Esta será una serie de artículos. Este, el primero introductorio, y los siete posteriores que se enfocarán en el quid de las manipulaciones. Además, es un experimento. Trataremos de incorporar a los artículos, gráficos y medios de interacción.
Sí te quiero pedir que consideres que aprenderás superficialmente técnicas muy útiles, pero que si las aplicas -cual los Tres Mosqueteros: al frío del acero de sus espadas- a todas tus interacciones o conversaciones usuales, normales o libres con todas las personas, sin fines de enseñanza o de debate formal, te ganarás varias enemistades por insufrible y antipático.
En un artículo anterior te comenté sobre la existencia de un juego que se titula “El juego de la propaganda” (“The Propaganda Game”) cuyos autores son Robert W. Allen, Lorne Greene y George Henry Moulds. No lo puedo jugar en línea contigo, pero sí podemos adaptarnos y buscar un modo. Porque –me dijo un amigo- siempre hay una alternativa.
Recordando una muy reciente conversación entre amigos aquí en Caracas, terminé concluyendo que: (1) hay una tendencia en nuestro idioma –el español- a identificar “propaganda” con “publicidad” y viceversa; (2) “propaganda” en el español de hoy tiene un significado más atenuado –por decirlo de alguna manera- que en el inglés actual; (3) que esa tendencia en el español puede lograr que una conversación se convierta en un atajaperros, máxime si uno de los participantes es un publicista y (4) que ambas voces se aplican a actividades que tienen áreas de coincidencia en cuanto a las técnicas y los medios o herramientas que usan, lo cual es un catalizador para alcanzar un magnífico atajaperros.
Los argumentos que aparecerán en una conversación en español sobre propaganda y publicidad estarán seguramente relacionados con la libertad de expresión, la capacidad de discernimiento de las personas, quién decide lo que es bueno o empático y lo que es perjudicial, con qué derecho se instituye una censura previa, quién determina quién es capaz o incapaz de aplicar el pensamiento analítico aislando o neutralizando estímulos emocionales, quién determina lo que es correcto y lo que es incorrecto, o lo que es útil y bueno y lo que perjudicial y malo, etc.
Ya sabrás que se dice que la voz “propaganda” proviene del siglo XVII cuando el papa Gregorio XV creó el 6 de enero de 1622 la “Congregatio de Propaganda Fide” o “Congregación para la Propagación de la Fe” de la Iglesia Católica (cuyo nombre oficial fue “Sacra Congregatio Christiano Nomini Propagando” y luego organizada por la Bula Papal «Inscrutabili» del 22 de junio de 1622) y sabrás también que, de algún modo, de entonces a hoy, la connotación ha variado hasta alcanzar una connotación más o menos negativa en otros idiomas.
Lo primero, no me lo creo. Esa palabra “propaganda” (lo que debe ser propagado) ya existía en latín (se usaba para significar la propagación de la estirpe, la descendencia, etc. e incluso existió un ente similar creado por el papa Gregorio XIII cerca de 1572) y no pertenece propiamente a la conjugación del verbo “propagare” (que significa propagar, extender, expandir, incrementar, aumentar o difundir y que ya existía) sino que se trata de una forma verbal impersonal conocida como gerundivo (que es distinta al gerundio, que no conocemos en español, y no te amargues, porque esta forma se encuentra en pocos idiomas) y que es una palabra declinable en latín que equivale al participio pasivo futuro y cuya raíz proviene del verbo “propagare”. Los gerundivos se forman en latín añadiendo la partícula “nd” a la raíz del verbo (“propaga” en este caso) y seguida de la correspondiente terminación, dependiendo de la declinación, género, número y caso (primera declinación, femenino, singular y ablativo en el caso de propaganda). El español ha importado como palabras algunos gerundivos latinos como las palabras “agenda” (lo que debe hacerse), el nombre “Amanda” (la que merece ser amada), el apellido “Miranda” (la que merece ser admirada), “educando” (el que debe ser educado), “doctorando” (el que debe ser doctorado). En cuanto a la connotación negativa en idioma inglés, tengo una hipótesis que no puedo demostrar: la acción de la congregación incluía, entre otras muchas, intervenir –limitándola- en la expansión del protestantismo y, quizás, por ello tuvo su evolución hacia la connotación negativa actual de parte de la Iglesia Protestante. De hecho, al cardenal prefecto de la congregación le apodaron el “Papa Rojo”.
Siendo los creadores del juego estadounidense y angloparlante, me inclino a usar el significado de “propaganda” en inglés. Para ello, consulté diccionarios en inglés (Merriam Webster, Cambridge Dictionary y Encyclopedia Britannica) y, efectivamente, la connotación es negativa y muy distinta a la incorporada al diccionario de la RAE.
Tomaré los significados en inglés de las fuentes consultadas:
1.- Merriam Webster: “2: la difusión de ideas, información o rumores con el fin de ayudar o perjudicar a una institución, una causa o una persona. 3: las ideas, los hechos o las acusaciones se difunden deliberadamente para promover la causa de uno o dañar una causa contraria”.
2.- Cambridge Dictionary: “Información, ideas, opiniones o imágenes, que a menudo solo dan una parte de un argumento, que se transmiten, publican o de alguna otra manera se difunden con la intención de influir en las opiniones de las personas”.
