstor Humberto Martínez), lo entrampó”. Iván Márquez tiene impunidad (parece que eterna), tiene casi medio siglo haciendo acuerdos de paz, infringiendo y volviendo a obtener el perdón, en un círculo vicioso que Petro quiere repetir por tercera vez. Esperemos cuál va a hacer la respuesta del exfiscal Martínez ante esta calumnia que se le hace desde la más alta cúpula del gobierno.
3 – “La necesidad de seguir avanzando porque no hay una paz total porque se sigue en los territorios violentando a la gente”. Para la vicepresidenta Márquez no hay paz, no porque los narcoterroristas siguen violando las normas jurídicas del Estado, sino porque se les sigue violentando según ella. La culpa no es del delincuente, sino del Estado. ¡Esa es la peregrina tesis de la izquierda!
4 – “Y vino la bomba que puso el ELN en la Escuela de Policía como un mecanismo de presión”. Vaya, vaya, matar a decenas de inocentes estudiantes es un mecanismo de presión ¡qué excelente apología del terrorismo!
5 – “Para mí la forma de acabar con el narcotráfico es la legalización». Frente a toda esta apología del crimen, pues se termina con una conclusión lógica para el progresismo izquierdista.
6 – “Hay quienes intentan boicotear el gobierno generando este tipo de violencia”. Ahora el asesinato de “líderes sociales” no es por ajuste de cuentas entre grupos de narcoterroristas, sino una acción política de los enemigos del gobierno para boicotearlo… ¡por Dios!
7- “No hay dudas de que esto sea parte de las estrategias para desestabilizar, para generar una zozobra para que la gente no crea en el cambio. Es parte de una estrategia macabra”. Entonces ahora la guerra entre narcos es simplemente una estrategia macabra para impedir el cambio ¡ujum!
En conclusión, considero que habría que prepararse ya sí, sin alguna duda, para un recrudecimiento del narcoterrorismo, la inseguridad y la generalización del tráfico de drogas ilícitas en el país, pues el gobierno contrario a su deber de luchar contra el narcoterrorismo y el crimen en general, los disculpa y hasta justifica (Francia Márquez), con lo cual -en la práctica- los protege y aúpa.
Recordemos que esa es la tesis que ha venido manejando el socialismo del siglo XXI, i.e, crear anarquía (además de la ya consabida pauperización de la sociedad) y consecuentemente la disolución del Estado, con lo cual en otras latitudes se ha asegurado la hegemonía del poder totalitario. Ojo con esta entrevista… Colombia estaría iniciando su etapa de conversión en un narcoestado, siguiendo el ejemplo de Venezuela, tal como lo hemos pronosticado desde el año pasado.
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