OPINIÓN

Defenestrar y Gustavo Gómez Córdoba… Señor presidente

por John Marulanda John Marulanda

Juan Manuel Serna, mi profesor de lingüística, – no se crea que, porque tengo una licenciatura en Filosofía e Historia de la Universidad de Santo Tomás, me hace ajeno a mi docente de semántica- me dice a través de WhatsApp: “…y eso es común, eso es un problema semántico, es un problema de tránsito de lenguaje actual: decapitaron al director del concejo municipal. En el idioma de uso diario, eso no quiere decir que literalmente le hayan cortado la cabeza. No. Un ejemplo: perro es un animal, un doméstico, uno de cuatro patas. Pero otra cosa es que Manuel sea un perro, o que Pedro esté convirtiéndose en un perro y recuerde que también existe un perro caliente…y sí, salieron a la plaza de Bolívar a gritar Fuera Petro, algo que sucedió creo que en Praga. Es una palabra polisémica, y las únicas que son así, textuales, son las palabras técnicas…”

Y ahí entra la ideología a desempeñar un papel importante. La Sagrada Congregación del Santo Oficio o Sagrada Congregación del Santo Oficio de la Romana y Universal Inquisición, cuando el rey de España ordenaba «que los inquisidores nunca procediesen contra los indios, sino contra los cristianos viejos y sus descendientes (…)».

La Inquisición española fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantenerla en sus reinos.

El escudo de la organización tiene impresas las palabras “Exurge domine et judica causam tuam», lo que quiere decir en español “Álzate, oh Dios, a defender tu causa”, al lado de una espada.  Se abolió el 15 de julio de 1834, durante la Regencia de María Cristina de Borbón, cuando el inicio del reinado de Isabel II.

Pablo VI en 1965 la bautizó con aquello de Congregación para la Doctrina de la Fe y otras instituciones dedicadas a la supresión de la herejía, el luteranismo, calvinismo, albigenses, anabaptistas y otras denominaciones protestantes.

Ideología fue cuando estaba de moda la subversión y hoy vemos que la tal nunca se realizó. Jamás la ideología ha servido de nada y, por el contrario, solo ha sido útil para embarrarla. Si hasta ha llegado a empuñar un fusil, algo de lo cual está cansada la comunidad colombiana en general.

Muchas gracias, señor Gustavo Gómez Córdoba, locutor de una importante cadena radial, por popularizar el término defenestrar.

Y a usted señor presidente, por volverlo tan frecuente.