3.- Encyclopedia Britannica: “La propaganda es el esfuerzo más o menos sistemático para manipular las creencias, actitudes o acciones de otras personas mediante símbolos (palabras, gestos, pancartas, monumentos, música, indumentaria, insignias, peinados, diseños en monedas y sellos postales, etc.). La acción deliberada y un énfasis relativamente fuerte en la manipulación, distinguen la propaganda de la conversación casual o el intercambio fácil y libre de ideas. Los propagandistas tienen un objetivo específico o un conjunto de objetivos. Para lograrlos, seleccionan deliberadamente hechos, argumentos y exhibiciones de símbolos y los presentan de la manera que creen que tendrá el mayor efecto. Para maximizar el efecto, pueden omitir o distorsionar los hechos pertinentes o simplemente mentir, y pueden intentar desviar la atención de los reactores (las personas a las que intentan influir) de todo menos de su propia propaganda”.
“El juego de la propaganda” fue elaborado para proteger a la sociedad organizada de la definición que traduje de la Encyclopedia Britannica. Y la adopto porque todos tenemos derecho a que nosotros y los otros electores en una sociedad organizada elijan, voten y escojan en base a decisiones bien formuladas y que no sean el producto de manipulaciones en el consciente o en el subconsciente o en el inconsciente de los electores.
Y no es por capricho mío ¡de verdad!; es que estamos como estamos porque la manipulación de nuestras mentes para inclinarnos en favor de tolerar fines y objetivos pusilánimes nos rodea y nos debilita hasta el punto de doblegarnos. Y es que entes como el Ministerio del Reich para Ilustración Pública y Propaganda, sus similares en los Estados autoritarios y autocráticos y hasta los creados por George Orwell en Rebelión en la Granja (1945) y 1984 (1949), no son aisladas casualidades. Existen para someter a la población.
Y, en muy arriesgado esfuerzo, te invito a que aprendamos juntos, jugando. Es arriesgado -y ya me lo han advertido- porque opinan que este no es un artículo de opinión; es otra cosa que no saben qué es. Pese a los consejos, he decidido arriesgarme porque se me ocurre que poder discernir, extraer, descubrir y apartar las manipulaciones facilitará que un día desaparezca el Gran Hermano, termine su imperio de que “2 + 2 = 5” y nunca más reaparezcan los ministerios de la Verdad, de la Paz, del Amor y de la Abundancia.
El juego consta de seis secciones, a saber:
1.- Autoengaño
2.- Lenguaje
3.- Irrelevancia
4.- Explotación
5.- Forma
6.- Maniobra
El próximo artículo (el 2º de 8) lo dedicaré a las técnicas de propaganda que promueven el autoengaño. Definiremos 10 técnicas de autoengaño usadas en la propaganda y te plantearé 10 casos para que escojas cuál técnica ha sido utilizada. No hay respuestas mejores que otras. Tengo acceso a las respuestas que los autores del juego consideran como correctas y las colocaré al comienzo del artículo siguiente. Es decir, las respuestas de los casos de autoengaño las publicaré al principio del artículo 3º de 8 y así, sucesivamente.
Pero, atención, podrían suceder dos cosas principalmente: 1.- que, siendo el juego creado dentro del ambiente académico universitario de Estados Unidos, existan sutilezas que nos pasen inadvertidas y 2.- que, por tales sutilezas, nos pasen también inadvertidas las intenciones “ocultas” de los autores al formular cada caso. Y casos así suceden a menudo. Recuerdo a la jefe de instructores de vuelo –gracias a Dios era muy estricta- que antes de poder volar, cada alumno tenía que contestar una pregunta. Una vez –dice ella- buscó en el diccionario inglés–español los significados de “ice” y “frost” y me pidió que le dijera los significados de “ice” y de “frost” en español. “Ice” es hielo, mientras que “frost” es escarcha y no di la respuesta correcta: no respondí “escarcha” porque no sabía el significado preciso de “frost” en español. Pese a la protesta de mi instructor de vuelo, ese día no volé y me mandaron de vuelta a estudiar todo el manual de nuevo. ¡La instructora tenía razón! Aún pequeñas partículas de escarcha sobre las superficies de las alas puede, por lo menos, impedir el despegue si no aun peores efectos aerodinámicos.
El siguiente artículo (el 3º de 8) –como dije- comenzará con las respuestas que los autores del juego consideran correctas y luego nos sumergiremos en la sección de las técnicas de manipulación usando el lenguaje. Y así, sucesivamente, hasta que en el último artículo de la serie (el 8º de 8), les presentaré, además de las respuestas de los casos propuestos en el artículo inmediato anterior, un total de 60 casos (10 casos para cada una de las 6 técnicas de manipulación).
Estoy entusiasmado por dos factores: 1.- me dicen que es una modalidad novedosa para un articulista y, 2.- si funciona, podríamos explorar la posibilidad de aplicar otras herramientas comunicacionales para aprender juntos. Quizás podríamos hasta expresar los resultados numéricos en gráficos, aplicando el sistema de votación por preferencias que en este caso sí funcionaría y sería representativo porque no hay preferencias competitivas. ¡Dos pájaros con un mismo tiro!
Dios guarde a V. E. muchos años.
@Nash_Axelrod