1. El ataque armado de Rusia contra Ucrania es una invasión, que al defenderse Ucrania lógicamente se transforma en una guerra, aunque el origen y la definición prevalente es la invasión. Se le puede llamar guerra siempre que quede claro que su origen es la invasión. Se debe mantener esa definición por separado al de guerra o conjuntamente, al de guerra hablando de guerra-invasión. Los que dicen no a la guerra deberían decir no a la invasión, sino podría entenderse que quieren que Ucrania no se defienda y que no objeten la invasión rusa.
2. La invasión la ha decidido y ordenado Putin, el pueblo ruso no ha decidido nada ni tampoco la mayor parte de las estructuras de poder rusas. Él es el culpable y responsable de todo. Ucrania, en primer lugar, el pueblo ruso y el resto del mundo somos las víctimas.
3. El mundo siempre debe estar con los que tienen la razón y son las víctimas de forma prioritaria. El que mira hacia otro lado se hace responsable de las atrocidades de Putin.
4. Putin, como ha dicho Biden, es un criminal de guerra, diría de lesa humanidad y debe ser perseguido y castigado. Otra cosa es si de verdad podemos hacerlo, ese problema también lo tenemos con Maduro, Ortega, Kim Jong Un, Díaz-Canel, y posiblemente con Xin Jinping, otros jefes de Estado de África y algunos islámicos. Esto es como si hubiera un criminal corriente de base que no hay manera de atraparlo o esté blindado y al actuar contra él se puedan ocasionar daños a terceros, no nos queda más remedio que esperar, pero no por eso vamos a mirar a otro lado ni nos vamos a callar, posiblemente con el tiempo podemos hacer algo.
5. Putin es un divisionista mundial que junto a otros pretenden dividir el mundo en dos bandos, el de Estados Unidos, la Unión Europea, resto de la OCDE y países democráticos y el de Putin, China y los distintos dictadores del mundo y sus amigos, tal como pasó en tiempos de la URSS. Esos otros países tramposos o gamberros son los que hemos mencionado en el punto anterior. El divisionismo, a nivel de un país o del mundo, es el gran problema ideológico de nuestro tiempo, radicalizan temas y dividen a la sociedad y al mundo según determinados criterios, a veces menores, aunque importantes. La única diferencia que debe existir en el mundo no es según ideología o matices ideológicos, sino entre los partidos de la libertad, a los que denominamos libérrimos para diferenciarlos de los liberales por sus connotaciones partidistas y los liberticidas, que son los dictadores antidemócratas, represores, criminales, en muchos casos de lesa humanidad, corruptos, ególatras y, en general, nada empáticos ¿o no es así?
Los dirigentes que mencionó Francis Fukuyama en el punto 12 de su decálogo Matteo Salvini, Jair Bolsonaro, Éric Zemmour, Marine Le Pen, Viktor Orbán y Donald Trump no son los socios y colaboradores de Putin. Los auténticos compañeros de viaje y cómplices de Putin son en su mayoría de extrema izquierda, comunistas, de monarquías absolutistas o regímenes islamistas, aunque todos, incluida China, están metidos de lleno en el sistema capitalista. El propio Putin, en mi criterio, es de extrema derecha, pero es el mejor amigo de la extrema izquierda mundial y de los comunistas, siendo todos del mismo grupo desestabilizador. Sin duda los mencionados por Fukuyama son políticos radicales de derechas, rancios, excesivamente conservadores, en algunos casos clasistas, excesivamente nacionalistas, pero la mayoría de comportamiento discutible, pero mayormente democrático, de países democráticos y no creo que pretendan transformar sus democracias en dictaduras.
Algunos gobiernan y han gobernado países con aceptable institucionalidad y son democráticos. Sin duda, no sé si Zemmour que es de muy poco peso político, pero el resto, aunque radicales, están dentro del “rango democrático”, es decir, aquellos que son partidarios de la libertad en el sentido que defino en La pirámide de la libertad, son democráticos y defensores de los derechos humanos, la igualdad, la economía de mercado, la lucha contra la corrupción y la fraternidad.
Entiendo que nadie es perfecto y que la perfección total no existe. Todos los que pertenecen al rango democrático con sus diferencias ideológicas, a veces de matices, son defensores de la libertad y dentro de él podemos debatir y trabajar juntos por el mejor futuro de los países y de cada país en concreto. Lo que me llama la atención de Fukuyama, al que tenía como defensor de la superación de las ideologías, es que ahora en un momento difícil en vez de atacar a los verdaderos autócratas del mundo, entre ellos Putin, lo haga contra líderes del rango democrático, eso sí olvidando amigos de grandes dictadores como son el expresidente alemán Schroeder o el ex presidente español Rodríguez Zapatero. No es momento de divisiones internas. El discurso de Fukuyama fue repetido por el presidente español Sánchez que fue contestado adecuadamente por el presidente italiano Mario Draghi diciendo “Salvani sostiene un Gobierno europeísta”. ¿Qué hace Sánchez en estos momentos exportando su absurdo divisionismo español a Europa?
6. A pesar de las apariencias, la guerra-invasión la está ganando a Ucrania, cada día que pasa es peor para Rusia salvo que por decisiones inentendibles de la Unión Europea y Estados Unidos abandonen a Ucrania y la dejen en manos de Putin. Es verdad, que de momento está sufriendo intensamente. A pesar del bajo nivel económico de Ucrania, la Unión Europea debe empezar y agilizar los trámites para su entrada en la Unión Europea.
7. Disuasión. No podemos dejarnos amedrentar por las amenazas de Putin y ceder ante sus chantajes. Tenemos que estar preparados para el reto. Nosotros tenemos más poder y mejores armas. Si cedemos a la mínima los que nos obligan a disuadir son ellos contra nosotros, cuando debiera ser, al contrario. La disuasión siempre es de doble sentido y gana el que más fuerza tiene. El problema de regalar falsas victorias son las consecuencias y a partir de entonces estamos en sus manos.
8. Medidas de futuro. Desde ya debemos trabajar para no depender de los países dictatoriales, tramposos y gamberros. Sobre todo, en los temas energéticos, debemos ponernos a trabajar en el desarrollo de energías alternativas y menos contaminantes. Buscar alternativas de obtención de gas y la construcción de nuevos gasoductos y nuevas centrales de energía nuclear. Debemos prepararnos para posibles nuevos conflictos militares con países complicados y dictatoriales como es el caso de China con la posible invasión de Taiwán.
9. Hay que avanzar en la democratización de la ONU y de todas las instituciones internacionales que no son en absoluto democráticas.
10. Debemos seguir apoyando a Ucrania, a su pueblo y a su gobierno, durante la invasión y después de la invasión. Siguiendo con la presión económico financiera a Rusia y a los intereses económicos de los rusos dentro y fuera del país. En temas humanitarios, con alimentos, medicinas, hospitales, acogiendo a los refugiados y todo lo que necesiten. Ayuda moral, incluso incrementando el apoyo con armamento, logística y entrenamiento para su utilización. Estas ayudas deben continuar después de la invasión con ayudas económicas para la recuperación y reconstrucción del país y favoreciendo su entrada en la Unión Europea.
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