“En primer término debemos saber que el universo es esférico”… “Como sentado en un trono real, el Sol gobierna la familia de los planetas que giran alrededor suyo”. Debemos “saber que sabemos lo que sabemos y saber que no sabemos lo que no. Ese es el verdadero conocimiento”.
Nicolás Copérnico (19/02/1473 – 24/05/1543)
Donald J. Trump, 47 presidente de los Estados Unidos de América, asumió hace apenas un mes las riendas de lo que todo el mundo reconoce como una indiscutible potencia mundial. Lo que está por descifrarse es hasta dónde llegará su poder en la actualidad para determinar el curso de los acontecimientos, y la suerte de muchos países. De complejos asuntos que ha encontrado después de su “receso durante el mandato Biden”. ¿Hasta dónde podríamos llegar a partir de estos nuevos e inmediatos tratamientos que le estará dando a estos años por venir?
Lo que sí podemos saber, con base en la historia, es cómo se la jugó en otras condiciones Estados Unidos. De hecho, fueron también complejos escenarios internacionales durante los sesenta y setenta de la era Nixon; y bajo consensos que se pudieron construir alrededor de la gestión del secretario de Estado, Henry Kissinger.
En plena Guerra fría, bajo la política de contención del agresivo poderío comunista soviético de entonces, y con un tratamiento muy especial que le dieron al caso de las relaciones con China. Ahora la situación del mundo, totalmente distinta, les ha requerido otro “plan maestro”, que es lo que entendemos está comenzando a desarrollarse, ante la mirada atónita de intereses malignos, y de otros escépticos dentro del planeta Tierra.
¡Todo se está haciendo muy mal, pero va saliendo todo muy bien!
Muchas personas se sienten afectadas por decisiones que la administración Trump tomó al inicio del mandato. Califican las mismas como arbitrarias, deformando su intencionalidad final. Creo que ni siquiera intentan entenderlo. Ya han caracterizado su gobierno como el de un reyezuelo, al decir por ejemplo del gobernador de Illinois, por mencionar alguno de su propio país, para no hablar de algunos articulistas venezolanos y de otras latitudes. La verdad es que, como popularmente se dice, ha puesto a correr a todos en un mundo cuya dinámica le está volteando la tortilla. Busquen los cambios permanentes y duraderos de paz, parece decirles; igualmente de prevención al crecimiento del monstruo del Medio y Lejano Oriente que no sólo nos amenaza, sino que se estaría convirtiendo en pesadilla de no despertarnos a tiempo.
No voy a ahondar por simples razones de espacio sobre lo que se dejó de hacer, o concretar en administraciones anteriores. Muy acomodaticias y de supuestamente muy convenientes negociaciones. Sin hablar de Irán, hablemos, por ejemplo, de nuestra realidad venezolana y del régimen con rostro de Maduro, que lleva desde 2013 totalmente marcado por el narcocastrismo. En realidad, y disculpen el calificativo popular, sólo corrieron la arruga del problema. Al soltarles lo que no eran rehenes sino delincuentes comprobados, como los sobrinos de Cilia y del amiguito ahora “ministro de Comercio, Alex Saab”, ello no nos sirvió para hacer valer los resultados, ni de las primarias del 22 de octubre de 2023, ni las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
En temas tan delicados como: a) el déficit fiscal de Estados Unidos y el endeudamiento americano; b) la desafiante China metida en América, con toda Latinoamérica cooperando con ella y que el propio Estados Unidos estaba desatendiéndola; c) la descontrolada inmigración y avance de los carteles terroristas en narcóticos y trata de personas; d) la indefinición del cómo establecer una convivencia pacífica con el Medio Oriente, Irán y sus socios terroristas de Hamás y Hezbolá; e) Cómo avanzar hacia una nueva Europa, con Rusia y Ucrania como parte de la solución, en la que todos saben que no tiene ya nada que ver con la que dio pie a lógica de creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, por mencionar lo que es en la administración Trump una promesa cierta a la que hay que acompañar en lugar de seguir acosando, como lo hicieron en su primer término.
Sobre los giros de los cuerpos celestes:
Leyendo a mis colegas articulistas, y auscultando sus opiniones sobre el momento actual con mucho respeto, parecen contemplar otro espacio sideral. Será como nos dijo José Ortega y Gasset «otra perspectiva» Espero, sin necesitarlo, que también guarden respeto hacia éstas mis modestas opiniones y reflexiones. Es que en verdad capto más bien un desahogo en sus opiniones, sobre creencias o prejuicios de los que parecieran estar tan llenos, que observo suelen interpretar lo que hoy acontece en el mundo sin profundizar la gravedad y complicación a la que pudiera llegar la situación tan desafiante, y que nos está demandando soluciones inmediatas ante tales realidades.
Lo que por sencilla e inmensa verdad ya suele obviarse, es que estamos ante un mundo cada vez más lleno de conocimientos y tecnologías pero el mundo del sentido común, de las ideas sencillas que han sido probadas y que han cambiado para mejor las condiciones de vida de las regiones del planeta, tienen que ver con establecer un orden confiable y gobernable dentro de un real equilibrio de poderes. Las mafias existen, pero no se debe permitir el control que exhiben del actual mundo. Que nos arropan y se enseñorean ante la debilidad de gobiernos y de una sociedad civilizada pero postrada ante las verdaderas urgencias y peligros de nuestro hogar-planeta. El auténtico Estado democrático, de diseño útil y comprendido en la dimensión requerida en cada sociedad-nacional, para ser servidor eficaz de dicha sociedad, y no al revés, como está siendo usufructuado y manipulado dentro del globalismo de naturaleza pervertida.
Trump es un ganador que fue confrontado de modo fraudulento por un sistema político norteamericano en decadencia, y desvirtuado. Sistema que lo atacó, despiadadamente, para intentar reducirlo a víctima del mismo. Sin embargo, el pueblo mayoritario de la nación americana se alzó junto a él para levantarlo. Del intento fallido de asesinato, está ahora en la Casa Blanca para cumplir su misión y encumbrar su país hacia la visión de una América de grandeza, trabajo y unión de toda la gran familia americana. ¡Ésta puede y debe renacer! Los que queremos la paz y el respeto a la vida, a las normas de convivencia, y a todos lo que deseen integrarse ordenada, legal y lealmente a la reedificación de una gran casa americana de libertad, de orden y de justicia. Así se proyectó en las mentes de sencillas y nobles familias que de corazón vinieron antes, y han estado estableciéndose desde los tiempos del Mayflower en 1620 hasta hoy, hace más de 400 años.
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